La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado una condena de cinco meses de prisión para un militar acusado de colocar en el cuello una navaja en el cuello a un subordinado en diciembre de 2015. El acusado era cabo del Ejército de Tierra y pertenecía al Regimiento de Especialidades de Ingenieros número 11 de Salamanca, aunque estaba empleado temporalmente en el campo de maniobras Álvarez de Sotomayor de Almería (campo de tiro anexo al cuartel de Viator).
Según la sentencia, una unidad realizaba “una obra de adecuación de la zona de vida semipermanente del campo, dentro del programa funcional de actividades de ingenieros de 2015”. El equipo se había desplazado a Almería únicamente para esas tareas. El acusado accedió a un camareta de noche, mientras los soldados descansaban después de una jornada de trabajo. Portaba una cizalla. La luz estaba apagada y las dependencias se encontraban en silencio.
Según el tribunal, el cabo comenzó a hablar con un soldado ubicado en la parte superior de una litera. La conversación molestó al militar colocado debajo. “Se levantó de la cama y le dijo al cabo que parase, que se fuese y que los dejase dormir porque si no su conducta tendría consecuencias”, precisa la sentencia del Tribunal Supremo.
“Ya no eres tan valiente”
El acusado salió de la camareta, cogió una navaja y volvió a entrar en el inmueble. “Se acercó a la cama en la que dormía el soldado colocándole una navaja en el cuello, que apretó contra el mismo sin llegar a realizarle ningún corte”, añade el tribunal. “Al mismo tiempo le decía que él no era ningún niñato, que él no era quien para decirle nada, que no sabía con quién había dado, que si sentía la navaja, que la próxima vez lo rajaría, que ahora ya no era tan valiente, que si sentía como se marcaba la navaja en su cuello”, detalla la sentencia judicial. La intervención de otro cabo que se encontraba en la sala zanjó el incidente y el acusado salió voluntariamente de la camareta ubicada en el campo.
El soldado puso el asunto en conocimiento de un superior (un sargento) y se abrió un proceso disciplinario contra el cabo. El caso se ventiló inicialmente en el Tribunal Militar Territorial Cuarto y, ahora, en la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo. Entre los magistrados que firman la resolución se encuentra Benito Gálvez Acosta, ex presidente de la Audiencia Provincial de Almería.
Los jueces consideran al cabo responsable de un delito consumado de abuso de autoridad contemplado en el Código Penal Militar. Le imponen una condena de cinco meses de prisión. En la sentencia, los magistrados señalan que el acusado utilizó expresiones para intimidar al subordinado, aunque precisan que luego se disculpó en varias ocasiones en presencia de testigos de la unidad. “Reconoció que se la había ido la cabeza, se dirigió en diferentes ocasiones al soldado para disculparse por lo que había ocurrido, disculpas que presentó en algunas ocasiones ante diferentes testigos”, indica la sentencia del 9 de mayo.
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