Juan Martínez Barea: "Vivimos el mejor momento de la Historia"

“El mundo que viene” , ¿es un ejercicio de optimismo o un manual de supervivencia?
Ambos. Tenía dos objetivos con este libro: mostrar de cerca cómo es el nuevo mundo que está emergiendo, dominado por la tecnología y la innovación, y dar un mensaje de optimismo a toda la sociedad española. Quería dar un grito de optimismo y positivismo ante la atmósfera tan negativa y pesimista que nos rodea. Me rebelo ante la negatividad que veo cada día en los medios. Ya está bien de dar a nuestros jóvenes ese continuo mensaje de pesimismo. Estamos viviendo el mejor momento de la Historia, y nunca ha habido tantas oportunidades para todos.

¿Por qué cambiará nuestras vidas la hiperconectividad?
Ya la ha cambiado. Estamos conectados 24 horas al día, 365 días al año.  Pero esta maravilla que es Internet aún solo llega a la mitad de la Humanidad. En los próximos 10 años se conectará todo lo que nos rodea, llegando a los objetos de nuestro entorno el “Internet de las cosas”. Actualmente tenemos cada uno de nosotros una media de 2 objetos conectados a Internet. En 2025 se espera que tengamos más de 50.000 millones de “cosas” conectados a Internet, que se extenderá a todo el planeta y más de 7.000 millones de personas estarán conectados, y por ello, accederán a toda la información y todo el conocimiento. ¡Qué maravilla será que los niños de cualquier país de África o de cualquier pequeño pueblo español puedan asistir en directo a las clases de los mejores profesores de Harvard o MIT! 

Apuestas por la aceleración tecnológica o la  biomedicina. ¿En cuántos años llegarán todos estos cambios que pronosticas?
Ya están llegando, pero en un plazo de 10 años ya serán parte de nuestras vidas. Estamos sólo en el inicio de una gran tecnologización de todo lo que nos rodea. Por ejemplo, la automoción. En 10 años, flotas de coches eléctricos y autónomos (sin conductor) llenarán nuestras carreteras. O la salud, que será una de las grandes áreas donde viviremos cambios inmensos, con medicinas personalizadas al ADN de cada paciente, el diagnóstico temprano de enfermedades como el cáncer con sólo un análisis de sangre, o asistentes médicos dotados de inteligencia artificial que harán que cualquier médico del último rincón del mundo se convierta en el mejor médico. Las posibilidades son infinitas.

Entre los avances que cuentas, ¿cuál es el más revolucionario de todos, el que más te apasiona?
Es difícil elegir.  Pero llevando esta revolución tecnológica al terreno más personal, me apasiona la posibilidad de que convirtamos al cáncer en una enfermedad curable a través de la detección temprana. El cáncer mata porque se detecta mayoritariamente tarde. Pero ese mismo cáncer si se detecta pronto se cura. Y en los próximos 10 años la Humanidad tendrá a su disposición tests de sangre que permitirán detectar el cáncer cuando aún es curable. La lucha contra el cáncer la vamos a ganar.

¿Qué amenazas hay a todo esto?
Creo que uno de los principales retos a los que se va a enfrentar nuestra generación es a la polarización de los empleos. Una sociedad y una economía cada vez más tecnológicas requerirán más y mejores capacidades, y profesionales más cualificados. Por ello, los más preparados accederán a inmensas oportunidades y se podrán comer el mundo. Sin embargo, los menos preparados lo tendrán muy muy difícil en este nuevo mundo. El reto es acceder a la mayor formación y capacitación posibles, y para nuestros gobernantes es crear sistemas de compensación que permitan dar una solución digna a los que se queden fuera del sistema por su falta de capacitación y competitividad. Esta diferenciación ha existido siempre, pero una sociedad más tecnológica hará que las diferencias sean mucho mayores.