Si fuera vestido de paisano podría parecer el educadísimo vecino de la casa de al lado. Pero al verde del uniforme lleva adosados los galones de coronel con mando en plaza: la de la Comandancia de Almería.
Lleva casi cien días al frente de la Comandancia de la Guardia Civil, casi podemos hacer balance.
Podemos hacer examen, sí.
¿Qué perfil de provincia ha encontrado en cuanto a seguridad y delincuencia?
En el ámbito de Guardia Civil hay una zona muy definida desde el punto de vista delincuencial que es el arco mediterráneo. Son las provincias que más conflictividad tienen, salvando alguna de interior como Sevilla o Madrid. Dentro de ese arco la problemática es muy similar. Almería estaría en el grupo medio de esas provincias. No tan alto como Alicante, ni tan bajo como Castellón.
En esos territorios la inseguridad ¿con qué está más relacionada, con los delitos contra la propiedad?
Inseguridad, no, son provincias seguras, lo que pasa es que si comparamos con provincias de interior, evidentemente los datos delincuenciales son muchísimos mayores en las provincias de costa, pero tiene su lógica porque el volumen poblacional es mucho más elevado. ¿Tipo de delincuencia? Pues sí, normalmente muchas infracciones penales relativas al tema patrimonial, robos con violencia, robos en vivienda y ese tipo de cuestiones.
¿Cuánto tiene de psicológico la seguridad? ¿Importan más los datos o la percepción de la gente?
Ese es el concepto fundamental, la percepción subjetiva de seguridad. Evidentemente a la persona que le acaban de robar, por muchos datos que le des, se ha sentido insegura. La realidad es que los datos son buenos. La estadística indica que en España, Andalucía y Almería la delincuencia va bajando.
¿Y a qué obedece esa mejora?
Bueno, cada vez se gestionan mejor los recursos. Luego, la crisis ha hecho mella en todos los ámbitos, también en el delincuencial. Hubo un boom de bandas muy violentas, sobre todo en la costa levantina, y en Almería también, en los años fuertes de economía potente, eran bandas albanokosovares, de países del Este. La crisis llevó a que ese tipo de bandas buscasen otros sitios de mejor fortuna y abandonasen el territorio nacional. Y hasta el momento no han regresado. Eso es bueno. Era un tipo de delincuencia difícil de combatir, porque eran muy profesionales y era su modo de vida.
¿Se ha quedado un perfil de delincuencia más de andar por casa?
Seguimos teniendo el perfil de delincuencia de baja, media intensidad, hay robos en viviendas, sustracciones de vehículos, en el tema de robos en el campo la iniciativa de crear los grupos Roca, específicamente para el tema de explotaciones agrícolas y ganaderas, fue muy positiva.
¿Fue un acierto?
Pues sí. Lo fue y lo sigue siendo. Se produjo un acercamiento entre la gente que estaba investigando ese tipo de delitos y el afectado y eso generó un flujo de información importante e interesante. También el control sobre chatarrerías. Esto a los agricultores no les hace mucha gracia que se diga, pero ¿quién puede ser receptador de material agrícola? Pues evidentemente alguien que lo va a emplear en el mundo agrícola.
Y aquí en Almería se han encontrado ese mercado negro, ¿no?
Sí, pero no es exclusivo de Almería, pasa en todas las provincias eminentemente agrícolas, como Murcia. La forma de atajar y atacar ese tipo ese tipo de robos es ir a la receptación, y ahí es donde se encuentra el mayor fruto de nuestro trabajo.
¿Se ponen más guardias civiles o policías en la calle cuando hay un clima social de alarma para transmitir sensación de seguridad?
No, por calmar los ánimos poner una patrulla, eso no. Lo que sí es verdad es que cuando se detectan necesidades puntuales en una zona se meten más patrullas ahí. Es verdad que la crisis a nosotros también nos ha supuesto una pérdida de efectivos importante. Menos en estas provincias del arco mediterráneo, que han estado especialmente mimadas, y estamos en un 90 por ciento de plantilla.
¿No nos podemos quejar?
No. Todo el mundo ha perdido plantilla, pero desde luego quien menos lo ha sufrido es el arco mediterráneo.
¿Están entonces bien cubiertas las necesidades de la provincia?
Nos faltaría un poquito para llegar al cien por cien del catálogo que tenemos establecido. Pero ya le digo, en la situación que vive el país de empleo público, podemos estar contentos.
¿Cuántos agentes tiene ahora disponibles?
El catálogo serían casi 1.700 efectivos y nos faltarían, entre 150 y 200, paliados con los 80 alumnos que han llegado de prácticas.
