A la raíz etimológica de Almería, que hasta ahora era un espejo de mar o una torre vigía de su metrópoli Bayyana (Pechina), se ha añadido para la controversia la de ‘una novia desvelada’, como una doncella a la que el varón aparta el velo para contemplar su esplendor, una vez consumada la boda.
Federico Corriente, el profesor granadino que ha pasado a ocupar el escaño de Ana María Matute en la Real Academia Española de la Lengua, así lo cree: "Almería proviene del andalusí Almariyya, desvelada, nada tiene que ver que ver con el mar, sino con un impuesto llamado igual que la urbe, que se pagaba en las bodas mudéjares". Se cae, así para los almerienses, el mito de la metáfora marina, que ha venido siendo alentada durante décadas por vates como Plácido Langle, Francisco Villaespesa, Álvarez de Sotomayor o por investigadores como Florentino Castañeda o José Angel Tapia.
La ciudad, fundada en 955 por Abderraman III, cuenta a partir de ahora con esta inédita acepción que retumbó ayer, junto al madrileño Paseo de Recoletos, en el discurso de ingreso del nuevo académico de la lengua.
La mención a Almería como ‘la novia vista’ por parte de Corriente, uno de los más prestigiosos arabistas de la universidad española, ya jubilado, se enmarcó en su discurso de ingreso en la Real Academia, el pasado domingo, titulada La investigación de los arabismos del castellano en registros normales, folklóricos y bajos, en el que trató de desmontar la creencia de que el español actual es una lengua llena de arabismo señalando que “la realidad es que no llegan a 2.000 palabras, sin contar topónimos”.
Corriente, que ocupará a partir de ahora el asiento de la letra k mayúscula, considera que la mayoría de los arabismos en español, no provienen de la versión clásica o culta de la lengua, sino de los dialectos andalusíes, como el que se hablaba en Almería. “Fueron mayoritariamente introducidos por la inmigración de mozárabes cristianos, desde el sur a los reinos septentrionales”, adujo.
Buena parte de su discurso se centró también en los arabismos de registro bajo o ínfimo, como interjecciones, voces obscenas, o blasfemias y puso como ejemplo expresiones como ‘que si quieres arroz, Catalina’, frase que se preguntaba a la esposa que se casaba por segunda vez. También tuvo en sus enunciados referencias al origen del nombre de Murcia como adjetivo: ‘Mursiyya, la bien asentada”.
Entre los asistentes al acto de ingreso de Corriente ,en el que se refirió al origen etimológico de Almería, estaban los académicos Vargas Llosa, Arturo Pérez Reverte, Luis María Ansón, Antonio Muñoz Molina o Clara Janés.
El profesor Lirola discrepa
“Federico Corriente es una arabista de mucho prestigio, habla perfectamente el árabe y también el dialecto andalusí, pero creo que con la nueva acepción de la palabra Almariyya ha errado”, opina Jorge Lirola, profesor titular del área de Estudios Arabes e Islámicos del departamento de Filología de la Universidad de Almería.
Lirola es un gran conocedor de la trayectoria del nuevo académico de la lengua, una institución fundada en 1713 por el marqués de Villena: “Lo hemos invitado en varias ocasiones a que venga a Almería a dar una conferencia, pero siempre alude a que está ya muy mayor, pero siempre ha sido servicial con nosotros”, añade Lirola.
En opinión del profesor almeriense, “Corriente es un incomparable conocedor de la poesía andalusí, de las canciones, de los juegos de esa comunidad, pero tiene algunas lagunas, a mi parecer, con los toponímicos”.
Para Lirola, el verdadero origen etimológico de Almería es el nombre de Almariyya, “que significa torre vigia, el lugar desde donde se ve, coincido con Federico en que el mar no es el origen de la denominación, la confusión con espejo de mar viene de ‘Almeraya’ que significa en árabe instrumento para ver, pero es que está bien documentado que Almería no viene de Almeraya, sino de Almariyya y antes, de Mariyyat-Bayyana: la torre de Pechina. De esta opinión es también el profesor Robert Pockling, que participó en la obra del origen de los nombres y apellidos almerienses en los distintos municipios de la provincia, en la que colaboró también La Voz de Almería.
Tampoco es muy favorable Lirola al concepto de Almería como impuesto para bodas mudéjares, expuesto por el académico en su discurso: “Para mí Almaryya es un toponímico, además, aquí no hubo mudéjares como tales (musulmanes que profesaban libremente su religión en territorio cristiano) más allá de unos diez años, puesto que fue poco a poco interviniendo la Inquisición, otra cosa fue en zonas que Corrientes conoce mejor como Aragón donde hubo mudéjares durante varios siglos”.
Abunda Lirola en que Almería no es la única Maryyat, “existe también la Maryyat de Vélez Málaga, convertida hoy día en la moderna Torredelmar”.
El origen de la ciudad está en la desembocadura del río Andarax formaba un delta y un amplio estuario que permitía navegarlo curso arriba. Por eso los yemeníes que conquistaron esta zona decidieron ubicar Bayyana en el interior, a varias millas de la desembocadura del río, en su margen izquierdo y enfrente de la ibera Urci. Desde su fundación en el siglo IX esta ciudad asumió el papel de puerto del Emirato y después del Califato.
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