Órdago separatista al Estado

Los Mossos desobedecen a los jueces y no paran el simulacro de referéndum. Policía Nacional y Guardia Civil intervienen y la Generalitat cifra en 465 los heridos

Policías retiran una urna este domingo en Cataluña
Policías retiran una urna este domingo en Cataluña
Agencias
23:45 • 01 oct. 2017

Lo de ayer en las calles, los colegios, los centros de salud y cívicos de Cataluña es una imagen que quedará grabada en la historia como la de un órdago en toda regla a un Estado democrático alentado desde instituciones de ese propio Estado. 




El intento de referéndum de autodeterminación promovido por el Govern, aprobado por el Parlament saltando sus propias normas de funcionamiento, y prohibido por el Tribunal Constitucional, se quedó en un simulacro escenificado para la retransmisión televisiva. Un simulacro sin ninguna validez legal, pero que los partidos independentistas y los líderes de la Generalitat han presentado como la expresión de la voluntad de los catalanes. 




La pasividad demostrada por los Mossos d´Esquadra, que ha evitado precintar los colegios electorales previstos para la celebración del referéndum ilegal de independencia, y la posterior intervención de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para impedir el voto marcaron la jornada de ayer, desarrollada con mucha tensión y votaciones en muchos colegios electorales, pero sin ninguna garantía democrática.




Además, la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, mandatadas por la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en las que se vieron escenas con utilización de la fuerza -con un balance de 465 heridos según el Gobierno catalán-, han provocado un enfriamiento en el apoyo del PSOE al Gobierno, a quien ha culpado de lo que está ocurriendo en la misma medida en la que culpa al Gobierno de la Generalitat.




Desobediencia
Los Mossos d´Esquadra habían asumido la responsabilidad de precintar los colegios electorales, una orden dada por la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Pero, tras la ocupación de muchos centros durante el fin de semana, las organizaciones independentistas comenzaron el día a las cinco de la madrugada concentrándose masivamente en las puertas de los colegios. A las seis no había ni rastro de los agentes autonómicos y comenzaron a llegar las urnas y las papeletas, portadas por particulares.




Además, y en previsión de que se pudieran cerrar centros, el Gobierno catalán cambió las ´reglas del juego´45 minutos antes, optando por un censo universal y permitiendo que se pudiera votar en cualquier colegio, sin sobres y con la papeleta impresa en casa.
La reacción del Ejecutivo de Mariano Rajoy no se hizo esperar y dio por "desbaratado" el referéndum, alegando que la Generalitat había "liquidado cualquier vestigio de respetabilidad democrática".
 






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