Con el corazón encogido y roto en pedazos, voy camino a Córdoba para despedirme y dar el último adiós a mi Currillo. A mi primo del alma. Te has ido demasiado pronto y sólo puedo pensar en lo injusta que es la vida. El doctor Francisco (Curro) Quevedo Sánchez, mi primo, falleció ayer en Córdoba, con 33 años, tras una dura lucha contra el cáncer.
Siempre hemos dicho que somos primos. No somos primos de sangre, somos primos elegidos, como él decía. Lo cual tiene mucho más valor, porque ambos decidimos desde bien pequeños ser familia. Hemos crecido juntos y nos hemos apoyado siempre. Cuando discutíamos con nuestros respectivos padres, y ellos mostraban preocupación, siempre nos defendíamos el uno a otro. A capa y espada.
Gracias a él, tengo a Almería en mi corazón. Me enseñó todos los sitios tan maravillosos que tiene Almería. Era un enamorado de su ciudad natal y, allá donde iba, fardaba de ello. Cada vez que yo iba a Almería, Curro, que era mucho Curro, me sacaba de paseo a chafardear con sus amigos. Siempre decía que quería “fardar” de su prima de Madrid. Cuando en realidad la que fardaba de primo era yo. Yo presumía de “primo elegido”. Nunca olvidaré esas noches de verano en la Rambla Norte con él y sus amigos hasta altas horas de la madrugada. Esas cervecicas en el “terrao” de sus padres poniéndonos al día. Y por supuesto, la feria. Cada año, no nos la podíamos perder. De niños, obligados por nuestros padres a ir a las casetas de los mayores a hacernos la foto. De mayores, para salir a chafardear y pasar tiempo juntos, pero a la del mediodía, que nos gustaba más.
La alegría y vitalidad que tenía Curro era espectacular. Una de las personas más nobles y brillantes que conozco. Se sacó el doctorado en Historia con poco más de 30 años. Tenía una cabeza privilegiada. Mi primo con doctorado, y “cum laude” (como no podía ser de otra manera). Orgullo de primo. Hemos crecido juntos y nos hemos apoyado mutuamente. En los buenos momentos y en los no tan buenos. Me viene a la cabeza ese momento cuando llegué al tanatorio de Almería, con mi familia desde Madrid, al funeral de mi tía Isabel Martínez Soler. Curro fue a la primera persona que vi. Me dio un gran abrazo (de esos abrazos que no se olvidan en la vida) y me dijo: “Estamos aquí contigo. Y tenemos que recordar a la Tata con alegría. Es lo que a ella le hubiese gustado. Siempre estaremos juntos prima. Siempre estaré a tu lado, aunque vivamos en ciudades diferentes, somos familia. Familia elegida. Estamos aquí contigo, andando juntos, un pie seguido de otro”. Esas palabras que me dijiste aquel día retumban en mi cabeza, hoy más que nunca. Efectivamente. Siempre estaremos juntos, no físicamente, pero sí en nuestras memorias. Caminando un pie seguido del otro.
Perderte es un golpe difícil de superar, aún más siendo tan joven y con toda la vida por delante. Esta enfermedad nos ha arrebatado a nuestro Currillo. Creo que nunca lo superaremos. Aprenderemos a vivir con ello, pero nunca lo superaremos. Te echo tanto de menos. Descansa en paz, primo elegido. Descansa en paz.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/145468/te-vas-demasiado-pronto-currillo