Un profesora denuncia discriminación por embarazo

Carla (nombre supuesto) se quedó embarazada el año pasado, en plena vorágine de su incorporación a la docencia. Es profesora de instituto y tenía que realizar cuatro meses de prácticas  en el centro al que fue asignada. Eso ocurrió en septiembre. “Yo llegué estando embarazada y al director no le pareció bien, no puso buena cara”, cuenta. Durante los tres meses siguientes, hasta que se dio a baja para dar a luz -su hija nació el pasado 7 de diciembre-, la mujer dio clases en el centro, ausentándose algo más de una semana en días alternos para acudir al médico. 

“Tuve que ir a hacerme las pruebas de amniocentesis, la del azúcar y acudir a las clases de preparación al parto, pero no fueron más de diez días en total”, asegura. El pasado 1 de junio, Carla se incorporó a su puesto de trabajo. Pocos días después comenzaron los problemas. 

En la actualidad, la Orden que regula la fase de prácticas a los profesores de Secundaria establece que necesitan cuatro meses de servicio efectivo para que se les pueda evaluar. Los docentes tienen, además, que hacer un curso de formación, pasar la revisión de la Inspección educativa, entregar un proyecto de trabajo y también una memoria. “La inspección vino a verme hasta en tres ocasiones y he cumplido el resto de los requisitos a rajatabla. Mis prácticas las hice durante los meses de septiembre, octubre y noviembre y ahora en junio. Eso son cuatro meses y en ningún sitio pone que las prácticas docentes haya que hacerlas durante cuatro meses seguidos. Al incorporarme, se me dice por parte de la Inspección que no me pueden evaluar las prácticas porque no he cumplido los 4 meses de servicio efectivo, cuando no es así”, afirma. 

El Estatuto Básico Empleado Público establece que la licencia por maternidad cuenta como “servicios efectivos” a todos los efectos. “Independientemente de lo que haya faltado, la licencia de maternidad debería contar en estos cuatro meses”, cuenta la afectada. Carla, que fue la número 20 de su especialidad en Andalucía, se verá obligada ahora a repetir todo el proceso “como si hubiera sacado la peor nota de todos los opositores”.

Otro caso como el suyo
La mujer denuncia que lo ocurrido es un caso “flagrante” de discriminación por embarazado. Y lo argumenta señalando que en otro instituto de la provincia se ha dado un caso prácticamente idéntico al suyo y que allí la profesora no ha tenido ningún problema y se le han dado por buenos los cuatro meses de docencia. “Es discriminatorio que, en igualdad de condiciones, solo dependiendo de la sensibilidad y del criterio de la inspectora y de la dirección del centro se tome una decisión u otra. Creo que esto no debería ser así”, denuncia.