El Inés Relaño, un colegio apuntalado por falta de acuerdo

Mari Carmen y Georgeta son madres de dos niños que cursan quinto de Primaria en el colegio público Inés Relaño, situado en la calle General Luque, entre el casco histórico y el barrio de Pescadería. Ambas -y con ellas, el resto de padres de los 420 alumnos que estudian en el centro- comparten preocupación por el estado del colegio desde que hace más de dos meses una mujer estrellara su todoterreno dando marcha atrás y destrozara buena parte de la fachada. “Creemos que si en lugar de aquí, el accidente hubiera ocurrido en un colegio del centro, se habrían dado mucha más prisa en repararlo”, protesta Mari Carmen. 

La embestida del vehículo fue de tal calibre que los bomberos se vieron obligados a apuntalar la mitad del vestíbulo del colegio. El suceso tuvo lugar el pasado 18 de marzo y, desde entonces, no se ha avanzado apenas. Ayer, la concejala de Cultura, Ana Martínez Labella, criticó a la delegación de Educación porque, según dijo, la Junta asumió “en primera instancia” sus competencias en la reparación, “pero ahora requiere que sea el seguro o el consistorio quien tenga que arreglar la estructura” del centro. 

“Asumimos todas las tareas que garantizasen el normal funcionamiento y la seguridad del centro. La policía local se encargó de la vigilancia hasta que llegó vigilancia privada, la brigada de obras llegó al día siguiente y tapió el agujero. La delegación adujo que, como eran daños estructurales, ellos lo asumían, a través de APAE y se generaría un trabajo por la vía de urgencia. La sorpresa viene cuando la directora nos dice que no se ha avanzado nada más”. 

Martínez explicó  que desde la delegación argumentan ahora que, al tratarse de un vehículo privado y haber un seguro “de por medio”, la reparación debería asumirse por la aseguradora o por el ayuntamiento y que luego éste se entienda con el seguro.  “Hay más de 400 niños en un colegio apuntalado cuando la competencia de arreglarlo es de la Junta”, señaló.