La Alcazaba nació en las canteras califales ubicadas en Pescadería

El estudio petrológico sitúa la Cueva de la Campsa y la del Tesoro como proveedoras de piedra

Presentación del estudio
Presentación del estudio
Lola González
23:08 • 10 abr. 2017

La ciudad de Almería nació de las canteras del barrio de Pescadería. Así lo ratificaba ayer el resultado del estudio petrológico realizado en las canteras situadas en el entorno de La Alcazaba y que era el paso definitivo para incoar el expediente que permita a 17 yacimientos convertirse en Bien de Interés Cultural (BIC). 




Se trata de un proceso largo, dice el delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, que se lleva trabajando sobre el tema desde el año 2006, si bien en los últimos dos años gracias a los trabajos realizados por parte de la asociación La Chanca-Pescadería a mucha honra para darlas a conocer, se ha acelerado y ahora llega el turno, ratificado por la parte científica, de comenzar toda la tramitación necesaria.




Explicaba José Miguel Alonso, uno de los geólogos encargados del estudio, el trabajo sitúa “las canteras históricas de la ciudad en un espacio de 170.000 metros cuadrados, ubicados en 27 frentes, con 17 yacimientos y 14 cuevas-canteras”.




Sobre ellas y sobre la Alcazaba se realizaron 28 muestras georeferenciadas y fotografiadas para que, a través de técnicas como microscopia óptica, difracción de rayos X y fluorescencia de rayos X quedaran determinada la existencia de un total de nueve tipos de piedra diferentes extraídas de las canteras históricas y empleadas en lo que fue el nacimiento de la ciudad de Almería. Unas muestras difíciles de tomar en algunos casos por el mal estado de los sillares en la Alcazaba, llegando incluso a tener que restaurarlos.




Todas estas piedras son de tipo calcáreas, las elegidas por Abderramán III también para la construcción de Medina Azahara en Córdoba, pero sin duda la más curiosa es la encontrada en el muro del Aljibe Califal. Explicaba el geólogo que “se trata de una roca muy dura que casi no usaban porque es era muy difícil trabajarla, pero elegida porque era para un contrafuerte”. Esta piedra estaba sacada de la cantera de San Roque y de Las Trincheras Ladera Norte.




Etapa Califal
De esta misma etapa son el primer y el segundo recinto de la Alcazaba. Según las pruebas realizadas en este estudio petrológico la gran mayoría de los sillares salieron de las canteras ubicadas en la cueva de la Campsa y la ubicada en la Alcazaba exterior.




Como canteras secundarias también se sirvieron en esta época califal de las cuevas de Covarrón, del Tesoro y las Cuatro Cuevas. 




Durante todo este tiempo siempre se había pensado que era la Cueva del Tesoro, la que se encuentra mejor conservada en lo que a los sillares marcados se refiere, que era la principal proveedora de piedra pero, según José Miguel Alonso “son más los sillares sacados de la Campsa simplemente porque tenía un mejor acceso”, eso sí, está mucho peor conservado por el uso posterior que se le dio a esta cueva.


Ya fuera de la época califal, sobre todo de época medieval, se encuentran muestras de piedra de la cantera de La Hoya en la Tronera y en la Torre del Homenaje en el tercer recinto.  De las canteras ubicadas en la Ladera Sur de San Cristóbal y La Hoya, se encuentra la piedra del muro de la Plaza de Armas del tercer recinto.


Y como curiosidad, de la cantera de El Quemadero se extraían las bolas de captura medieval.
 “Estas canteras históricas conforman unos espacios singulares, necesarios para poder reconstruir gran parte de los procesos de trabajo de la extracción y producción de piedra de cantería y otros materiales constructivos desde la Edad Media hasta la actualidad”, explicó el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Alfredo Valdivia. Las canteras históricas de la ciudad desvelan la evolución de las técnicas mineras y los cambios tecnológicos en las herramientas extractivas desde el medioevo. 


“El carácter monumental de muchas de estas canteras – no sólo las califales-, la envergadura de las extracciones y los medios empleados, y los valores históricos, arqueológicos, etnológicos, sociales y tecnológicos que presentan, justifican su protección y su declaración como Bien Interés Cultural”, remarcó el delegado de Cultura, Turismo y Deporte.


Pendientes
Explicaban tanto el delegado de Cultura como el geólogo, que si algo permite este estudio es abrir posibilidades para investigar en otras zonas de la ciudad. Así, se prevé el poder sacar muestras en la antigua mezquita, la actual iglesia de San Juan, o en los Aljibes.


Además, explicaron los materiales de las canteras históricas se usaron en otros edificios y las obras civiles más relevantes: las murallas, las desaparecidas atarazanas, la Catedral, el Hospital Provincial, el Ingenio, el puerto, la estación de ferrocarril, el mercado, el cementerio, así como en iglesias y conventos y en palacios y casas particulares.


Por su parte José Campoy, representante de la asociación La Chanca-Pescadería a mucha honra, mostraba que tras tantos años de trabajo “esto no ha hecho más que empezar” ya que hay mucho trabajo por hacer. 


Pide que a partir de ahora las administraciones trabajen para que se pongan en valor estas canteras de forma que se puedan visitar y sirvan como un revulsivo también para el propio barrio.



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