Nació en Colonia, Alemania, en 1965. A finales de los años ochenta aterrizó en Granada y, a mediados de los noventa, aprobó las oposiciones a profesor del Conservatorio Superior de Música. Le dieron plaza en Almería y, desde entonces, vive en esta ciudad, a la que ha aprendido a amar poco a poco y donde han nacido y crecido sus dos hijas. Habla del gran salto cultural que ha experimentado Almería en un par de décadas pero señala que aún queda mucho por hacer y pone el foco no en los ciudadanos, sino en los gestores y en los políticos. “Son ellos quienes tienen la responsabilidad de que la música llegue a todos”.
¿Existe amor por la música en Almería?
Desde siempre. Lo que falta es la formación, también de los profesionales y me incluyo en ello. Comparándolo con la que se da en Alemania, que conozco porque viví allí muchos años, la que se imparte aquí manifiesta aún muchas carencias.
¿Cuándo nace el Coro ‘Ciudad de Almería’?
En el año 97, en el entorno del Conservatorio. Estamos a punto de cumplir veinte años, que es mucho tiempo.
¿Cuántas personas lo integran?
Ahora mismo estamos treinta personas, la mitad de ellos músicos y la otra mitad amateurs y hemos creado una mezcla que funciona. Hemos logrado que la música y la vida social tengan la misma importancia y la misma calidad. Pero no ha sido fácil. Ha habido muchas divisiones, cambios, en una época incluso el coro se dividió en dos. Pero todo ha servido de aprendizaje.
Ahora ha conseguido ese equilibrio.
De momento, sí, pero quién sabe. Mañana puede romperse, porque hablamos de equilibrios muy sensibles.
Sin embargo, su queja es que a pesar de los conciertos que ofrecen, la información no llega al gran público.
Creo que existe un cierto ‘desapego’ desde el ayuntamiento, en música clásica, en todo lo que no sea la OCAL (Orquesta Ciudad de Almería). No reclamamos subvenciones, pero pienso que podría haber un reparto más equitativo de las ayudas de manera que hubiera muchos más conciertos por toda la ciudad que le alegraran la vida a la gente.
¿Sería llevar la música a la calle?
Eso es. Pero se trata de una cuestión de criterio político. La discusión es hacer cuatro grandes espectáculos al año y llenar el Auditorio o fomentar que la música llegue a todos.
¿Y en todo esto, cuál es el papel de los músicos?
Nosotros estamos para educar la mentalidad de la gente. En el Coro siempre hemos montado programas poco convencionales y luego la pieza más especial, más difícil, ha sido la que más ha gustado.
¿Esa búsqueda es lo más interesante del trabajo de un coro?
Para mí, sí. Hay tanta música, tan bonita, tan distinta, que creo que es muy positivo ser versátil. Somos alquimistas: transformamos emociones en sonidos.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/135764/los-musicos-somos-alquimistas-de-emociones