Almería ya sabe cómo quiere recibir a la Alta Velocidad. Se decidía el jueves, por unanimidad de Estado, Junta y Ayuntamiento, y marcando claramente las pautas a seguir para hacerlo con un soterramiento en tres fases. Las dos primeras deben estar listas antes de 2023, fecha que inicialmente dan como la de la llegada del AVE, y permitirán que el ferrocarril llegue soterrado hasta la Avenida del Mediterráneo y después emerger hasta una nueva estación intermodal. La tercera, la que debe llevar el tren bajo tierra hasta una estación soterrada, está en el horizonte pero sin fechas.
Lo que ahora mismo es solo un compromiso del acta del consejo de administración ‘Almería Alta Velocidad’ tiene que convertirse en realidades. La primera y principal con la firma de la adenda que permita a Adif Alta Velocidad licitar el anteproyecto, proyecto básico y proyecto de ejecución de la segunda fase de las obras.
Pero en paralelo tiene que caminarse en lo que debe ser la primera realidad del soterramiento, la desaparición del paso a nivel de El Puche. Estos trabajos que deben comenzar antes de que acabe junio, ya están en manos de Comsa, la empresa adjudicataria de la obra, y dependen solo de encontrar quien las dirija.
Lo cierto es que lo primero que se tiene que desarrollar es la puesta a punto de la estación Huércal-Viator. En ella, y ya lo decía el pasado jueves el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, hay que adecuarla por un lado para que “los viajeros que quieran ir directamente allí tengan aparcamientos” ya que lo más habitual va a ser que cojan el servicio de autobús que se ha previsto.
Pero esta estación necesita, para convertirse en cabecera, además un recrecido de los andenes de hasta 0.68 centímetros sobre cota de carril, así como mejoras en la zona de apartado. Su adecuación para el tráfico ferroviario con instalación de tomas de corriente y de agua, así como la apertura de un acceso de camiones de repostaje. A esto se añade la puesta de servicios para atender a los viajeros.
Fases
La previsión es que estas obras duren unos 3 meses, de forma que a finales de septiembre podría cortarse ya el tráfico ferroviario en la zona de El Puche y la estación se marcharía a Huércal.
En ese momento se sumaría otra obra, que está pendiente de licitación, y que consiste en la preparación de la vía que transcurre desde la estación de Huércal hasta la curva de entrada a la ciudad en El Puche. Este tramo desgajado del proyecto de llegada de la Alta Velocidad, servirá no solo para el cambio de la vía, sino “para preparar vías de apartado y la zona de reserva para la ubicación de los talleres” una vez que se marchen de su ubicación actual junto a la gasolinera BP.
Mientras esto se convierte en realidad, ‘Almería Alta Velocidad’ tiene que seguir trabajando en paralelo. De hecho, una vez culminado el anteproyecto -calculan que en primavera de 2019- tienen que sentarse todas las partes y establecer un plan de negocio, es decir, ver las fórmulas para financiar la segunda fase del soterramiento. Cierto es que no hay intención alguna de que la sociedad de gestión se endeude, con lo cual, cada administración tendrá que ser la que lo haga para pagar su parte.
Eso sí, habrá que ver fórmulas que van desde la búsqueda de fondos europeos, a la petición de créditos, ya dependerá de la capacidad de endeudamiento de cada uno.
Una vez establecido esto, con las cifras de coste casi definitivas, de momento se habla de 272,83 millones de euros, y con la financiación repartida, será el momento de la redacción de proyectos y licitar obras.
Fin de obra
En este tiempo tendría que haber concluido ya la obra de desaparición del paso a nivel de El Puche, por lo que, se daría por finiquitada la primera fase.
Ya en 2020, si las cuentas de la sociedad de gestión no fallan, sería el momento de poder empezar a trabajar. Sería en dos partes en paralelo, por un lado en la construcción de la nueva estación y por otro, en el soterramiento de la vía.
Por último quedaría la parte de urbanización de esa nueva vía verde o bulevar, que está llamado a convertirse en el elemento más vertebrador de la ciudad al igual que ya ocurriera con la Rambla.
El final se vislumbra para 2023 y que entonces, cuando llegue el AVE (si es que se cumplen plazos) se reciba la Alta Velocidad soterrada hasta la Avenida del Mediterráneo y en superficie en una nueva estación. Eso sí, en cartera la tercera fase y la venta de los suelos, pero eso sin fecha.
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