“La vida te cambia por completo, no es igual andar que ir en una silla”

Ángel recuerda su accidente, hace cinco años, tras romperse el cuello en Rodalquilar

Ángel Rodríguez en una de las actividades organizadas en la residencia donde ha pasado parte de sus vacaciones. Foto FAAM
Ángel Rodríguez en una de las actividades organizadas en la residencia donde ha pasado parte de sus vacaciones. Foto FAAM La Voz
Fernando Cuadrado
20:51 • 28 ago. 2018

Es la historia de Ángel. Un joven nacido en Madrid hace 31 años pero que llegó a la provincia de Almería hace ya más de quince. La vida de un joven que vio como en apenas unos minutos se volcaba para siempre todo lo que era su día a día. Ángel pasaba la jornada del 4 de agosto de 2013 en la playa, en el Playazo de Rodalquilar, dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Ese “refugio” para miles de almerienses durante los meses de verano y que también es una de las zonas más visitadas por los que llegan a la provincia de Almería a pasar sus vacaciones. Todo era “un día más”, pero Ángel decidió tirarse al agua. Ese momento en el que su vida dio un giro de 180 grados. Se tiró de cabeza y se rompió el cuello. Quedó tetrapléjico con apenas 26 años de edad. No llegó a impactar contra el fondo del mar como habitualmente pasa en este tipo de lesiones.



Un cambio radical
El simple impacto contra el agua hizo que Ángel sintiera que algo había ido mal. Nunca perdió la consciencia y asegura que recuerda “perfectamente” tanto el accidente como todo lo que vino después. Su traslado al hospital de Torrecárdenas, sus días allí, su viaje al Hospital Nacional de Tetrapléjicos de Toledo… y un proceso en el que debió volver a adaptarse a vivir. Con una carencias que le acompañarán toda su vida y ante las que Ángel se ha ido haciendo fuerte. A pesar de las cosas que ha perdido desde entonces.  Escucharle contar lo sucedido te revela la fortaleza ante la adversidad. “Yo siempre estuve consciente, no perdí la memoria y todo lo recuerdo perfectamente. Te cambia la vida porque no es igual ir andando que hacerlo en una silla de ruedas, dependes de horarios, de enfrentarte con muchas, demasiadas barreras arquitectónicas”.



Muestra de entereza
A pesar de los pesares, afirma que “la vida crece a su ritmo”. Vive con su madre y afronta su vida con una entereza que da una muestra del carácter que alguien puede llegar a forjar después de un cambio tan radical en su vida. Sobre cómo se afronta por parte de las administraciones la gestión de los casos de personas con discapacidad, reflexiona y reconoce que “la mejora es lenta en algunos aspectos y diferentes en otras… porque los grados de discapacidad son muy diferentes entre sí. Hasta que no hay un número de casos relevante no se puede trabajar sobre ello. Yo, personalmente, estoy contento y no tengo queja por el trato que recibo”.



Grandes dependientes
Estos días ha participado en la primera edición del programa de ‘Vacaciones para la vida independiente para personas con gran discapacidad’ de la FAAM.



Un programa que está dirigido a personas de entre 16 y 65 años que necesitan un apoyo diario para su vida cotidiana. Lleva ese nombre porque se pretende promocionar la autonomía personal en unas instalaciones con nuevas tecnologías, con domótica y con muchos avances. Para la FAAM, “la autonomía personal es muy importante”.




Muy importante que las personas con gran discapacidad puedan desarrollarla. Esta primera edición ha contado con 25 plazas disponibles, de las que hasta hoy solo se han producido 18 registros, por lo que quedan aún plazas vacantes para la segunda quincena de agosto.



Los recuerdos
Ángel vive con su madre “y nos apañamos bien”. Lejos de tener malos recuerdos también reflexiona sobre otro de los cambios importantes que dejó su “nueva vida”. “Antes tenía pareja y bueno, la cosa se terminó y uno de los motivos fue ese”. Con la entereza que muestra durante toda la conversación dice que “hay que entenderlo porque –su expareja- era una persona joven y es difícil aguantar todo esto. Estuvo mucho tiempo”. Estos días ha participado en todas las actividades del Programa de la FAAM.  “Están bien, se pasa por el fisioterapeuta, también hay actividades para mejorar el habla y a nivel cognitivo… te llevan a montar en velero y vas a la playa”. Incluso estos días, en la residencia ha habido una boda ficticia entre dos de los usuarios “sí, ficticia pero una boda muy bonita”.



Ángel es un ejemplo. Un ejemplo de personas que han sufrido un giro de los acontecimientos y que han visto como su vida cambia por completo. En un solo instante. Sin saber por qué.


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