Taxistas valoran no entrar en El Puche por los ataques

Apedreado un taxi de madrugada cuando recogía a un cliente en la Avenida Mare Nostrum

Daños en el marco de la ventanilla del taxista
Daños en el marco de la ventanilla del taxista
Javier Pajarón
21:56 • 22 sept. 2017

Los actos vandálicos en El Puche contra los servicios de transporte, limpieza y emergencias tienen consecuencias directas en los vecinos de la propia barriada. Los trabajadores limitan su radio de acción ante los problemas de inseguridad y los ciudadanos sufren los efectos negativos de una merma de las prestaciones.




El último colectivo en plantarse es el taxi. Los socios de la Asociación Gremial del Taxi en Almería valoran dejar de prestar servicio en el interior de El Puche tras padecer nuevos ataques. La madrugada del jueves al viernes, un vehículo fue apedreado en la Avenida Mare Nostrum cuando el conductor se dirigía a recoger a un cliente. El automóvil sufrió la fractura de un luna frontal e impactos de gran tamaño en la carrocería. De hecho, una piedra alcanzó el marco de la puerta del conductor que, por solo unos centímetros, se libró de las heridas que habría provocado un golpe contra su ventanilla.




El episodio colma la paciencia de los profesionales del sector. De hecho, según explica Sergio Córdoba, la Gremial del Taxi de Almería deja en manos de los conductores la posibilidad de seguir accediendo al interior del barrio para recoger o dejar clientes.




Córdoba asegura que el asunto se atenderá con mayor profundidad en una reunión del colectivo prevista en las próximas semanas en la capital.  Una opción sería cortar el recorrido de los trayectos en el acceso al barrio (a la altura del establecimiento de McDonals, por ejemplo), aunque, en todo caso, la decisión final dependerá del acuerdo que alcancen los profesionales.




Los ataques vandálicos suponen graves desperfectos en los vehículos y, en los casos más severos, daños a conductores y clientes. Además, supone una merma de los servicios disponibles para los vecinos que cívicamente residen en el barrio.




Surbús ya redujo su itinerario en el interior del barrio tras varios apedreamientos y los servicio de limpieza han denunciado ataques a la entrada del Polígono Sector 20 (los lanzamientos llegan desde detrás de los muros del centro educativo Josefina Baró o desde el matorral que rodea las vías del ferrocarril).






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