Medio siglo de esfuerzo y sacrificio reconocidos con el Escudo de Oro

Con un salón de plenos lleno de familiares y caras amigas, Araceli Nieto Alonso, más conocida como ‘La Kika’, e Isabel Simón Simón, recibían ayer emocionadas el Escudo de Oro de Almería de manos del alcalde, Ramón Fernández-Pacheco.

La Corporación Municipal decidió entregar la máxima distinción de la ciudad a “dos mujeres ejemplares, que representan mejor que nadie el espíritu de trabajo callado”, según explicó Fernández-Pacheco durante el acto de imposición de los escudos. Ambas llevan medio siglo al frente de sus negocios en El Alquián: el Restaurante ‘La Kika’, conocido en toda Almería por sus “excelentes pescados” y por ofrecer “el mejor calamar en aceite del mundo”; y la churrería del barrio, ubicada tan sólo a unos metros del primero, famosa también por elaborar unos churros únicos, cuyo secreto tan sólo conocen en la familia.

Gastronomía

A tan sólo unos meses de descubrir si Almería obtendrá en 2019 el ansiado título de Capital Española de la Gastronomía, con los Escudos de Oro entregados el lunes también se reconoce la contribución de Araceli e Isabel a la rica y variada gastronomía almeriense. Además, las dos sirven para “escenificar a tantas personas que también llevan años, de forma anónima, trabajando muy duro, levantando cada mañana las persianas de sus negocios, haciendo frente a las adversidades que la vida les va planteando, sacando adelante a sus familias y construyendo la Almería del presente”.

El alcalde aseguraba sentirse “muy afortunado de ser la persona que en nombre de toda la ciudad reconozca esa vida de trabajo, esfuerzo y amor” que ha llevado a “dos mujeres ejemplares, incansables, magníficas amigas, madres, abuelas y, sobre todo, buenas personas” a lucir en sus solapas el Escudo de Oro de su ciudad.

A sus 86 años, Araceli, y a los 82, Isabel, pueden sentirse satisfechas de haber dejado impronta en Almería gracias a la cercanía, profesionalidad y carácter con el que han llevado sus negocios, ahora en manos de sus las nuevas generaciones de la familia. Tanto el quiosco de los churros como el Restaurante ‘La Kika’ son “dos de los lugares más entrañables de la capital”, donde siempre te recibirán con una gran sonrisa y un buen plato sobre la mesa. Rincones míticos de El Alquián, como tantos otros que hay repartidos por Almería, que son símbolo de años de esfuerzo y cariño dedicados a sacar adelante el proyecto de toda una vida.

Tanto Araceli como Isabel no pudieron contener las lágrimas el lunes, al sentirse queridas, no sólo por quienes las acompañaban, sino por toda su ciudad. Ambas reconocían que ni en sueños habrían imaginado recibir algún día un homenaje de tanto calado porque “hay gente que hasta se lo merece más”, aunque con él han visto compensados medio siglo de trabajo, sudor, sacrificio y  madrugones.