El ‘altar’ a Gabriel cambia de sitio por obras en La Ballena

La estatua de La Ballena se ha convertido en el lugar que simboliza la solidaridad de la sociedad almeriense con Ángel y Patricia, los padres del pequeño Gabriel Cruz. La trágica historia vive en la memoria colectiva de Almería, cuyos ciudadanos se volcaron en la búsqueda y en el apoyo posterior al fatal desenlace del caso. 

El amor de Gabriel a la fauna marina –en concreto, a los peces- fue lo que inspiró que este espacio, ubicado al inicio del Paseo Marítimo junto al Cable Inglés, fuera el lugar elegido para rendir homenaje al 'pescaito' de ocho años. 

Emblema
Así, desde el pasado mes de marzo, La Ballena luce todas las dedicatorias y recuerdos que centenares de personas llevaron para homenajear la memoria del pequeño Gabriel. El homenaje sin embargo ha coincidido en el tiempo con los planes del Ayuntamiento para una remodelación integral de la zona, que inevitablemente afectará a la "ballena del puerto".

Las obras, que contarán con una inversión superior a los 180.000 euros, vendrán a recuperar el suelo de la desembocadura de la Rambla de Almería, reponer las teselas que faltan en la estatua y el aplacado que la sustenta a su alrededor.  Estas actuaciones, sin embargo, chocaban con mantener los recuerdos al pequeño Gabriel, un asunto que, tras la última junta de gobierno, ya ha sido resuelto.

Obras
La concejal Maria del Mar Vázquez ha explicado que la ubicación temporal de las muestras de afecto a Gabriel Cruz será el parque de Las Almadrabillas, junto al Centro de Actividades Náuticas de Almería. 

Allí, se pondrán cuatro paneles en una suerte de contenedores que servirán para acoger los recordatorios mientras se llevan a cabo en la zona. Se trata de unos contenedores al aire libre cuya colocación costará aproximadamente 20.000 euros. “Los padres serán los encargados de colocar los recordatorios en el nuevo espacio, tal y como hemos acordado con ellos”, ha explicado Vázquez.

La medida adoptada por el Ayuntamiento de Almería viene así a dar una solución de continuidad a la memoria del pequeño Gabriel, cuya estela no se verá empañada por las obras, necesarias, de un deteriorado lugar como la estatua de La Ballena al final de la avenida Federico García Lorca. Unas obras que cobran más sentido una vez que este espacio se ha convertido en una capilla simbólica que conserva su recuerdo.