El cannabis, la droga más consumida

Jorge tiene 33 años, un matrimonio feliz y un bebé de pocos meses. Hace seis años, tomó, según sus propias palabras, la decisión más importante de su vida: pedir ayuda en Proyecto Hombre. “Yo creía que estaba bien, pero, en realidad, estaba a un paso de perderlo todo, mi pareja, mi familia, todo aquello que importa. Allí me hicieron crecer como persona y construir un proyecto de vida que entonces no tenía”, contó  ante terapeutas, usuarios y familiares de jóvenes que están ahora en tratamiento. 

Tres años más tarde de iniciar su rehabilitación (en su caso, por consumo de cocaína), recibió el alta terapéutica. Hoy cree que aquel paso fue el más trascendental de cuantos ha tomado nunca porque le permitió volver a empezar, retomar su vida, tener una segunda oportunidad. “Allí encontré personas que me entendían, que sabían cómo me sentía, que me hicieron avanzar. Gracias a ellos recuperé la confianza”, explicó. 

La entidad atendió el año pasado a 256 usuarios, hombres y mujeres menores de 40 años fundamentalmente y ayudó a 130 familias cuyos hijos presentan patrones de conductas de riesgo. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurría hasta hace pocos años,  cuando la cocaína “reinaba” como la droga que más afectación presentaba, en los dos últimos años son las adicciones al alcohol y cannabis las que demandan más atención en Proyecto Hombre. 

El perfil general de usuario hombre es un varón menor de 40 años (78% de los casos), residente en Almería capital seguido del Poniente, con trabajo y estudios de Educación Secundaria, cuya demanda principal de tratamiento es por consumo de alcohol (38%), cannabis (27%) y cocaína (24%). 

En cuanto al perfil de mujeres, la edad media de las usuarias atendidas es de 27 años (el 14% de la población atendida en los programas de la entidad), de las que un 53% se encuentra en situación de desempleo y que acude a Proyecto Hombre por consumo de cannabis (40%), seguido del alcohol (27%). 

El cannabis es también la droga más habitual entre los más jóvenes: el 75% de los chicos de entre 18 y 21 años que ha demandado ayuda, lo hizo por adicción a esta droga. Por otra parte, el 10 por ciento de los tratamientos fue por conductas desadaptativas y el 15% restante por consumo de alcohol, cocaína y tabaco. 

Proyecto Hombre  se ocupa también de atender conflictos intrafamiliares derivados de problemas de comunicación entre padres e hijos. A veces, esos problemas están motivados  por falta de control emocional, agresividad, uso excesivo del teléfono móvil o fracaso escolar, problemas que también son abordados desde un punto de vista terapéutico. 

“Entre otras consideraciones que hay que tener en cuenta es que los jóvenes tienen una percepción poco peligrosa del alcohol y que creen que es peor el tabaco que el cannabis. Ahí han tenido mucho que ver las campañas de sensibilización que se han hecho en los últimos años y la prohibición de fumar en lugares públicos. Creemos que campañas de este tipo deberían emprenderse con el cannabis, porque su consumo entre los más jóvenes es muy preocupante”, señala Ana Mazón, directora de Proyecto Hombre en Almería.

Además de los diferentes programas de ayuda que la entidad tiene en marcha (Faro, Apoyo, Juve y Reinserción), Proyecto Hombre atendió en 2016 a 26 presos que actualmente cumplen condena en la prisión del Acebuche. De otra parte, sus campañas de prevención llegaron a 1.256 beneficiarios, entre programas escolares y familiares y actuaciones de prevención comunitaria. Todos ellos tienen el objetivo de evitar o retrasar la edad de inicio del consumo de sustancias, disminuyendo conductas de riesgo y aumentando factores de protección. 

La presentación de la Memoria 2016, que tuvo lugar hace unos días, contó con la presencia de la concejala Pilar Ortega, que agradeció la labor realizada por la entidad - “solo puedo deciros que estamos y estaremos siempre con Proyecto Hombre”, dijo-, y el delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, José María Martín, que advirtió del peligro de los casos de adicción en mujeres que son víctimas, además y en muchos casos, de violencia machista.