Ana Julia Quezada de 43 años de edad, presunta asesina del pequeño Gabriel Cruz Ramírez, no ha prestado declaración ante los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil.
La detenida ingresó en los calabozos de la Comandancia de Almería el mediodía del pasado domingo tras ser capturada a las puertas de su vivienda en la Puebla de Vícar por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), sin embargo, guarda silencio ante las acusaciones sobre su presunta participación en el crimen.
La detenida salió de las instalaciones de la Benemérita fuertemente protegida para desplazarse hasta Rodalquilar (Níjar) y la Puebla de Vícar para estar presente en dos registros efectuados por los investigadores.
La sospechosa no ha colaborado en los registros y no ha confesado la autoría de la muerte del niño de 8 años de edad, a pesar del hallazgo del cuerpo de Gabriel Cruz en el maletero de su vehículo la mañana del pasado domingo en Vícar.
Ana Julia Quezada regresó a la Comandancia de Almería a media tarde. El Instituto Armado tenía previsto intentar una toma de declaración ayer, pero la detenida se acogió a su derecho a no declarar previsiblemente a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería.
El magistrado Rafael Soriano, instructor de enorme experiencia, acudió el domingo a la Comandancia de la Guardia Civil para conocer personalmente las primeras gestiones tras el arresto de la principal sospechosa de la muerte del niño desaparecido en Las Hortichuelas (Níjar) el pasado 27 de febrero.
72 horas
Sin declaración de la acusada y sin confesión de la autoría del crimen, los datos apuntan a que la Guardia Civil agotará las 72 horas de custodia en los calabozos antes de realizar la entrega en el Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería.
El objetivo de los investigadores es entregar el informe más completo y detallado posible sobre la secuencia de hechos antes de entregar a la detenida a la autoridad judicial. De hecho, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ya avanzó que “son horas cruciales para la investigación”, en alusión a las pesquisas llevadas a cabo durante las jornadas posteriores al arresto de Ana Julia Quezada.
La sospechosa se encuentra además con una dificultad añadida porque fuentes de Interior anuncian la reapertura del caso por la muerte de su hija de cuatro años en Burgos en 1996. La pequeña se precipitó por la ventana accidentalmente, según la versión oficial conocida hasta el momento. Los agentes revisarán los hechos.
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