Arancha Cid: "Nos desalojaron de un pub, se escuchaban las ambulancias y los gritos"

La onda expansiva de los ataques terroristas del pasado sábado en Londres alcanzó a la amplia comunidad española residente en la capital británica. Muchos sufrieron las restricciones en los transportes y el inmenso despliegue policial, y unos pocos fueron testigos directos de la persecución de los yihadistas.

Arancha Cid Carrique trabaja en Inglaterra. Es almeriense, tiene 25 años y reside en Londres. La noche del sábado acudió con unos amigos a un pub en una zona al este de London Brigde y Borough Market, epicentro de los atentados. “Yo estaba en un pub en Canada Water, a dos paradas de metro del London Bridge, viendo el partido de fútbol y, cuando acabó, empezaron a desalojarnos y nos dijeron que tenían que cerrar”, recuerda la joven almeriense.

“En el camino del pub a casa, se escuchaban las ambulancias y los gritos, pues estábamos a unos 20 minutos andando de donde sucedió”, explica. “Pararon todos los metros, no había ninguna línea ni nada, no había taxis ni Uber ni autobuses ni metro,  no había nada”.

Arancha Cid Carrique describe una ciudad tomada por las fuerzas de seguridad y todavía conmocionada por los ataques yihadistas, reivindicados por Daesh. “Hasta hoy la parada de London Bridge ha estado cerrada, pero hay una pancarta en la que pone que London Bridge nunca caerá y que estamos todos juntos, que no hay que tener miedo”, expone.

Sin embargo, para los jóvenes emigrantes españoles estos incidentes crean, si cabe, más incertidumbre. “Para los que estamos fuera, no solo españoles, sino para todos los demás, estamos un poquito nerviosos”, lamenta. “Yo, por ejemplo, trabajo en Waterloo Station y hoy la estación está vacía, súper vacía... y la gente tiene miedo, tiene miedo a salir a la calle. No hay nadie, cuando normalmente estamos súper llenos”, afirma Arancha Cid Carrique horas después de los ataques terroristas de Londres. “Uno de los chicos que están en el hospital es amigo, trabajaba conmigo y estamos nerviosos”, añade.

La inquietud entre los ciudadanos crece como las medidas de seguridad. Estaciones de metro, aeropuertos, centros comerciales y espacios turísticos están tomados por los agentes ante el riesgo de nuevos episodios de violencia.

Unidad contra terror
Juan Andrés Heredia es periodista almeriense de 34 años. Actualmente reside en Feltham, una localidad del área metropolitana muy cercana al Aeropuerto de Heathrow, al oeste de Londres, donde trabaja en un grupo de comunicación especializado en contenidos deportes. El periodista asegura que “la ciudad tiende poco a poco a la normalidad” curando sus heridas tras el suceso, aunque “el alcalde y la policía aconsejan a los ciudadanos que se mantengan vigilantes”.

Además, Juan Andrés Heredia afirma que la amplia presencia policial chirría en la mentalidad británica. “Aquí choca ver a los agentes armados”, señala.  “Tras el atentado en el concierto de Manchester, mandaron al Ejército a Londres. Supongo que los servicios de inteligencia tenían información de que si pasaba algo sería en Londres”, destaca.  “Una de las críticas es que se elevó la alerta de antiterrorista a nivel máximo tras el atentado de Manchester y luego se bajó de nuevo”.

El periodista subraya el carácter multicultural de Londres y la respuesta solidaria de la ciudad frente a la violencia y el racismo. “Hay que entender que Londres es una ciudad muy grande... aquí la mayoría ha recordado las veces que los musulmanes han condenado los atentados terroristas”.

La capital británica ha sufrido dos grandes atentados reivindicados por Daesh en 2017. El 22 de marzo un vehículo atropelló a decenas de personas en el Puente de Westminster, gran punto turístico de la ciudad. Murieron seis personas. Londres alberga una comunidad formada por miles de españoles, entre ellos cientos de estudiantes y trabajadores almerienses.