Volviendo sobre las percepciones. ¿El hecho de ser una provincia con mucha población inmigración tiene o no incidencia en las estadísticas de delitos?
Hay una percepción equivocada de que inmigración es igual a delincuencia. Eso no es cierto. Donde hay menos inmigración también hay infracciones penales y la autoría es un cincuenta por ciento, más o menos. Sí es verdad que determinadas bolsas de inmigración generan una problemática específica. Es el caso de la violencia de género, dependiendo de las nacionalidades y de las orientaciones culturales o religiosas, los malos tratos son más habituales en unos colectivos que en otros colectivos.
¿Almería por ser zona de frontera y tener mucha inmigración está bajo especial observación para prevenir el terrorismo islamista?
Las zonas con asentamientos importantes de población musulmana son objeto de especial atención, eso es así. Pero sería importante desligar el mundo musulmán del mundo yihadista. No es lo mismo, no tienen nada que ver. Es un cáncer que tienen los musulmanes. Retomando la pregunta, sí, Almería es un sitio donde hay una especial sensibilidad con el tema del islamismo radical.
Imagino que todas las fuerzas de seguridad estarán muy coordinadas.
España es un ejemplo en cuanto a coordinación de las distintas agencias u organismos que intervienen en ese trabajo.
Aquí habrá sitios obvios de atención, puerto, aeropuerto etc. ¿Las mezquitas y líderes religiosos son aliados?
La relación nuestra con las comunidades religiosas es buena. Lleva siendo así años y la tendencia es que siga en esa línea de buena comunicación. Pero, ya digo, no demonicemos las comunidades religiosas, e principal objetivo del islamismo radical son los propios musulmanes que no piensan como ellos.
En el territorio libre de las redes sociales e internet se están produciendo muchos delitos. ¿Cómo trabaja la Guardia Civil en un campo que avanza tan rápido?
Es un mundo que está en continua evolución. A veces los técnicos hay que ir a buscarlos a la calle, la imagen esa de la policía que contrata un hacker, pues en la realidad hay algo de eso. Desde el punto de vista específicamente tecnológico recurrimos mucho a las empresas, porque no se puede hacer de otra manera.
Pero los investigadores sí son propios.
Los investigadores son propios desde el punto de vista de la investigación policial, y son buenos técnicos, pero hay veces en que quien ejecuta depende qué procesos es alguien de una empresa contratada o colaboradora.
Imagino todos los días montones de policías y guardias civiles con perfiles discretos buscando en la red.
Claro. Por ejemplo, el tema de la pedofilia que es algo tristemente muy habitual, hay investigadores que están permanentemente rastreando las redes, los programas, las aplicaciones de rastreo y los nuevos procedimientos que se van sacando.
¿Y es muy difícil prevenir los delitos en la red?
Sí, sí, es difícil. Como en todo es importante la prevención. En el mundo no digital la gente y las empresas tienen muy asumida la prevención, tienen cámaras, vigilantes, tornos, pero de repente te llaman y te dicen que han sido víctimas de un secuestro digital. Es sorprendente que se haga una inversión de un tipo y en el mundo digital eso no ocurra. Y no es tan inhabitual, incluso en empresas grandes.
Y de la gente de a pie ni hablamos.
Bueno, hay un porcentaje muy elevado de gente que no tiene antivirus en su ordenador cuando es una medida básica. Si nos vamos a la empresa el que te encripten toda tu red informática puede suponer que has perdido toda tu auditoría de cuentas, de proveedores, de clientes, tecnológica, toda tu información de I+D. Le dedicamos poco cariño a las medidas de seguridad.
Los menores también corren riesgos, ¿estamos dejando que se acerquen demasiado pronto a esos medios?
Esta es una opinión muy personal, y como padre. Creo que impedir o restringir el acceso a los chavales a las redes sociales, a los ordenadores y demás, es poco menos que imposible. Primero porque es una necesidad que ellos demandan, segundo porque su círculo de relaciones vive en ese mundo, y sacarlos va a ser complicado. Lo que sí se puede hacer es intentar controlar de qué manera acceden. Hay controles parentales, de actividad, y luego hay una detección fundamental que deben tener los padres, que es la relación de hijo a padre. Cuando uno no tiene relación con sus hijos no se entera de nada, cuando uno tiene relación se perciben cosas. Yo creo que la línea va en ese sentido.
La Guardia Civil da charlas en colegios sobre esta cuestión, ¿a los chavales les interesa?
