¿Mayores para coger el volante? Menos accidentes y multas a partir de los 65 años

Los controles psicofísicos de Tráfico detectan una pérdida de facultades, pero muchos se `retiran` voluntariamente

Un vecino observa los restos de un accidente.
Un vecino observa los restos de un accidente.
Javier Pajarón
14:05 • 17 sept. 2017

Sacó brillo a su carné de conducir por primera vez en un camino de tierra al volante de un cuatro latas hace cincuenta años y ahora, convertido casi en octogenario, estaciona un pequeño utilitario automático en el garaje de un bloque de viviendas. Porque no solo de jóvenes viven las carreteras.




Según estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT), actualizadas el pasado mes de agosto, más de 39.000 conductores mayores de 65 años de edad están censados en la provincia de Almería.  Suponen el 11 por ciento del total de permisos activos y, por tanto, son parte importante de la circulación diaria.




La normativa prescinde de un límite de edad para la renovación de los permisos. La fecha de nacimiento no importante, siempre que el conductor supere las pruebas que acreditan sus “aptitud psicofísica” para llevar el volante de un automóvil.




Los conductores mayores de 65 años deben someterse a revisiones cada cinco años y, en determinados permisos, cada tres. De este modo, la DGT busca un seguimiento de las condiciones físicas y cognitivas de los ciudadanos en la carretera.




Además, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de la Policía Local emiten informes técnicos cuando detectan a un conductor con sus facultades mermadas. Estos documentos obligan a una revisión especializada y desembocan, en algunos casos, en la retirada definitiva de la vigencia del permiso.




Sin embargo, las estadísticas muestran un fenómeno  más frecuente. Los mayores de 65 años cometen menos infracciones e, inclusos, sufren menos accidentes (aunque los resultados lesivos pueden ser más graves).




Accidentalidad
Según datos facilitados por la Jefatura de Tráfico de Almería, cuyo responsable es José María Méndez, las sanciones del permiso por puntos a conductores mayores de 65 años entre los años 2016 y 2017 rozan el millar. No obstante, solo son el 5 por ciento del total (el ‘colectivo’ aglutina el 11 por ciento de los conductores).




Informes especializados respaldan estos argumentos. La Fundación Línea Directa  presentó un informe hace un año sobre los ‘pilotos’ más veteranos de las carreteras españoles. “Pese a los prejuicios  sociales, los conductores mayores de 65 años son los que menos accidentes tienen al volante: cuatro veces menos que los menores de 25 años”, concluye la entidad.


Por su parte, el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) apuesta por consensuar nuevas estrategias, como endurecer las pruebas a mayores de 75 años. En Almería hay 12.000, aunque muchos se han ‘retirado’ voluntariamente de las carreteras.


Infracciones y accidentes afloran 16 casos de incapacidad
La obtención del carné no es un cheque en blanco para los ciudadanos. Los conductores están obligados a cumplir las normas de  circulación y, además, deben pasar revisiones periódicas para demostrar sus “aptitudes psicofísicas” para tomar el volante.


Por ejemplo, los titulares de los permisos más comunes (ciclomotores, motocicletas, turismos y furgonetas) deben superar un examen cada diez años antes de cumplir los 65 y, después, cada cinco años.


La exploración supone, por tanto, una criba entre los usuarios capacitados o incapacitados físicamente para conducir. Es, en cierto modo, una garantía para la seguridad vial.


Sin embargo, existe un mecanismo mucho menos conocido para la retirada del permiso. Son aquellos casos donde el conductor pierde alguna destreza durante el plazo que transcurre entre las revisiones periódicas, ya sea por un deterioro físico o mental notable, ya sea por una discapacidad aflorada en el tiempo.


“A veces se tiene conocimiento de la presunta desaparición de alguno de los requisitos que, sobre aptitudes psicofísicas, se exigían para el otorgamiento de la autorización”, explica José María Méndez.


“Esta información llega a través de un informe de la Policía Local o de la Guardia Civil tras infracciones o accidentes”, añade el jefe provincial de Tráfico en Almería.


Los agentes emiten sus valoraciones sobre el conductor y la Jefatura solicita una exploración. Un médico del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Almería, especializado en la materia, se encarga de dictaminar si el conductor está capacitado para continuar al volante. O no.


Según datos oficiales, 16 conductores perdieron la vigencia de sus permisos por ausencia de las condiciones psicofísicas en Almería entre los años 2015 y 2016. 


Además, la Jefatura Provincial de Tráfico estudió otros 14 casos dudosos detectados por los agentes y sometidos a una examen minucioso. Para demostrar su capacidad, los ciudadanos pueden presentarse hasta en tres ocasiones ante el médico.



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