"Cuanto toqué el saxofón por primera vez fue amor a primera vista"

Entrevista con la farmacéutica María del Mar Garrido. Cuando se quita la bata blanca, se pone el uniforme de la Banda de Música de Níjar

María del Mar Garrido posa con su saxofón, compañero inseparable desde hace años.
María del Mar Garrido posa con su saxofón, compañero inseparable desde hace años.
Rosa Ortiz
12:30 • 13 abr. 2017

Lo suyo viene de familia: primero su padre y después su abuelo fueron miembros de la Banda de Música de Níjar. Hoy, en la agrupación participan como solistas María del Mar, como saxofonista, su marido, Francisco, que toca el saxofón alto, su hermana y también su sobrina, que aprobó el acceso a la Banda de Música hace poco y que se estrenó el pasado Domingo de Ramos. “Desde siempre he amado la música. Para mí, la mejor forma de desconectar es tocar mi saxofón”, explica. Lleva más de quince años con el mismo instrumento, un Selmer Serie III que en el mercado puede superar los 6.000 euros y que ahora comparte con su hijo Paco que, con nueve años, es la cuarta generación de músicos en la familia. “Si es el que mejor suena, ¿para qué cambiarlo?”.




¿De dónde viene su amor por la música? Desde siempre, en casa, en mi familia hemos sido amantes de la música. No sabría elegir porque me gusta de todo tipo: clásica, jazz y la propia que tocamos en la Banda de Música de Níjar.  




De la que usted forma parte desde hace años. Sí, y estoy muy orgullosa de ello. No paramos en todo el año. Ahora, en Semana Santa, hemos salido acompañando la procesión del Domingo de Ramos, lo haremos esta tarde y también mañana, Viernes Santo. Y en mayo tendremos un concierto de primavera y más adelante un certamen de verano, al que siempre invitamos a otra banda. En agosto, solemos descansar.




Es decir, que cuando se quita la bata blanca, se pone el otro uniforme, el de la Banda de Música. Sí, siempre. Durante todo el año ensayamos dos veces por semana. Para mí es un momento de desconexión. Cojo mi saxofón y me pongo a tocar y me olvido de todos. La música es terapéutica para los sentidos.   




¿Y el saxo le gustó desde el principio? Desde que lo toqué por primera vez fue amor a primera vista. En la Escuela de Música no había instrumentos de viento y aprendí a tocar la guitarra. Pero la guitarra la tengo totalmente abandonada.  




Ustedes, los Garrido, son una institución en la Banda de Música de Níjar. Allí empezó mi abuelo y después mi padre. Ambos eran músicos. Mi marido también es miembro de la Banda y mi hermana y desde hace poco mi sobrina. Mis dos hijos, María del Mar y Paco también quieren serlo.  




¿A ellos también les gusta tanto la música como a sus padres? Sí, en casa siempre les hemos inculcado el amor por la música. Mi hijo Paco hizo hace poco la prueba para el acceso a la Banda. Tenía que elegir entre muchos instrumentos y puso el último el piano. “Paco, ¿por qué has puesto el piano como último instrumento?”, le pregunté. “Pero mamá, ¿cómo quieres que toque en la Banda con un piano?”, me dijo.  Dice que quiere seguir la tradición familiar: su bisabuelo, su abuelo y su padre han sido saxofonistas de la Banda. Pero de mí se ha olvidado completamente. 




¿A la gente le sorprende saber que, además de farmacéutica usted es música? Sí y no entiendo por qué, pero llama mucho la atención cuando se sabe que detrás de la bata blanca que ven en la farmacia hay una saxofonista. 



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