“Al sistema financiero hay que tenerlo muy controlado”

Uno de los analistas económicos con más prestigio de Almería

David Uclés hace un gesto durante la conversación con la entrevistadora que capta la cámara del fotógrafo.
David Uclés hace un gesto durante la conversación con la entrevistadora que capta la cámara del fotógrafo. Juan Sánchez
Antonia Sánchez Villanueva
17:54 • 12 ago. 2018

David Uclés tiene un enorme bagaje como analista. Alimenta un blog, Capeando el temporal, en el que vierte sus reflexiones sobre economía. Como un vaticinio, vio asomar la tormenta de la crisis en Almería. 



El último barómetro del Colegio de Economistas arroja algunos datos llamativos, por ejemplo, que el turismo genera más confianza que la agricultura. ¿Se está desinflando nuestro principal sector?



Solo en un semestre. Si miras desde 2013, excepto en dos ocasiones, siempre aparece por encima. Esta campaña ha tenido peores resultados que la anterior, y si comparas con lo que había, la impresión es que la cosa ha empeorado, pero si te sigues fijando verás que siguen estando tanto agricultura como turismo muy por encima del resto. 



Entonces la agricultura no corre  riesgo de caer. 



No, para nada. Es que estamos comparando con la mejor campaña de la historia. Probablemente cuando saquemos los datos definitivos de esta última nos encontremos con que las cotizaciones habrán caído pero en relación a una subida entre un 25 y un 30% el año anterior. 



¿El turismo no dará sorpasso a la agricultura?



Yo creo que no. Sería una sorpresa. Al final esto son encuestas de opinión y la opinión se forma con la información. Probablemente como las últimas noticias que has escuchado del turismo es que tenemos récord de turistas, lo pones el primero. A mí lo que más me llama la atención es la evolución de la construcción. 



¿Se está recuperando?

Mucho. Además, en los últimos dos años. 


¿De  manera razonable?

Estábamos en lo peor de la crisis cuando iniciamos el barómetro, y la construcción había sido una de las grandes protagonistas de esa crisis. El peor semestre que se refleja precisamente es el primero, a partir de ahí va creciendo, y ya se ha puesto a nivel de sectores como el comercio menor, piedra y transporte. 


¿Y podría volver a repetirse la burbuja del ladrillo o hemos aprendido algo? 

De las crisis siempre se sale y siempre se aprende. Galbraith comenta en un librito que la memoria dura para la generación que vivió el impacto de la crisis. La gente de nuestra generación no se va a olvidar, pero la generación de mi hijo pequeño seguramente pensará que esta vez es distinto, que ellos son más listos que nosotros, y que no les puede pasar y se volverá a meter la pata. 


¿Fue eso lo que pasó, creímos que éramos más listos?

Sí, lo que nos pasó es que olvidamos la crisis del 29, la de los 70 y olvidamos todos los sistemas de control que se habían establecido para el sistema financiero y eso permitió en los Estados unidos una efervescencia de los mercados financieros como nunca antes en la historia. Y no solo eso, sino que nos parecía una magnífica idea, porque generaba riqueza, empleo, sueldos de alto nivel adquisitivo… 


Entonces, la literatura económica y la información de los medios no sirven de mucho. 

Sirve, lo que hay es que leerla y hacerle caso y en la información de prensa hay que buscar la pregunta adecuada. Recuerdo en 2004 cuando salió el informe económico de 2003 de la provincia. Desde el Servicio de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio avisamos de que en Almería se estaba dando lugar probablemente a una burbuja inmobiliaria. Nos acusaron de exagerados, de alarmistas, de que estábamos jugando con el pan de mucha gente. Es el comportamiento que pasa siempre cuando te encuentras una coyuntura de este tipo, en la que todo el mundo gana, los trabajadores, los empresarios, los políticos... ¿Quién, en una situación así, va a escuchar al que te está diciendo, cuidado, que te la pegas?


¿Estábamos en una borrachera?

Claramente. Hay un libro de un par de autores estadounidenses, Reinhart y Kogoff, que tiene un título maravilloso, Esta vez es distinto, ocho siglos de necedad financiera, en el que analizan la frecuencia de las grandes crisis financieras a lo largo de la historia, y encuentran que siempre hay alguien que dice que esta vez es distinto y siempre termina por repetirse. Lo mismo que dice Galbraith.


¿Qué vieron en ese informe de 2003?

A mí me asustó mucho el dato de las viviendas iniciadas. Habían pegado una subida terrorífica en la provincia, y siguieron subiendo, no fue 2003 el año peor. El ritmo de crecimiento era una curva exponencial. Había incrementos del precio de la vivienda de un 17% año con año, había una especulación inmobiliaria brutal, todo el mundo invertía en vivienda.... Eso no podía terminar bien. 


¿Imaginaron entonces que iba a golpear con tanta virulencia?

Ni mucho menos. De hecho, era un poco inocente y pensaba que si se avisaba a tiempo podíamos desinflar la burbuja poco a poco. 