En el marco del plan de convivencia escolar una de las charlas que se da es el tema de los peligros de internet y del buen uso de internet. Suelen ser bastante bien acogidas. Uno se da cuenta de que los chavales saben muchísimo más de redes sociales de lo que uno se pueda pensar, y que no son tan tontos ni tan ingenuos como parece.
Entonces: educación, control y formación.
Exactamente, educación y relación, porque aunque los chavales estén con la play, con el Instagram, con Facebook, con lo que sea, eso no puede impedir que hables todos los días con tu hijo, con tu hija, es ahí donde vamos a detectar si hay algo raro. Cuando no había redes sociales también pasaba. El padre que no hablaba nunca con su hijo o su hija no se enteraba de lo que pasaba.
Los índices de violencia contra la mujer son preocupantes, ¿hay más o se denuncia más?
La violencia contra la mujer es un tema cultural. Yo creo que pasará mucho tiempo para que se vaya reduciendo porque creo que va consustancial a ese sentimiento posesivo del hombre. Es algo que en distintas culturas se produce también. Las comunidades hispanoamericanas son un núcleo importante de violencia de género. También es verdad que con el desarrollo de los medios sociales, de internet, se le ha dado más visibilidad al problema. No creo que la violencia de género que se produce ahora sea superior a la de hace 25 años, pero ahora aflora mucho más.
¿Inquieta que entre los jóvenes no haya bajado sino que, al contrario, en muy jóvenes haya subido?
Por eso digo que tienen que pasar muchos años, porque la respuesta a determinadas políticas de concienciación no parece que sea un éxito, por lo que usted misma comenta. Probablemente necesitemos más tiempo.
Usted es de familia de guardia civil de varias generaciones, ¿cómo ha cambiado la Guardia Civil?
Pues yo creo que ha cambiado en el mismo sentido en que ha cambiado la sociedad. Hemos vivido una revolución en 20 ó 25 años, incluso en menos, que ha tenido una traslación, no solo a la Guardia Civil, a todos los ámbitos. Creo que la imagen que se da ahora es la de un cuerpo muy dinámico, con una gran empatía en cuanto al devenir social en el sentido de que la oferta de la Guardia Civil va cambiando en función de las necesidades de la sociedad. Ahora mismo somos un cuerpo de futuro y puntero pero no lo digo yo, lo dice n incluso a nivel europeo.
¿Cómo es la relación con la Policía Nacional?
Yo la que tengo aquí con Adolfo [Castaño], el comisario, es buena, y creo que si le pregunta a Adolfo contestará lo mismo. Siempre ha habido un tópico de mala relación que no es real. Hay que diferenciar el trabajo del día a día en la calle de lo que puedan ser grandes líneas estratégicas, desde el punto de vista de los dos cuerpos y a otro nivel.
¿Hay alguna zona de la provincia que necesite mejor dotación de Guardia Civil?
Nosotros diferenciamos tres zonas, el Poniente, el cinturón de Almería, y el levante. El levante desde el punto de vista delincuencial tiene unas necesidades menores. El Poniente es una zona con un tejido social mucho más complejo, mucha más inmigración, donde hay una actividad económica muy superior. Para nosotros un punto importante es Roquetas. Con 100.000 habitantes, las demandas de Roquetas no son las de un pueblo del interior levante.
En Roquetas se planteó crear una Comisaría de Policía. ¿Sería necesario?
Ese planteamiento ya se dio en Torrevieja, que tiene algunos puntos en común con Roquetas. En Torrevieja se optó por que fuera Guardia Civil quien siguiese llevando el tema de la seguridad ciudadana, y en Roquetas se ha optado por lo mismo. Si hubiese algún cambio en ese sentido no se haría como en El Ejido, donde la Policía se queda con el casco urbano y el resto del término municipal es de Guardia Civil. Eso ya no existe, si hubiese un despliegue de Policía Nacional, ese mismo día la Guardia Civil se va de Roquetas.
¿Las 200 Viviendas de Roquetas son un polvorín?
En zonas deprimidas socialmente siempre hay sustrato de que pueda surgir algo. Han sido casos muy puntuales. Los líderes de esas comunidades, tanto la marroquí como la subsahariana y la gitana, nos echan una mano y favorecen el clima de respeto, lo que no quita que un hecho encienda la llama. Solo falta que la recuperación económica siga. El trabajo y el dinero ayudan.
Hace unos días los gitanos daban un reconocimiento a la Guardia Civil, ¿ya no es lo de antes?
Tenemos guardias civiles gitanos, y no han sido repudiados por su comunidad. Eso es un tópico.
¿Se acabó entonces?
También la situación social de los gitanos ha cambiado de manera importante
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