Miles de jóvenes almerienses con edades comprendidas entre los 19 y los 25 años (en otras provincias como Granada y Sevilla la franja se amplía de los 18 a los 26) podrían tener que vacunarse de nuevo contra la parotiditis, una enfermedad vírica contagiosa que se conoce comúnmente como paperas, porque el tipo de vacuna que se les aplicó cuando eran niños utilizó una cepa que el paso del tiempo ha demostrado como poco efectiva en la protección contra la enfermedad.
De momento, y aunque desde la delegación territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales se admite que hay un repunte en el número de casos, en Almería se descarta la existencia de un brote como los que sí se han registrado en Granada y Sevilla, con 15 afectados de carácter leve y medio centenar de contagios, respectivamente. En ambas ciudades, la enfermedad se ha manifestado en jóvenes universitarios.
Los centros de Atención Primaria en la provincia no han recibido de momento instrucciones como las que el Servicio Andaluz de Salud sí ha dado en Granada, donde las vacunas se están poniendo en Urgencias sin necesidad de cita previa. Aquí, como en el resto del territorio andaluz, en cuanto se produce un caso de paperas se comunica a la Red de Alerta Sanitaria al tratarse de una enfermedad contagiosa y se hace un estudio de todos los contactos de la persona afectada, a los que se procede a vacunar si se considera necesario.
Desde Salud reconocen que este año se han dado casos “esporádicos” y también que hay un “repunte” de la enfermedad, aunque aquí no se han dado los contagios necesarios como para que se considere un brote. La tasa de incidencia el año pasado fue de 3,41 casos por cada 100.000 habitantes. Por ahora no hay datos de los que se han registrado este año.
A partir de 1992
El pediatra y epidemiólogo Francisco Giménez explica que los “afectados” serían toda una cohorte de jóvenes que recibieron la primera dosis de la triple vírica cuando tenían un año y la segunda a los tres. El tipo de vacuna que se utilizó entre los años 1992 y 1999 empleaba una cepa llamada Rubini que, con el paso del tiempo, se demostró que era menos eficaz que la que se aplica hoy, fabricada con otra cepa del virus de la parotiditis llamada Jeryl.
La vacuna de la triple vírica protege contra el sarampión y la rubéola además de paperas. En este caso, como apunta Giménez, el componente antiguo que se utilizó en aquellos años ha provocado un fallo vacunal “solo en el componentes de las paperas, no en el resto”. Es decir, que los jóvenes no tendrían que volver a vacunarse de ninguna de las dos enfermedades anteriores, únicamente de parotiditis.
“Es posible que algunos chicos que ahora tienen entre 19 y 24 años, puedan contraer paperas si han tenido contacto con alguien que esté enfermo. La recomendación que se está haciendo es que se vacunen todos los jóvenes en esa franja de edad y lo que se hace es que se les pone un recordatorio con el componente nuevo de la vacuna”, señala este experto, que niega que la vacuna que se aplicó en esos años estuviera en mal estado o fuera defectuosa: “No hay nada de eso. Simplemente, el paso del tiempo ha demostrado que la cepa elegida era poco efectiva contra la parotiditis”, cuenta.
Normalmente, en la mayoría de los casos, la enfermedad presenta su cara más leve, con un cuadro de inflamación de las glándulas parótidas (las glándulas salivares mayores situadas detrás de la rama ascendente de la mandíbula, justo debajo de las orejas) y fiebre que remite a la semana con un tratamiento de antiinflamatorios y antitérmicos.
Sin embargo, y aunque las paperas se dan clásicamente en niños y adolescentes, puede causar infecciones en adultos sensibles y afectar a otras glándulas del cuerpo, el sistema nervioso central, el páncreas o los testículos. La orquitis (una inflamación testicular que llega a derivar incluso en esterilidad) se da en una horquilla que oscila entre el 25 y el 40 por ciento de los varones postpuberales afectados. Los síntomas iniciales son dolor de cabeza, malestar general, fiebre ocasional no mayor a 38 °C y dolor mandibular. Estas molestias se presentan poco antes de que aparezca la inflamación y edema facial, provocado por el crecimiento de las glándulas.
El periodo de incubación de las paperas se sitúa sobre los 15 días, de ahí que se recomiende una nueva vacunación preventiva para evitar nuevos casos.
La vacunación de paperas en tres claves
1. La cepa Rubini se empezó a usar a 1992 y Sanidad la retiró de los programas de vacunación infantil en 1999.
2. Hasta 1992, la triple vírica protegía contra las paperas con las cepas Jeryl Lynn y Urabe Am 9. Esta última fue retirada porque incluía un derivado de huevo que causaba alergias en algunos niños.
3. Se han registrado medio centenar de casos en Sevilla y 15 en Granada.
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