Muere el periodista Kayros

Articulista de prestigio, desarrolló un espíritu crítico y un estilo muy depurado

Antonio Fernández Gil, que escribía bajo el pseudónimo de Kayros
Antonio Fernández Gil, que escribía bajo el pseudónimo de Kayros La Voz
La Voz
12:48 • 02 ago. 2018

El veterano periodista ya jubilado Antonio Fernández Gil, que firmaba con el pseudónimo de Kayros, ha fallecido en las últimas horas. Kayros, que se inició en la profesión durante los últimos años del Franquismo y los primeros tiempos de la Transición democrática, fue redactor de LA VOZ DE ALMERÍA (cuando todavía era prensa del Movimiento) y mantuvo hasta mucho después de su retirada una columna diario bajo el nombre de Té con limón



Fernández Gil pertenecía a una estirpe de periodistas de raza, que practicaba la profesión con un sentido analítico y crítico y que utilizaba un lenguaje muy depurado. Aunque en sus últimos tiempos se especializó en periodismo cultural, desarrolló todo tipo de temáticas y géneros. Fue, entre otras cosas, el primer periodista amnistiado en Almería, tras una condena por informar en torno a cuestiones militares entre 1976 y 1977. 



Según ha informado la familia, el velatorio del veterano periodista es en el Tanatorio Almería (junto a la rotonda del cementerio), donde se celebrará este viernes a las 11 horas la misa de funeral. 



Un referente del periodismo almeriense



La Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) y el Colegio de Periodistas de Andalucía en Almería (CPPA Almería) lamentan profundamente la muerte del periodista Antonio Fernández Gil ‘Kayros’, todo un referente del periodismo almeriense con más de medio siglo de ejercicio profesional.



 



Antonio Fernández Gil (Molina de Segura, Murcia, 26 de julio de 1933 – Aguadulce, Almería, 2 de agosto de 2018), era licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid (sección Periodismo, en 1986) tras pasar anteriormente por la Escuela Oficial de Periodismo donde obtuvo el título de Periodista en octubre de 1974.



 

Fue una de las plumas más brillantes de la prensa local. Salvo unas esporádicas colaboraciones en radio, su producción periodística siempre ha estado plasmada en las páginas de LA VOZ desde mediados de los años 60 con colaboraciones y hasta que pasó a formar parte de la redacción, desde diciembre de 1974 hasta el 17 de mayo de 1984, cuando el periódico decano fue subastado por el organismo autónomo Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE) al que pertenecía.

 

Su trabajo como redactor estuvo prácticamente centrado en los temas culturales, sociales y políticos. Destacaron como aportaciones de opinión sus columnas “Noticias insolentes”, “Aquí, entre nosotros”, “La chispa de…”, “Viejas cosas nuevas”, “Nombres propios”, “Té con limón”, “Notas de Arte”, “Apuntes de estrategia electoral”, “Crónicas de la vida cotidiana”, desarrolladas entre 1976 y 1980. Algunas tuvieron vida corta e irregular; otras fueron puntuales por el contexto de la actualidad o sobre cuestiones culturales.

 

Antonio Fernández Gil, definido por algunos como "un gran pensador y periodista de opinión", estuvo también asesorando en temas de comunicación a la primera corporación municipal democrática, algo de lo que no había precedentes en la administración local. Fue también durante un año corresponsal de "El País" en Almería y colaboró con "Almería semanal" y el boletín del Instituto de Estudios Almerienses (IEA), entre otras publicaciones.

 

En junio de 1984 pasó como técnico superior, personal laboral, a formar parte de la plantilla de la Biblioteca Pública “Francisco Villaespesa”, dependiente de la Junta de Andalucía, hasta su jubilación. Fue responsable de Publicaciones Periódicas.

 

Su firma, después de abandonar la redacción de LA VOZ continuó ligada al periódico como columnista habitual, siendo una de sus primeras aportaciones “Crónicas de la vida cotidiana”.  Más tarde, su rincón en las páginas de opinión “Té con limón” se mantuvo hasta el pasado verano de 2017, donde su estado de salud empezó a deteriorarse. Sus columnas sobre periodismo y la actualidad, trazadas con una magistral pluma, precisa y siempre acertada, le valieron ser todo un referente del periodismo almeriense. 

 

Además escribió seis libros, uno de ellos sobre el Movimiento Indaliano, cultivó con acierto la poesía (“Adolescencia en Cehegín. Elegía”, 2012) y era un amante de la música, que conocía en profundidad.

 

Kayros estaba en posesión del escudo de oro de la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) de la que era miembro vitalicio. Era asociado desde el 18 de diciembre de 1974 con el número 6; y tenía el núm. 6.106 en el Registro de Periodistas que custodia la FAPE.

 

La AP-APAL y el CPPA Almería, al comunicar tan irreparable pérdida para el periodismo almeriense, quieren hacer llegar su más sentido pésame a la familia, amigos y compañeros. DEP.

 











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