La inestabilidad política, el impacto de la guerra y la presión de los grupos yihadista en Ucrania, Mali y Siria disparan las peticiones de asilo político desde el año 2013. Como una onda expansiva de dimensiones globales, los desplazamientos forzados en territorios de conflicto alcanzan Almería y reflejan el drama humanitario a miles de kilómetros.
Los refugiados se incorporan a las rutas tradicionales de la inmigración y buscan ayuda en España. Según un reciente informe de la Oficina de Asilo y Refugio, dependiente del Ministerio del Interior, la provincia de Almería recibió 450 solicitudes en el trienio 2013-2014-2015 (últimos datos publicados).
La mayoría procede del África Subsahariana y, particularmente, de Mali. El país se encuentra sumido en un grave crisis interna fruto del crecimiento de grupos yihadistas en el norte del país, primero bajo la influencia de Al Qaeda y luego de Daesh. Recientemente han anunciado una gran alianza islamista en Sahel bautizada como ‘Jamaât Nasr Al islam wa Al mouminin’ (Grupo de Apoyo a los Musulmanes).
El gobierno de Bamako pidió ayuda a Francia y a comienzos de 2013 se activó una operación internacional de apoyo a las tropas locales. De hecho, la Brigada de la Legión (Viator, Almería) ha participado desde entonces en dos rotaciones militares en la zona (base de Koulikoro) y prepara un nuevo despliegue a finales de 2017.
Solo en el año 2013, pistoletazo de salida a estas misiones, 240 malienses pidieron auxilio en la provincia de Almería.
Por otra parte, la aparición de asilados ucranianos es mucho más reciente. El enfrentamiento con las tropas prorrusas (diversificada en facciones y grupos locales) ha expulsado del territorio a miles de personas.
Oriente Medio
En un lugar tan lejano como Almería se recibieron en 2015 medio centenar de solicitudes de acogida e, incluso, el Gobierno central ha enviado a la provincia algunos refugiados dentro de las protocolos de acogida aprobados por la UE, inicialmente diseñados para los expatriados de Oriente Medio.
El tercer grupo procede de Irak y Siria, en un territorio de enorme complejidad por los combates cruzados. Aunque las cifras presentan un goteo constante desde 2011 (inicio del conflicto sirio), el grueso de los programas de acogida se concentra en los últimos meses.
Cruz Roja Española y la Fundación Cepaim en Roquetas de Mar y Almería han atendido a medio centenar de refugiados sirios enviados por el Ministerio del Interior (las cifras están muy lejos de las firmadas por el Gobierno). España tiene la obligación legal de aceptar la condición de asilado político a personas que lo soliciten en sus fronteras (o embajadas). Sin embargo, en la práctica, los demandantes hallan enormes dificultades para demostrar que fueron represaliados... aunque su países se desmoronen entre las bombas.
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