Una aplicación para corredores revela las bases de los legionarios

La seguridad ciudadana afronta retos desconocidos en plena explosión de las nuevas tecnologías de comunicación global. Una simple aplicación de telefonía móvil gratuita puede cuestionar un complejo y caro sistema militar. 

Un australiano llamado Nathan Ruser demuestra esta paradoja con un descubrimiento de repercusiones internacionales. El estudiante de Relaciones Internacionales halló la posición de bases militares en todo el mundo gracias al análisis de los mapas de calor de la aplicación Strava.

Esta app es utilizada por deportistas para registrar el recorrido, la distancia y el ritmo de sus carreras. Los datos de los perfiles se comparten en una especie de gran red social de runners y configuran un mapa de los itinerarios más comunes.

En ese ‘mapa de calor’ difundido por Strava pueden distinguirse con total claridad el perímetro de un parque, la cuerda de una pista de atletismo o, por ejemplo, el diseño de una base secreta de Estados Unidos en Oriente Medio. Alerta máxima.

La aplicación muestra estos lugares con total impunidad, accesibles para cualquier ciudadano. De hecho, el mapa de la aplicación enseña el dibujo de la base Álvarez de Sotomayor de Viator (Almería) o los acuartelamientos ocupados por legionarios actualmente en las misiones contra el yihadismo en Koulikoro (Mali), Taji y Besmayah (Irak).

También otras instalaciones españolas en el exterior como la base Miguel de Cervantes de Marjayoun (Líbano), ocupada en varias etapas desde agosto de 2006 por legionarios de Viator y Ronda.

El mapa recoge información de los usuarios emitida por el GPS y remarca los lugares más transitados. En amplias zonas de desierto como Irak, las líneas de calor están circunscritas a una zona muy concreta y dibujan un mismo escenario.

En la base de la Brigada de la Legión en Viator, el programa Strava resalta las vueltas de los corredores al óvalo donde se entrena el pentatlón militar, al oeste del patio de armas del acuartelamiento almeriense (Google Maps, por ejemplo, enseña la base difuminada por motivos de seguridad en su vista área por satélite).

La tecnología cambia los patrones de seguridad

En la capital almeriense, el Paseo Marítimo, la Avenida del Mediterráneo, el Estadio de la Juventud y el Estadio de los Juegos Mediterráneos están iluminados como lugares más transitados por los corredores y usuarios de la app Strava. También refleja itinerarios de ciclistas en vías interurbanas de la provincia de Almería.
El problema se repite en instalaciones de todo el país, así como en centros ubicados en zonas de conflicto, lo que ha motivado una cascada de reacciones. 

Ciertamente los deportistas pueden corregir los permisos de privacidad en el uso de esta aplicación y otras similares e impedir así el envío de los datos a la gran red social de corredores y ciclistas. La restricción cortaría la información personal que se difunde y, al mismo tiempo, los usuarios podrían continuar con las mediciones sobre su actividad física.
EEUU ya ha anunciado que revisará sus protocolos para prevenir estas ‘filtraciones involuntarias’ de información sobre la posición de sus militares, un elemento de máxima seguridad en territorios tan complejos como Siria o Irak, por ejemplo.

Expertos en seguridad de todo el mundo han llamado la atención en los últimos días sobre la necesidad de cortar inmediatamente el flujo de información aportada por el GPS de teléfonos y otros dispositivos móviles usados por los militares.

Seguridad exterior En Andalucía, Strava muestra el diseño de las bases de Cerro Muriano (Córdoba) o Rota (Cádiz), entre otras instalaciones estratégicas para Defensa. La ubicación de éstas es conocida y, a priori, menos sensible que los centros localizados en el exterior del país, lugares de máxima seguridad como Mali e Irak donde se desarrollaron misiones contra el avance yihadista.

España desarrolla actualmente misiones con organismos internacionales (ONU, OTAN y UE) en Afganistán, Líbano, Letonia, Turquía, Mali, Bosnia y Herzegovina, Somalia, Irak, Gabón, Cabo Verde y Colombia, además de otras en mar abierto en el Mediterráneo y en el Índico (piratería).