¿Era imposible para entonces bajarla?

Desde luego no fuimos capaces. 


¿Qué habría sido de Almería sin la agricultura

Pues habría sido lo que había sido hasta que empezó la agricultura, hubiéramos tenido ritmos de emigración similares a antes de los años 70. El paro se nos fue a unas tasas increíbles, llegamos a ser la provincia con mayor tasa de paro. 


Y en los años previos se nos había llenado la boca de liderazgo en las grandes cifras económicas. 

Dentro de Andalucía teníamos la tasa de paro más baja, con diferencia, la renta per cápita más alta, con diferencia, y de la noche a la mañana, nos fuimos de esas cifras a estas otras, que tenían que ver con el peso que la construcción había ganado. En empleo directo la construcción llegó a ser el 20% de la población activa, una barbaridad.


¿Qué peso razonable debería tener este sector?

Lo que es razonable no lo sé, lo que históricamente había venido teniendo era entre el 8 y el 10%. Pero, ojo, no creo que haya que culpar exclusivamente al sector de la construcción, ni a los constructores. Si no hubiera habido una demanda detrás y si no hubiera habido una facilidad pasmosa para conseguir licencias, no se hubiera hecho. Si todos hubiéramos tenido un poquito más de cabeza, nada de esto hubiera pasado. 


¿Culpa compartida?

Es una culpa social. Hoy es la construcción, en Estados Unidos fue el sistema financiero, en otro momento de la historia fue el oro, o los tulipanes. No hay un pecado original de la construcción en este sentido. 


¿La agricultura también podría generar una burbuja?

Cualquier sector puede generar una burbuja. Lo único que hace falta es un exceso de expectativas, un exceso de financiación para ese exceso de expectativas y el tiempo suficiente como para que la gente pierda las referencias de la realidad. 


Es algo que va entonces en el ADN de nuestro sistema. 

Más que de nuestro sistema, yo creo que de nuestra propia humanidad. Antes de ser capitalistas ya teníamos grandes crisis y burbujas. 


¿Hay que exigir regulaciones?

Hay que tener regulaciones y, sobre todo, regulaciones razonables para sectores que sabemos que son más peligrosos en un momento determinado, como el sistema financiero. El sistema financiero puede modificar la estructura de inversión de un país y fabrica dinero. Hay que tenerlo muy vigilado. Las criptomonedas también tienen su pequeña burbuja en estos últimos meses. Al final siempre hay algún activo financiero, o no, que termina atrayendo a la gente. Y los mensajes siempre son los mismos: esto es distinto, esto no va a caer…. 


¿Se echa en falta más educación financiera de la población?

Totalmente de acuerdo, se echa en falta. Casi todo el mundo a lo largo de su vida va a pedir un préstamo, va a tener relación con las entidades financieras, va a pedir una tarjeta de crédito, va a realizar algún pago... Deberíamos enseñar unos principios básicos, explicarle a los jóvenes cuáles son las obligaciones que toman en una hipoteca. De pronto la gente descubrió que aunque tu garantía pierda valor tú sigues debiendo el conjunto de la deuda.


Sí, fue una mala sorpresa para millones de personas. 

Ya, pero exactamente lo mismo que había sido en los cuarenta años precedentes. La gente daba por hecho que  la casa iba a seguir aumentando de precio,  pero cambió para menos, y se encuentran con una deuda cuya garantía no está cubierta por el activo.


Tuvo que intervenir el sistema judicial para rescatar a muchos ciudadanos del sistema de cláusulas suelo. ¿Fue un rescate oportuno?

Sí y no. Entiendo que habrá gente que no sabría lo que realmente estaba firmando, pero también entiendo que es una mala lección a largo plazo, estamos enseñándole a la sociedad que no tiene por qué asumir ninguna responsabilidad porque en el peor de los casos va a venir papá Estado y nos va a ayudar. Tenemos que ser responsables de lo que hacemos y lo que podemos exigir es que no nos engañen. Pero hay gente que negoció con la entidad financiera cláusulas suelo y sabían perfectamente lo que estaban negociando. 


¿A los fondos de inversión hay que temerles? 

Yo no creo que sean ni intrínsecamente buenos ni intrínsecamente malos. Si tú tienes un fondo de pensiones, estás participando en un fondo de inversión en cierta medida. El problema no es la herramienta, es el uso que hacemos de la herramienta. Algunos fondos están quedándose con la deuda de ese ladrillo que pesa tanto. Evidentemente lo hacen pensando en que van a ganar dinero, pero podrían perderlo. No entiendo que la figura del fondo sea mala per se. 


Volvamos a la agricultura, ¿el camino que lleva es el adecuado o hay inercias que corregir? Por ejemplo, se insiste mucho de la concentración de la oferta…

No tiene por qué haber una senda buena, puede haber varias sendas  y todas pueden tener unos finales felices. Lo que sí creo es que lo que no debe hacer la agricultura de Almería es olvidarse de sus principios, y sus principios han sido adaptación constante a lo que exige el mercado. 


