El catedrático de Historia Contemporánea de la UAL, Rafael Quirosa-Cheyrouze, una de las voces más reconocidas de nuestro país en el estudio de la Transición, ha reclamado esta mañana en el homenaje a las víctimas de Mauthausen que el acto, convocado por la agrupación municipal del PSOE de Almería, IU y PCA, tenga un carácter institucional en lugar de que se organice solo por parte de determinados partidos políticos. “Tiene mucho valor y mérito que el homenaje se plantee de esta forma, pero debía trascender esa propuesta y ser un acto institucional, al menos de las tres instituciones que tienen competencia en Almería: la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento”.
La primera, ha dicho, como institución regional e impulsora de la Memoria Histórica; la Diputación, porque muchas de las víctimas del campos de concentración nazis eran de distintos pueblos de la provincia y el Ayuntamiento porque es en la capital donde está instalado el monumento. “Sería una manera de darle solemnidad, así se hace en otros países. Son las instituciones democráticas las que tienen que recuperar la historia democrática y, en ese sentido, son perfectamente compatibles las distintas ideologías democráticas que puede haber en la actualidad, siempre que se interprete la democracia no solo para el presente y el futuro, sino también para el pasado”, ha explicado.
Sobre por qué todavía no es así, Quirosa-Cheyrouze ha señalado: “No sé por qué no se hace. Eso le corresponde a otros. Yo puedo proponerlo, pero no sé si me harán caso”.
Según el historiador, que ha sido el encargado de leer una “reflexión” sobre la importancia de mantener viva la memoria histórica, es necesario seguir haciendo un “reconocimiento” a las víctimas porque estas representan valores democráticos incompatibles, por definición, con la dictadura. “En Europa, este debate no existe. Los liberales alemanes son antinazis. Creo que en España también es así en muchos casos, pero hay que llevarlo a las instituciones para que no solo sea, sino que se represente”, ha apuntado.
Sin embargo, los precedentes que se tienen hasta ahora no indican que se trate de terreno abonado. Hace pocos meses, a propuesta de Ciudadanos, el Congreso aprobó una moción para que hubiera una representación del Gobierno español en el homenaje oficial que Francia rindió a la memoria del fotoperiodista Francesc Boix, que retrató el horror de los campos de exterminio nazis y que testificó en los juicios de Nüremberg. El Gobierno, sin embargo, no cumplió el mandato de las Cortes y no envió al acto a ningún ministro, ni siquiera al embajador. “Esto es lo que creo que debería evitarse, que no se trate de un acto de un partido u otro, sino de todos los españoles que nos sentimos demócratas”, ha apuntado.
Qué significa el monumento
Desde su apertura, en agosto de 1938, hasta la liberación por el ejército de Estados Unidos, en mayo de 1945, unas 190.000 personas fueron deportadas al campo de concentración nazi de Mauthausen. Miles de presos fueron muertos a golpes, abatidos a tiros, asesinados mediante inyecciones o llevados a perecer por congelación. 252 eran republicanos almerienses. 142 de ellos no lograron sobrevivir al infierno.
El espacio situado junto al Cable Inglés se inauguró en 1999 y recibió en 2012 la consideración de Lugar de Memoria Histórica de Andalucía. En él reposan las cenizas de Antonio Muñoz Zamora, último superviviente almeriense de Mauthausen. Identificado con el número capicúa 90.009, pesaba solo 29 kilos cuando el campo de concentración fue liberado por las tropas aliadas. Hoy, su viuda, Simone Vably Muñoz, ha vuelto a este lugar para rendir homenaje a su esposo. Lo ha hecho, como cada año, dejando sobre el monumento un ramo de claveles rojos.
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