¿Cómo tender puentes en Cataluña con una sociedad tan dividida?

El Periódico de Catalunya dedicaba en su edición de ayer un perfil a la ganadora de las elecciones, Inés Arrimadas. Lo titula “La Khaleesi naranja”. Arrimadas es fan de la serie Juego de Tronos. Hasta el punto de que tiene una camiseta naranja de Daenerys Targarien (también conocida en la serie como Khaleesi o Reina de Dragones). Al frente de Ciudadanos en Cataluña, esta joven nacida en Jerez de la Frontera ha conseguido teñir de naranja la Barcelona metropolitana. El conocido “Cinturón rojo” ha pasado a ser naranja. En uno de sus municipios, Cornellà de Llobregat, donde Ciudadanos ha arrasado tras obtener el 33,55% de los votos, LA VOZ DE ALMERÍA reúne a Toni Gavilán, independentista convencido, y a su tía Conchi Yepes, que prefiere que Cataluña se mantenga dentro de España. La pregunta es inevitable: ¿Cómo se pueden tender puentes en una sociedad tan dividida que necesita reconciliarse?

Buscar soluciones
“Yo creo que tendríamos que ir a algo práctico, avanzar socialmente y recuperar lo que hacía funcionar a Cataluña. Mientras nos quedemos pensando en que la salida pasa por la independentista, no vamos a ningún sitio”, considera Conchi Yepes, que nació en Almería y llegó a Cornellà con cuatro años. “Tiene que ser a través del trabajo conjunto, de la mano de todos, no hay otra salida”, explica en la bulliciosa cafetería donde reunimos, próxima a la Plaza de la Sardana. “Sería conveniente parar el procés poco a poco, pero yo lo veo difícil a corto plazo, porque yo creo que no hay ningún político pro independentista que tenga el valor de hacerlo”, opina su sobrino Toni Gavilán, que es independentista y ha nacido en Cataluña aunque sus raíces están en Andalucía (su padre es sevillano, y su madre almeriense).

La de Conchi y Toni es una familia bien avenida, inmune a un procés que ha enturbiado los vínculos fraternales de muchas otras familias catalanas. Tienen visiones políticas diferentes, pero defienden sus tesis con ese respeto que no debería quebrantarse jamás. A la cafetería llega el marido de Conchi, y se suma a la conversación. Se llama Fernando Sánchez de Marcos. Su padre nació en Berja. Es gente cercana y amable, sin dobleces. “La sociedad ha ido empujando mucho hacia la independencia, y los políticos han ido igual de rápido que la gente, así que ahora ningún político independentista puede decir que parará el procés. Viendo lo que estaba pasando, alguien tenía que haber levantado la mano, frenar y haber dicho: oye, vamos a valorar todo esto”, continúa explicando Toni. “Tampoco han sido realistas”, puntualiza Conchi. “No han sido realistas de una manera consciente, porque a ver quién era capaz de frenar el proceso y negar la calle a la gente cuando está montando manifestaciones”, considera su sobrino.

Fractura social
Pero durante la conversación, resulta imposible no hablar de los hechos que, en su opinión, han propiciado esta fractura social sin precedentes. “Lo que no puede ser es que a nivel económico nos traten de hacer tanto daño desde Madrid: intentan modificar y frenar el Corredor del Mediterráneo, que a este paso pasará por Galicia antes que por aquí; nos han maltratado a nivel cultural, buscando problemas lingüísticos donde no los hay, y como dice la canción de Charango, estamos cansados de comernos las migas, y queremos comernos el pan. Merecemos un mayor respeto desde Madrid”, opina Toni. Entonces interviene Francisco, el marido de Conchi, que tampoco es independentista: “Yo creo que la salida tiene que ser solidaria, en el momento en el que se pierde el enfoque de solidaridad, llegan los extremos, llegan los nacionalismos, y esto no conduce a nada, porque nunca han conducido a nada bueno los nacionalismos”. Toni insiste en que la imagen que se ha estado vendiendo del ciudadano catalán, fuera de Cataluña, “es que es insolidario”, y su tío Francisco coincide con él en que “todo eso se ha vendido desde Madrid”. “Este caldo que ha quedado aquí ahora, viene de muy atrás”, advierte. “Yo no necesito que se diga que el pueblo catalán es solidario, pero no quiero que digan que es insolidario, porque no lo es. Son cosas que han ido pasando y la gente se ha cansado”, concluye Toni.

Tender puentes
Trato de insistir en mi pregunta inicial. En los puente que deben tenderse de un lado a otro, en los acuerdos transversales que deberían lograrse para que en Cataluña se recupere la convivencia. “Yo creo que Omnium y la Asamblea Nacional Catalana (organizaciones que tienen el objetivo de alcanzar la independencia de Cataluña, y cuyos líderes, los Jordis, están encarcelados) tienen un papel muy importante que jugar, porque ellos han estado detrás de las movilizaciones desde el principio. La manera de calmar y de unir a la sociedad catalana, debería de llegar desde ellos. Y está claro que desde el constitucionalismo, tiene que venir de Madrid”, valora Toni, que considera que los partidos independentistas no deben renunciar “a un referéndum pactado” después de haber renovado la mayoría absoluta en el Parlament de Cataluña. “Yo creo que si se hubiera votado en referéndum hace unos años no hubiera pasado nada, porque hubiera ganado el no a la independencia”, intuye.

Cerrar heridas
Conchi considera que los encarcelamientos de los líderes independentistas no ayudan a cerrar las heridas. “Deberían estar fuera”, asegura, y augura que cualquier salida pasa por “una negociación multilateral”. La apuesta por el diálogo está tanto en el discurso del matrimonio, como en el de su sobrino Toni. “Lo que ha hecho el Gobierno del PP ha sido incitar a los catalanes a no querer saber nada de España. Y los catalanes siempre hemos sido educados, así que no podemos perder el norte. Yo sería partidario de dejar pasar un poco el tiempo, de hacer las cosas bien, de llegar a un consenso entre todos”, concluye Toni, mientras su tía asiente con la cabeza.