Sea por efecto del cambio climático, por la influencia de borrascas y anticiclones o por la imposición de los vientos dominantes, lo cierto es que Almería ha vivido unos días de locura climatológica en el corto espacio de una semana.
Hasta trece grados de diferencia entre la semana pasada y esta que acaba de concluir, un cambio radical que ha llevado a los almerienses del sofoco de los cerca de cuarenta grados centígrados en las horas centrales del día a los ‘fresquitos’ 25 o 26 grados de la que acaba de terminar.
Las estadísticas reflejan con claridad el importante salto térmico que se produjo a partir del pasado domingo, una jornada en la que los termómetros marcaron 38 grados en el aeropuerto de Almería y cerca de cuarenta en muchos puntos de la capital. Registros similares en gran parte de Níjar y en el área de El Ejido, donde se midieron también 38 grados.
A partir del lunes se retiró el viento de levante, compañero habitual de las temperaturas extremas en Almería y su entorno, para ir descendiendo a lo largo de la semana y situarse en el entorno de los 25 o 26 grados, es decir un descenso de alrededor de 30 grados.
Era la despedida de los calores que han afectado a Almería y su provincia a lo largo de casi dos semanas, convirtiéndolo en el mes de junio más cálido de la historia en cuanto al número de jornadas de fuerte calor.
Esos casi 40 grados del pasado domingo tuvieron además su reflejo en las mínimas, con los termómetros marcando más de treinta grados hasta bien entrada la madrugada, una temperatura que hace difícil a los ciudadanos poder conciliar el sueño.
Al rescate de los almerienses acudió finalmente el poniente, un aliado tradicional para suavizar las temperaturas en el área de Almería o de Níjar, entre otras zonas de la provincia. El salto supuso pasar de 38 a 25 grados en la capital; de 38 a 25 en El Ejido o de 31 a 25 en Roquetas de Mar en pocos días.
Menos diferencia en zonas del interior como Laujar, que pasó de 31 el pasado domingo a 25 este jueves y viernes; en Vélez Blanco se pasaba de los 34 del sábado a los 24 del jueves y en el Cabo de gata de 31 grados el domingo a los apenas 25 de los últimos días de esta última semana.
Las previsiones meteorológicas apuntaban a la posibilidad de que ese salto climático en las temperaturas pudiera dar lugar a tormentas, tanto en el interior como en las zonas costeras. Y de hecho se han registrado algunas a mediados de esta semana pasada, aunque con cantidades casi inapreciables.
La mejor noticia en este caso es que no llegaron a producirse las clásicas granizadas que han acompañado tradicionalmente a Almería en junio y que este año han respetado las cosechas, particularmente en los cultivos de viñedos del Alto Andarax.
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