¿Sigue siendo así?

Sí, la enorme fortuna que tenemos, que a algunos les parece una injusticia, es que no dependemos de las subvenciones públicas, por lo tanto, como la renta de los agricultores depende de los precios que se obtengan en el mercado, son los principales interesados en hacer lo que el mercado exija. Y esa es la mejor garantía. Con respecto a la concentración de la oferta, nosotros cuando hacemos el informe de campaña calculamos cuánto suponen los cinco agentes más grandes sobre el total de la comercialización almeriense. Pues ya está en el 37% el año pasado. 


¿Eso se consigue por la vía de la integración o de la cooperación?

Se está consiguiendo por dos vías, por la de integración, Unica es integración pura, y por la vía de lo que nosotros denominábamos el voto con los pies.


¿Y qué es el voto con los pies?

El voto por los pies es que los agricultores están yéndose a empresas más grandes, intuyo que porque creen que tienen mayores posibilidades de mejorar su renta. El hecho cierto es que año tras año, esas cinco primeras empresas comercializadoras van consiguiendo más y más cuota. 


Pero el hecho cierto también es que hay cientos de pequeños operadores. 

Es que paralelamente han surgido operadores chiquititos que son otro modelo de negocio, y están funcionando algunos muy bien. Al final el mercado será el que decida si va a tener futuro. El modelo bueno es el que funciona. 


¿Pueden coexistir los tres modelos de comercialización  sin problemas?

La vida es solventar problemas (risas), y en economía igual. Pero si lo miras desde un punto de vista evolucionista, interesa que haya muchos modelos distintos para que alguno de ellos sea capaz de responder a los cambios.  


¿Esa tiranía que ejerce la gran distribución es tal o forma parte del catálogo de quejas?

Ellos hacen su trabajo, que es satisfacer las necesidades del consumidor. Pensemos que cuando más han apretado en España ha sido durante la crisis, en que el consumidor estaba pidiendo precios baratos. Ellos conocen muy bien a su cliente y tenían una ventaja, que son pocos y grandes y nosotros muchos y pequeños. 


¿Qué puede lastrar más a Almería, las comunicaciones o la falta de agua?

Cada uno tiene su impacto. El problema del agua es el precio, básicamente porque podemos desalar. Incluso podemos desarrollar soluciones de coste bastante más bajo. El tema de las comunicaciones es más fastidiado porque depende mucho menos de soluciones individuales, necesitamos inversión pública. 


¿No tener el AVE tiene un impacto a corto plazo en nuestra economía?

Ya lo está teniendo. El no disponer de alternativas al camión es un problema en el momento en que nuestros mercados empiecen a calcular la huella de carbono. Lo que no terminamos de entender es que de lo que se trata es de tener un abanico amplio de posibilidades y cuantas más tengas, más fácil será salir de cualquier circunstancia. Y, fíjate, el AVE entiendo que no es una prioridad económica para Almería, lo que es una prioridad económica es que los tomates, pepinos y pimientos estén en la frontera francesa en el menor tiempo posible. Lo otro es comodidad. 


Pero para que estén en corto plazo sería con alta velocidad

No necesariamente tienen que ir en AVE, pueden ir en un tren suficientemente rápido y que en un tiempo razonable te ponga las hortalizas donde tú las necesitas. 


¿El turismo está siendo para Almería todo lo que podría ser?

No sé contestarte a esa pregunta, está bien planteada. Lo que sí creo es que el turismo ha conseguido renacer de un shock brutal que fue la aparición de las empresas low cost, que se cargaron a los touroperadores clásicos. Cuando Tui deja de volar a Almería, nadie le dio importancia, y fue la mayor tragedia que ha pasado en el turismo de esta provincia. Creo que el sector ha sabido reinventarse y lo está haciendo razonablemente bien. ¿Puede hacer más? Seguramente, pero también están ahora enfrentándose a la revolución del espacio compartido. 


¿Es deseable ese tipo de turismo que en otras ciudades ya no quieren? 

Hay que poner en la balanza lo que se ingresa por él y el coste que tiene. No se nos olvide que ese turista ha llegado en un avión, ha comprado un servicio de alojamiento, compra en los supermercados… Lo que hay que plantearse es hasta qué punto los ingresos que deja son compatibles con los costes de todo tipo que generan. Habrá que regularlo. Y, desde luego, todas las ofertas tienen que estar fiscalmente en las mismas condiciones. 


¿Qué otros sectores debería desarrollar Almería que no está desarrollando?

No me atrevo a decir qué nos falta, pero sí que a mí me gustaría una economía más volcada en el conocimiento, tener no solo la agricultura más eficiente y más rentable de Europa, además que fuera la que más conocimiento utiliza porque eso nos garantizaría aguantar mucho más tiempo en el mercado. Igual para todo lo demás. Me gustaría que la Universidad de Almería fuera una referencia a nivel mundial, y que apareciera en el ranking de Shangai entre las 200 primeras. 


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