Atención, alérgicos: lo peor llegará a partir de la primera semana de mayo

Desde 2010, los niveles más altos de polen se han registrado cada año entre el 9 de mayo y el 15 de junio

El alergólogo Juan José Zapata en su consulta.
El alergólogo Juan José Zapata en su consulta.
Rosa Ortiz
20:21 • 19 abr. 2017

En Almería, en torno a 140.000 personas sufren alergia, esto es, uno de cada cinco almerienses. A nivel nacional, la enfermedad afecta al 30 por ciento de la población, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). En la provincia, que presenta algunas diferencias respecto a otras zonas por sus especiales características climáticas, las alergias más habituales son al polen del olivo, seguido de la salsola -un arbusto de gran carga alergénica muy habitual en zonas semidesérticas-, las gramíneas y el ciprés, del que han aumentado los casos desde que se puso de moda plantar este árbol en las urbanizaciones. 




El aparato captador de polen que el médico alergólogo Juan José Zapata tiene colocado en una azotea de la avenida Pablo Iglesias, en la capital, empezó a registrar niveles elevados de gramíneas hace ya dos semanas, antes de lo habitual en esta época del año y que se explica por el aumento de las temperaturas en el último mes.  
Según sus cálculos -Zapata está considerado el principal experto en alergias de la provincia- el mayor pico de alergias se producirá entre el 9 de mayo y el 15 de junio, fechas en las que se producirá un aumento sustancial de los pólenes. “Será la peor época para los alérgicos”, subraya. La estimación se ha hecho teniendo en cuenta los datos de los últimos siete años: entre 2010 y 2016, la mayor concentración de granos de polen por metro cúbico se ha dado siempre a partir de la primera semana de mayo y hasta mediados de junio. 




Los datos más altos se registraron en  el año 2013, cuando se llegó a los 1.132 granos por metro cúbico. El año pasado la cifra fue de 654. De momento, a fecha de ayer, los niveles de alerta en Almería eran bajos en todos los niveles ambientales de pólenes.  




Juan José Zapata recomienda que los alérgicos -también incluso aquellos que tienen la sospecha de serlo pero que aún no han sido diagnosticados- consulten la página www.polenes.com, en la que se vuelcan a diario datos de los registros en cada una de las provincias. “Si un paciente tiene sensibilidad a gramíneas y ven en esta web que éstas ya han empezado, puede tomar medidas antes de que tenga síntomas”, explica. Entre esos indicios, aquellos que conocen bien quienes sufren alergia, cualquiera que sea el tipo de polen: picor en los ojos y en la nariz, estornudos, silbidos en el pecho y asma en los casos más graves. 




De marzo a septiembre




Lo que influye, apunta este experto, es la sensibilidad que cada paciente tenga a cada uno de esos pólenes, ya que se pueden presentar síntomas de alergia hacia un solo tipo o hacia cinco. “Hay personas, por ejemplo, que empiezan con el ciprés en marzo y que después siguen con gramíneas, olivo, salsola y parietaria, hasta septiembre, que vuelve la salsola con fuerza”, afirma Zapata. La peor época se da en ese periodo, de marzo a septiembre, que es cuando los pólenes registran sus mayores picos y concatenan un espacio “que puede ser peligroso”. 




“Para saber de qué hay que protegerse es imprescindible que exista un diagnóstico y que la persona sepa qué le pasa”, asevera este médico alergólogo, que señala también que el tratamiento hay que iniciarlo, al menos, dos semanas antes de que comiencen los síntomas. 




Pero, ¿cuáles son los pasos que debe dar alguien que empiece a manifestar señales de alergia? Lo primero, sostiene Juan José Zapata, es informarse con un especialista. Después, evitar, en la medida de lo posible, la exposición al polen, tomarse el tratamiento sintomático que le recete el médico y, por último, vacunarse. La inmunoterapia, dice este experto, es tan efectiva que llega a curar la enfermedad. La alergia aparece porque existe una predisposición genética, pero también influyen factores ambientales, sobre todo, el aumento de temperaturas, el incremento de CO2 y la multiplicación de las partículas diesel. 


Desde la leche materna al litchi 


Por la consulta de este médico alergólogo pasan todo tipo de casos: desde bebés alérgicos a la leche materna hasta ancianos que han desarrollado, cumplidos los ochenta años, una alergia repentina a los ácaros. Entre las más extrañas está al litchi, una fruta exótica procedente de China. 



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