El desempleo se ceba en Almería con los titulados en las diferentes ramas de la Ingeniería, según los datos del estudio QEDU (Qué Estudiar y Dónde en la Universidad), realizado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte conjuntamente con la Conferencia de los Consejos Sociales de las Universidades Españolas. El estudio cruza las cifras de titulados universitarios con las de afiliados a la Seguridad Social. De esta manera, es posible conocer el porcentaje de estudiantes que tienen un empleo y, de ellos, cuántos trabajan acorde a su educación.
Si, según este informe, los titulados en las ramas educativas y sanitarias tienen muy pocas dificultades para encontrar un empleo -el grado de inserción laboral de estas carreras está entre el 94 y el 92 por ciento, es decir, que de cada cien titulados, más de 90 están trabajando en algo relacionado con lo que estudiaron-, en el lado contrario de la balanza se sitúan la mayor parte de los grados que tienen que ver con la rama industrial y con la agrícola.
Escaso peso industrial
En Almería, los ocupados en el sector industrial representan solo el 6,5% de los empleados. Las cifras, como alertó el presidente de Asempal, José Cano, a finales del año pasado, son “claramente insuficientes” para alcanzar los objetivos planteados por la UE en la Estrategia 2020 y tienen un fiel reflejo en el porcentaje de titulados que, o están en paro o se ven obligados a trabajar en algo que no tiene que ver con lo suyo.
Por ejemplo, el grado en Ingeniería Eléctrica es el que peor inserción laboral tiene de las 32 titulaciones que pueden cursarse en la UAL (30 grados y dos dobles grados): apenas un 47% de los jóvenes que se titularon en el curso 2014/15 tiene en la actualidad un puesto de trabajo relacionado con sus estudios universitarios.
Le siguen a corta distancia los grados en Ingeniería Electrónica Industrial e Ingeniería Química Industrial -solo la mitad de los graduados en estas titulaciones han encontrado un empleo que tenga que ver con su especialidad-, el de Ingeniería Informática -con una inserción laboral del 53 por ciento- o, paradójicamente en un lugar donde la agricultura se sitúa como el primer motor económico, los que terminaron Ingeniería Agrícola: solo el 54% de ellos trabaja actualmente en empresas del sector.
Los más demandados
Frente a datos tan poco alentadores, los titulados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Educación Social y Enfermería, seguidos de los que han cursado Fisioterapia y Educación Primaria son los que, en Almería, tardan menos en encontrar un trabajo acorde a su formación académica según este informe. "Discrepo de esos datos, porque una cosa es la teoría y otra la realidad. Solo hay que ver a qué se dedican las personas que terminan una carrera. Yo estoy trabajando en una guardería porque empecé con una beca, pero la mayor parte de mis compañeros o están estudiando oposiciones o se han ido al extranjero”, señalaba ayer Lydia López, de 24 años y graduada en Educación Infantil por la Universidad de Almería.
Junto a ella, Ignacio García, también de 24 años, almeriense y licenciado en Farmacia por la Universidad de Granada, hacía buenas las palabras de su amiga. En la actualidad estudia las oposiciones FIR (Farmacéutico Interno Residente) porque opina que la calidad de vida de un farmacéutico de hospital “es mejor” que la de quien trabaja por cuenta ajena en una farmacia. García señala que “la mayor parte de sus compañeros” de carrera están trabajando pero que “todos” se han tenido que ir a otras ciudades “más grandes” a “buscarse la vida”.
“Que haya tan poca inserción laboral en Ingenierías es una noticia muy triste. El problema es la falta de un tejido industrial almeriense potente. De hecho, que el paro toque a los ingenieros agrícolas muestra que las cúpulas de las empresas no ponen en valor que haya ingenieros en puestos directivos”, opina Almudena Guarnido, profesora de Economía Aplicada en la UAL.
Egresados
El estudio contempla a los egresados -estudiantes que han terminado sus estudios- de primer y segundo ciclo del curso 2009-10 dados de alta en la Seguridad Social cuatro años después de acabar sus carreras, en 2014. La tasa de afiliación es el porcentaje de afiliados a la Seguridad Social. Dentro de ese grupo se incluyen los titulados afiliados en un grupo de cotización acorde a su nivel formativo y los que trabajan por cuenta ajena con un contrato indefinido.
El informe elaborado por el Ministerio tienen en cuenta los universitarios afiliados tanto en régimen general como en régimen especial de trabajadores autónomos. No están incluidos los titulados universitarios que ejercen su profesión como autónomos y que están afiliados a una mutualidad de su colegio profesional, los que trabajan en el extranjero ni tampoco los que eran funcionarios de la Administración Pública antes de 2011.
Orientación
Según señala la web del Ministerio, la aplicación “Qué estudiar y dónde en la Universidad” se ha creado para facilitar a los estudiantes “un conjunto de información que les sea de utilidad en el momento de decidir qué titulación estudiar y dónde cursarla”. “La información debe ser considerada exclusivamente a título informativo y orientativo y no tiene validez oficial”, se explica.
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