Los alérgicos de Almería se enfrentan esta semana a los peores días de todo el año. El polen del olivo, causa de buena parte de las reacciones alérgicas diagnosticadas, registra índices que superan los 300 granos por metro cúbico, una proporción muy superior a la de semanas precedentes, pero menor a la del año pasado.
En Almería, en torno a 140.000 personas sufren alergia, esto es, uno de cada cinco almerienses. A nivel nacional, la enfermedad afecta al 30 por ciento de la población, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). En la provincia, que presenta algunas diferencias respecto a otras zonas por sus especiales características climáticas, las alergias más habituales son al polen del olivo, seguido de la salsola -un arbusto de gran carga alergénica muy habitual en zonas semidesérticas-, las gramíneas y el ciprés, del que han aumentado los casos desde que se puso de moda plantar este árbol en las urbanizaciones.
El aparato captador de polen que el médico alergólogo Juan José Zapata tiene colocado en una azotea de la avenida Pablo Iglesias, en la capital, empezó a registrar niveles elevados de gramíneas hace varias semanas. “Está siendo una primavera rara”, explica.
Índices más altos
Según sus cálculos -Zapata está considerado el principal experto en alergias de la provincia- el mayor pico de alergias se está registrando a lo largo de estos días, casi tres semanas después a los índices más altos del año pasado. “Estos son los peores días para los alérgicos. En las últimas horas he tenido varios casos de ataques de asma severos”, subraya. La estimación se hace teniendo en cuenta los datos de los últimos ocho años: entre 2010 y 2017, la mayor concentración de granos de polen por metro cúbico se ha dado siempre a partir de la primera semana de mayo y hasta mediados de junio. Los datos más altos se registraron en el año 2013, cuando se llegó a los 1.132 granos por metro cúbico.
Juan José Zapata recomienda que los alérgicos -también incluso aquellos que tienen la sospecha de serlo pero que aún no han sido diagnosticados- consulten la página www.polenes.com, en la que se vuelcan a diario datos de los registros en cada una de las provincias. “Si un paciente tiene sensibilidad a gramíneas y ven en esta web que éstas ya han empezado, puede tomar medidas antes de que tenga síntomas”, explica. Entre esos indicios, aquellos que conocen bien quienes sufren alergia, cualquiera que sea el tipo de polen: picor en los ojos y en la nariz, estornudos, silbidos en el pecho y asma en los casos más graves.
Lo que influye, apunta este experto, es la sensibilidad que cada paciente tenga a cada uno de esos pólenes, ya que se pueden presentar síntomas de alergia hacia un solo tipo o hacia cinco. “Hay personas, por ejemplo, que empiezan con el ciprés en marzo y que después siguen con gramíneas, olivo, salsola y parietaria, hasta septiembre, que vuelve la salsola con fuerza”, afirma Zapata. La peor época se da en ese periodo, de marzo a septiembre, que es cuando los pólenes registran sus mayores picos y concatenan un espacio “que puede ser peligroso”.
“Para saber de qué hay que protegerse es imprescindible que exista un diagnóstico y que la persona sepa qué le pasa”, asevera este médico alergólogo, que señala también que el tratamiento hay que iniciarlo, al menos, dos semanas antes de que comiencen los síntomas.
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