Almería paga 32 millones en multas de tráfico desde 2012

La Dirección General de Tráfico (DGT) toca el bolsillo de los conductores. Las arcas públicas recaudaron más de 32 millones de euros por multas emitidas en Almería entre enero de 2012 y octubre de 2017, según cifras oficiales publicadas por la institución dependiente del Ministerio del Interior.

El ‘castigo’ genera un efecto disuasorio entre los conductores y muestra, a la vez, la dimensión económica de las sanciones por infracciones de circulación.

Las cifras estatales son enormes. El Estado ingresó 2.100 millones de euros en el mismo periodo (340 millones solo en 2016), según datos oficiales de la DGT.

La recaudación diaria estatal supera el millón de euros, una cuarta parte procedente de excesos de velocidad captados por los radares fijos instalados en las vías interubanas.

La velocidad
En la provincia de Almería, los fondos provenientes de las alertas los cinemómetros fijos son mucho más humildes y apenas representan un 5 por ciento de la recaudación en este territorio, según la información estadística publicada por la DGT.

Estos radares están perfectamente localizados e indicados desde hace años, un factor decisivo para reducir el número de infracciones generadas. Los conductores almerienses demuestran un alto cumplimiento de los límites de velocidad, al menos, en los diez tramos de la red vigilados por este sistema.

Otros indicadores soportan el peso ‘económico’ de las multas de tráfico registradas en la provincia. La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Almería, por ejemplo, detectó 10.700 positivos por consumo de alcohol entre 2012 y 2016, según datos facilitadas por el Ministerio del Interior en el Congreso de los Diputados.

Prevención
La tabla de sanciones oscila entre 500 y 1.000 euros por infracción, según el límite superado en la prueba de alcoholemia. Además, hay que añadir la correspondiente pérdida de puntos en el permiso.

Los fondos recaudados acaban en las arcas públicas, sin embargo, tienen un objetivo finalista. La Ley de Tráfico obliga a destinar el importe completo de las sanciones económicas obtenidas de las multas por infracciones de circulación, en el ámbito de la Administración General de Estado, a la financiación de seguridad vial. Los fondos deben acabar en campañas de prevención de accidentes de tráfico y ayuda a las víctimas. La DGT hace hincapié en esta fórmula legal para responder a las críticas sobre un presunto afán recaudatorio en ciertas medidas de control de las carreteras.

Los radares fijos detectan 31.000 infracciones
La DGT mantiene actualmente diez cinemómetros fijos en la provincia de Almería. Están señalizados en las carreteras con antelación y recuerdan la velocidad máxima permitida.

En ocasiones estos radares llevan años instalados en la misma ubicación de la red viaria y, sin embargo, continúan engordando las cifras de recaudación y de pérdida de puntos en los permisos de conducción.

Según datos oficiales de la DGT, los conductores almerienses acumulan 31.000 sanciones por excesos de velocidad en radares fijos desde 2012. Los ingresos por el cobro de las correspondientes multas de tráfico rondan los 1,6 millones de euros.

Según un informe presentado por la Automovilistas Europeos Asociados, el radar fijo más activo de la provincia es el localizado en el kilómetro 404,450 de la Autovía del Mediterráneo (A7) a su paso por el municipio de El Ejido.

Este radar duplica el número de infracciones detectadas por el segundo aparato de la provincia en este listado, el ubicado en el kilómetro 50 de la A334, en el término municipal de Purchena.

En el extremo opuesto, entre los radares fijos menos activos, está el control del kilómetro 450 de la A7 entre Almería y Viator. Está perfectamente señalizado antes de la salida para la conexión de la A92.

Aunque entre todos suman miles de sanciones cada año, el cumplimiento de los límites es alto y Almería no está entre las provincias con vías afectadas por más violaciones . El mencionado aparato de El Ejido no está ni siquiera entre los 20 más sancionadores de Andalucía.