El pueblo de Gádor cerró ayer. En un gesto simbólico para escenificar cómo golpearía a esta localidad almeriense el anunciado cierre de la planta cementera de Cemex, tiendas y comercios del municipio dejaron su persiana echada durante media hora en la mañana de este sábado y se solidarizaron con los trabajadores de la planta de la que dependen directamente cien familias del pueblo y su comarca.
Muchos mostraron ese apoyo en las inmediaciones del Ayuntamiento, porque dentro no cabía un alma. En esas instalaciones se celebraba el Pleno en el que se aprobó por unanimidad el “apoyo” y la “colaboración” del Consistorio “con los trabajadores de la fábrica de Cemex” en el mismo punto en el que se instó a la empresa “a mantener en funcionamiento su fábrica, garantizando los puestos de trabajo” y se pidió “a la Junta de Andalucía y al Gobierno de España su intervención”. Un extremo poco probable, el de la supervivencia de la actividad en la fábrica, que motivaba el cuarto punto de los que se aprobaron en la sesión plenaria de ayer y que hacía referencia al peor de los desenlaces posibles aunque ‘a priori’ inevitable: el cierre de la planta.
Plan de Empleo
Así, el Ayuntamiento instó a la Junta
a que, en caso de cierre de la fábrica de cemento y despido de sus
trabajadores “lleve a cabo un Plan de Empleo para la zona”. En el
mismo Pleno, la alcaldesa Lourdes Ramos (PP) manifestó su
pesar por no haber recibido “más llamadas de otras
administraciones y de más políticos” y pidió al Gobierno
central que “informe de las medidas urgentes que va a adoptar para
evitar que se cierre” la fábrica. Asimismo, al término de la
sesión plenaria adelantó que ha solicitado “una reunión urgente”
con Medio Ambiente y otra “con Jaime Elizondo, alto directivo de
Cemex a nivel de España, porque quiero conocer de primera mano los
pensamientos de la empresa”.
Próximas reuniones
Entre las cuestiones que la
regidora pondrá sobre la mesa cuando se encuentre con los
representantes de la Consejería de Medio Ambiente figurará con toda
probabilidad una cuestión que adelantaba ayer. Se trata de las
medidas de control que “sorprendentemente” sólo afectan “al
Puerto de Almería”.
En concreto, la regidora detalló que al puerto almeriense “le exigen ser un puerto cerrado y que cuando se hagan exportaciones de clinker (el producto principal del cemento) fabriquen una nave cerrada. Una inversión importante y una traba más que se le pone a esta empresa. Tenemos que ayudar entre todos y quiero que nos ayude la Junta de Andalucía”.
Ante un salón de plenos repleto de trabajadores y vecinos, además de representantes políticos como el exalcalde de la localidad, Eugenio Gonzálvez, el vicepresidente provincial Ángel Escobar y el exregidor de Huércal de Almería, Ismael Torres (PP), la alcaldesa pidió “disculpas” al Comité de Empresa porque “me hubiese gustado que en este Pleno hubiese estado la Corporación al completo”, lamentó debido a la ausencia de dos ediles del Grupo Socialista por motivos laborales, según dio a entender Ramos.
“La peor noticia”
Las palabras de la primera edil
sirvieron para calibrar el mazazo que supondría para esta
población del Bajo Andarax el cierre de la planta, con más de
doscientas familias afectadas entre los puestos de trabajo directos e
indirectos que desaparecerían. Una situación que Ramos ha
sintetizado en una frase.
“Ha sido la peor noticia desde que soy política”, reconoció antes de adelantar que pedirá “ayuda” donde haga falta para aprovechar cualquier “resquicio” de la normativa europea para pedir su modificación, ya que anteriormente “se han dado muchos casos”.
Petición de obras
“Que nos ayuden, que lo
necesitamos”, suplicó no sin antes reiterar su confianza “en
que la Junta de Andalucía y el Gobierno de España nos va a ayudar”
y lanzar un dardo a los ecologistas. “Lo mismo que piden justicia
climática yo voy a pedir justicia para los trabajadores”.
Tras la intervención de Lourdes Ramos, Antonio Orta, representante del Comité de Empresa reivindicó en nombre de los trabajadores “otra alternativa posible” y enumero una serie de datos para justificar su oposición al cierre de manera objetiva como el “aumento de un 5,8%” en el último año del índice de producción de cemento en Andalucía y pidió la reanudación de obras como “la autovía del Almanzora y el Corredor del mediterráneo”, lo que conllevaría un “incremento sustancial de la demanda de cemento con un impacto positivo en el volumen de ventas en nuestra zona”.
Manifestación el sábado en Almería
Desde el Comité de Empresa se ha emplazado a todos los trabajadores, vecinos, políticos y a todo aquel que quiera unirse a sus reinvindicaciones contra el cierre de la planta cementera a acudir a la manifestación convocada para el sábado 27 de octubre y que partirá desde la Puerta Purchena de la capital almeriense. En este sentido, el presidente del comité cifró en 19 millones de euros el impacto económico de la fábrica de Gádor para la provincia y mostró su inquietud acerca de “algo oscuro” tras el anunciado cierre de la planta debido a que la empresa, según afirmó, ha vuelto “a pedir el permiso minero”, recordando los bares, tiendas, restaurantes y comercios cuya existencia depende de la supervivencia de la fábrica.
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