Las puertas cerradas de la sala de vistas guardaban de las miradas de familiares y periodistas a los cinco acusados de la muerte de tres jóvenes en una cueva de La Molineta (Almería) en el mes de abril. La tensión entre las partes y la presencia de menores entre los procesados y los testigos motivaron el ‘cerrojazo’ en el juicio oral que, durante dos días, dirime las presuntas responsabilidades en la muerte de Alejandro (21 años), Cintia (15 años) y Naima (12 años).
La Fiscalía de Menores solicita para el principal acusado, un chico de 16 años, ocho años de internamiento en un centro de reforma juvenil y cinco años de libertad vigilada como supuesto autor material del incendio. El menor admitió ayer en la sala la autoría del fuego, pero negó radicalmente su intención de causar daño a los tres fallecidos aquella tarde noche de abril (un cuarto muchacho consiguió escapar in extremis de la cavidad).
Un horno
“El juicio va demostrando poco a poco nuestra teoría de que fue un desgraciado incidente y que no había la más mínima voluntad de hacer daño a nadie”, señaló a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Almería el abogado de la defensa, José Ramón Cantalejo. “Se dieron una serie de circunstancias concatenadas que provocaron la tormenta perfecta que fue el incendio”, añadió. “Fue una cuestión de fuerza mayor y no pudieron apagarlo”.
El letrado alude directamente a las condiciones de propagación del incendio. La cueva estaba protegida por unas chapas a modo de tejado y un muro, de una antigua construcción, a modo de frontal. Solo un pequeño hueco entre abierto en el tabique permitía la entrada y salida. Además existía en el fondo un pozo con decenas de metros de profundidad.
Según la investigación, el fuego taponó el acceso y convirtió la oquedad en un horno o chimenea, donde la toma de aire elevó la velocidad y potencia de las llamas. Esta configuración fue acreditada por los bomberos que actuaron aquel 3 de abril en La Molineta y que prestaron declaración en el Juzgado de Menores ayer. Estos profesionales, que encontraron los cuerpos calcinados de los menores al retirar las chapas, confirmaron la virulencia de las llamas en una cueva de estas características. Para las defensas, los hechos fueron “fortuitos” y no existen elementos para sostener la voluntad de matar a los menores, si bien se abre la posibilidad de la existencia de un homicidio involuntario, según esta versión.
Responsabilidades del Ayuntamiento de Almería
Francisco Manuel Fernández Cabrera, abogado de la familia de la fallecida Cintia, asegura que el principal acusado manifestó en la sala de vistas que “estaban jugando” y el fuego “se les fue de las manos”. El abogado de la acusación particular entiende la confesión como una prueba manifiesta de la autoría del fuego que acabó con la vida de los chicos, atrapados en el interior de una cueva con múltiples desechos ardiendo.
La acusación particular pide una indemnización de 800.000 euros al Ayuntamiento de Almería por presuntas responsabilidades en la muerte de los tres menores en la cueva de La Molineta en el mes de abril. Las acusaciones entienden que el Consistorio desatendió sus funciones de conservación y limpieza del entorno, infestado de basuras, colchones y muebles viejos.
Estos desechos, según los peritos, funcionaron como combustible y provocaron la extensión de las llamas por el lugar de los hechos, una caverna de unos tres metros de profundidad y cuatro metros de alto. El letrado del Ayuntamiento de Almería compareció ayer en el proceso celebrado a puerta cerrada en la Ciudad de la Justicia de Almería. El letrado Fernández Cabrera, acusación particular en el caso, subrayó el “estado lamentable y calamitoso” del recinto, usado por muchos menores como lugar de reunión. Las basuras eran visibles fácilmente tras el incendio.
"Sorprende la frialdad"
Francisco Manuel Fernández Cabrera, uno de los letrados de la acusación particular, solicita penas de ocho y diez años de internamiento para los dos principales acusados por las muertes de la cueva de La Molineta. En cambio, para los tres acusados restantes comparte la petición de la Fiscalía de Menores y pide una condena de 24 meses de libertad vigilada por un presunto delito de encubrimiento.
En declaraciones a los medios de comunicación a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Almería, el abogado destacó la ausencia de arrepentimiento entre los principales procesados. “No ha habido arrepentimiento y sorprende la falta de empatía y la frialdad, especialmente del hermano (del principal acusado)”, afirmó el abogado de la acusación.
Entre los testigos más relevantes del caso se encuentra un cuarto menor de edad atrapado en el interior de la cueva aquella noche. Fue el único capaz de salir antes de que las llamas calcinaron el sofá, el colchón y los muebles viejos almacenados en el lugar de los hechos. “A pesar de estar muy ofuscado y tener ciertamente claras muchas de las circunstancias del suceso, ha dicho que pudo salir y que presumiblemente el resto también lo podría haber hecho, pero que desconoce las causas por las que no lo hicieron”, describió el letrado.
Los bomberos retiraron las chapas de la cubierta y descubrieron a los tres víctimas en el fondo de la caverna intentando refugiarse de las llamas y del denso humo causado por la combustión de basuras y colchones.
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