Los vecinos de varios barrios de Almería están soliviantados con los planes de tala o retirada de árboles, fundamentalmente ficus de gran tamaño, que ha acometido el Ayuntamiento. Para intentar frenarlo muchos están recurriendo a denuncias y movilizaciones que, hasta ahora, no han tenido la respuesta esperada.
Los planes contemplan la retirada de árboles de gran porte en varias zonas de la ciudad, desde la Avenida del Mediterráneo a la de Cabo de Gata, pero las protestas incluyen también las talas que se realizan en vísperas de un verano que se presenta muy caliente.
Movilizados
Las quejas vecinales están creciendo y ya se han puesto en marcha grupos para la recogida de firmas de ciudadanos a través de change.org que en unas pocas horas han conseguido más de 3.000 adhesiones de personas sensibilizadas con este asunto.
la petición que se dirigirá al alcalde de Almería señala que los almerienses “nos oponemos al traslado de árboles con medio siglo de vida, son un pulmón en plena ciudad. Se ha de respetar su ubicación y el refugio y anidamiento de aves. Crean y suavizan el clima, además de embellecer el entorno”.
En otras zonas como el entorno de la Avenida Cabo de Gata las protestas son igualmente numerosas, al igual que en la parte alta de la Rambla Belén, donde se ha anunciado una poda importante “ahora que aprieta el calor en Almería”, critican los vecinos de este zona.
Los ecologistas
Quien también ha entrado en este asunto es el Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM), que se ha hecho eco de las denuncias que les remiten los vecinos, y critica la gestión de la jardinería en la capital, “una serie de acciones sin pies ni cabeza que están proliferando en varias zonas de la ciudad”.
Sostiene que este tipo de actuaciones, justo en vísperas del verano, supone exponer a los ciudadanos a condiciones difíciles “porque afectan a esas cosas que más se agradecen en los meses de verano, que es la capacidad para ofrecer sombra y refugio”, un problema derivado no sólo de las talas o traslados, sino de unas “podas salvajes” que eliminan el forraje de las plantas.
El GEM sostiene que el problema no es nuevo y responde a errores en la planificación de las plantaciones “porque se ha preferido optar por especies de crecimiento rápido y alta demanda de agua, como el ficus, en lugar de especies más propias de nuestra tierra como el chopo blanco, el almez o los tarays que si bien tardan más en crecer, proporcionan sombra, refugio para las aves, consumen CO2 y emiten oxígeno”. Además en muchos casos se plantaron árboles con gran floración que generan suciedad y emiten abundante polen que afecta negativamente a las personas con alergias.
Pero además proceder a la eliminación cuando la llegada del verano es un hecho, que este año llega con temperaturas muy elevadas “es demencial y no se hace casi en ninguna otra zona del mundo”.
Problemas urbanos
Desde el Ayuntamiento las talas y los traslados de árboles a zonas alejadas del la trama urbana, como el Parque del Andarax, se justifica precisamente por la agresividad de especies como los ficus, con raíces de gran tamaño que afectan tanto a las calles, las aceras o la red de alcantarillado o de agua como a los edificios.
En varias ocasiones los responsables municipales han explicado que en la mayoría de los casos no se trata de realizar talas puras y duras, sino de quitarlos de lugares en los que se presentan problemas para trasladarlos a otras en las que no generarán esas dificultades, tratando de esa manera de garantizar su supervivencia en ubicaciones más adecuadas que las que tenían hasta ahora.
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