La Universidad perdió 1.500 alumnos a causa de la crisis económica

Los costes impidieron estudiar a hijos de familias con menos recursos

Vista aérea del Campus de la Universidad de Almería
Vista aérea del Campus de la Universidad de Almería
Antonio Fernández
01:00 • 29 abr. 2017

La crisis económica que se inició en el año 2007 llegó también para la Universidad de Almería que ha visto cómo en esa última década el número de alumnos ha descendido en  más de 1.500 jóvenes, tanto almerienses como de otras zonas.




Un informe elaborado en base a los datos de la Junta de Andalucía sobre las universidades de la comunidad  indica que la evolución de las matriculaciones ha experimentado variaciones notables en las últimas décadas, desde los 60.067 que había en 1996 a los poco más de 220.000 de 2016.




La UAL
En ese mismo periodo la Universidad de Almería ha perdido en torno al 11 por ciento de sus estudiantes partiendo de los 13.133 que albergaba en sus aulas en el curso 96/97.




No es la universidad andaluza con mayor descenso, puesto que ocupa la de Granada con  un 18,3 por ciento menos de alumnos en ese periodo, aunque en su caso la pérdida es achacable a la pérdida de alumnos en favor de universidades nuevas como las de Almería y Jaén.




La crisis
El periodo de mayor pérdida de universitarios coincide con los primeros años de la crisis económica, alcanzando los niveles más bajos entre 2006 y 2009. Posteriormente se produjo un repunte hasta los 13.000 del curso 2012/2013, para luego volver a bajar a poco más de 11.000 en los años siguientes.




Una de las razones es el incremento de los precios de los créditos universitarios que si bien fueron de un 9 por ciento en los de primera matriculación, aumentó entre un 96 y un 336 por ciento en segunda, tercera y cuarta.




Dificultades 
Pero probablemente el mayor problema que han encontrado los jóvenes es el encarecimiento de los costes de mantenimiento, desde el alojamiento a la comida o los materiales para la docencia, en torno a un 25 por ciento en la última década, un incremento que ha venido aparejado con las dificultades financieras de las familias que, desde el inicio de la crisis, han perdido entre un 12 y un 30 por ciento de sus ingresos. Para muchas, especialmente las de los municipios más alejados, ese coste se ha hecho insoportable.





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