José María Blanco Navarro es abogado y economista, aunque ha desarrollado buena parte de su carrera profesional en el terreno de la seguridad. Desde 2008 está destinado en el Gabinete Técnico de la Guardia Civil como director del Centro de Análisis y Prospectiva. El órgano disecciona los fenómenos criminales, identifica riesgos para la seguridad ciudadana y ofrece propuestas de intervención. El lunes participó como ponente en el curso de verano ‘La seguridad e inteligencia después del 11S’, organizado por la Universidad de Almería y codirigido por el profesor José Blas Fuentes y el coronel Javier Soriano, subdelegado de Defensa.
¿Qué es el Centro de Análisis y Prospectiva?
Es una pequeña unidad que depende del director general de la Guardia Civil y que se ocupa fundamentalmente del análisis de amenazas trasnacionales basándose en fuentes abiertas. El centro contribuye a difundir la cultura de seguridad. También participa en proyectos de innovación e investigación europeos en materias como extremismo o alertas tempranas sobre crimen organizado. Y finalmente hace prospectiva, el estudio del futuro para poder influir en él.
¿Cómo ayuda a un agente de Almería?
La Guardia Civil combate contra fenómenos criminales que son cada vez más complejos, son multivariables... Nuestras unidades en provincias y municipios tienen mucha información pero poco tiempo, y tampoco disponen de metodología de análisis para poder explicar el entorno macro que condiciona el fenómeno. Esa es la contribución del centro.
¿Ha desviado el terrorismo la atención sobre otros tipos de delincuencia, con presencia en Almería, como el narcotráfico o la trata?
Sí, absolutamente. El impacto del yihadismo en un atentado es brutal y se lleva todo el foco mediático. Afortunadamente, a día de hoy, son hechos de azar, es decir, una persona y un grupo con una oportunidad y actuando con cierta transparencia. En cambio, el crimen organizado utiliza la opacidad y a veces no somos conscientes de la amenaza que suponen. Y el impacto del crimen organizado es elevadísimo como demuestra el informe anual de Interior.
En España no ha habido atentados desde 2004 gracias a la labor policial. ¿Hay algún otro factor?
El nivel de la amenaza en cada país depende de muchos factores. En Francia sufrían atentados ya desde los años 80. El número de combatientes que han salido desde Francia y Bélgica hacia Irak y Siria es mucho mayor que en España. España mantiene un nivel de amenaza por su situación geográfica y por las constantes apelaciones a Al Andalus. La experiencia policial con ETA ha servido, pero al final un atentado depende de capacidad y deseo. Ambos existen en cualquier punto de Europa. Si se da la oportunidad, se puede producir.
¿Puede un vecino de Almería estar tranquilo o el peligro es demasiado global?
La amenaza es absolutamente global, aunque el objetivo mediático es mayor en una gran capital. Pero el discurso de Daesh está siendo atractivo para colectivos muy diversos, para personas con problemas psiquiátricos, reclusos en prisiones europeas, chavales desnortados que encuentran aquí una supuesta vía de salvación. En esa situación, el lugar es sólo un criterio de oportunidad.
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