En 1983, la discoteca Odeón, junto al Parque Nicolás Salmerón, organizó dos maratones de baile: bailar, resistir, vencer el sueño y superar los récords eran las exigencias del desafío.
Las estrellas que más brillaron en aquellos dos concursos que revolucionaron la vida tranquila de la ciudad: Antonio Correcaminos, Antonio Pérez, Eva de Jorge, Juanma Quesada, Kathy Contreras y Javier Rapallo recuerdan, 35 años después, su salto a la fama.
Antonio Soler, ‘Correcaminos’
En la década de los ochenta, Almería y provincia contaban con discotecas que eran la referencia de un público variado que buscaba la diversión. La Odeón organizó en el 83 dos maratones de baile donde el que más resistiera se llevaba el premio. Un coche, una moto acuática e infinidad de regalos.
Correcaminos trabajaba en una agencia de seguros y se presentó al maratón individual “por aburrimiento”. Su objetivo no era ganar sino la experiencia. El público le puso ese apodo porque pasó los seis días de concurso (de lunes hasta la madrugada del domingo) moviéndose de un lado a otro de la pista. “Había que vencer el sueño, no el cansancio”, dice.
Su carácter animoso le ayudó a resistir 128 horas sobre la pista iluminada por la bola espejo que no cesaba de girar. La canción de moda de aquel verano era ‘Vamos a la playa’ de Stefano Righi y Carmelo La Bionda. “Cada vez que la ponía el disc jockey me cargaba las pilas”, recuerda. Su récord fue de seis días bailando sin parar, a excepción de los descansos que establecía la organización. Tenía 31 años.
En la medianoche del sábado, cuando ya sólo quedaban 3 concursantes sobre la pista (Kathy, Antonio Pérez y él), el director médico le pidió que abandonara el concurso porque su vida corría peligro. “Yo propuse repartir los premios y terminar, pero mis dos compañeros querían llegar al final”. Así que a las 00:30 horas del “sábado noche” se marchó caminando entre aplausos, autógrafos y llantos de un público que lo adoraba.
Gracias a la prensa y radios locales despertaron el interés de Televisión Española que los catapultó a la fama con su programa ‘Vivir cada día’. Antonio rechazó la oferta de relaciones públicas de una discoteca de Madrid, que incluía “sueldo, casa y coche” , y se quedó en la capital almeriense donde abrió el pub ‘Correcaminos’, en la calle Pablo Iglesias.
Más tarde abandonó la noche y montó una cafetería y luego se marchó a Palma de Mallorca donde trabajó como cocinero. Tiene tres hijos. Ahora está jubilado y disfruta de la fotografía, la bici y la música, le encanta La Isleta del Moro; siempre en la calle. “Si hay un terremoto no me pilla en mi casa”.
Antonio Pérez Rupérez
Fue finalista en el maratón de resistencia en baile individual con 131 horas y 39 minutos bailando sobre la pista de Odeón.
Con el cronómetro en mano el equipo médico le aconsejó que se retirara por tener alto el pulso cardíaco. Tenía 20 años, nació en Bruselas. “Nunca pude imaginar que pudiera resistir tantas horas bailando”. De carácter emocional y sencillo, su paso por el certamen despertó el sentimiento de las fans jóvenes y mayores que seguían su participación en el concurso a través de la radio y de los periódicos y que, después, bajaban a la discoteca a comprobar que el niño de la sonrisa dulce, como decía el locutor en la radio, era de verdad. Todavía ‘Last dance’ de ‘Donna Summer’ resuena en su cabeza.
Se inscribió en el concurso por la fama, la gente y los aplausos. “Una fan que llevaba muchos collares puestos venía a verme continuamente. Cuando finalicé y desperté en el hospital me había dejado un enorme ramo de flores”, recuerda. Desde los catorce años participaba en concursos organizados por las discotecas. Diseñaba su coreografía y la ropa para los certámenes. Hoy escucha música todos los días. A él le hubiera gustado dedicarse al baile pero confiesa que entonces no tuvo ni la oportunidad ni los medios.
El mejor premio que se llevó de todo aquello fue “la gente que conocí, los recuerdos permanecen en la memoria”, dice. Se dedicó al sector de la hostelería, montó el negocio ‘Amanecer’, en el Puerto Deportivo de Aguadulce, que mantuvo durante muchos años. En la actualidad trabaja en el Hotel Zoraida Park de Roquetas de Mar. “Hoy me atrevería otra vez a hacer un maratón aunque abandonáramos a las tres horas, sé que no tengo las mismas capacidades pero sí mucha ilusión por vivir”. Su hermana es la televisiva Esperanza Pérez, que ha participado en programas de telerrealidad como ‘Ven a cenar conmigo’, ‘Mi madre cocina mejor que tú’ y ‘First dates’; entre otros. ‘El niño’ del maratón dedica su tiempo libre a su familia, tiene un hijo de 15 años. “Ahora salgo poco por la noche”.
Eva de Jorge
Javier Rapallo la llamó para inscribirse en el maratón de baile por parejas. Ella tenía 17 años. Bailar siempre ha sido su motivación.
Junto a Javier superaron el récord nacional y lo celebraron “con un abrazo” en la pista de Odeón, estableciendo la nueva marca en 74 horas y 20 minutos bailando. Campeones de España.
“En el maratón me sentía como en una película, no sabía si era de día o de noche. Sólo veía a personas mirándonos todo el tiempo”. Miguel Bosé cantaba ‘Voy a ganar’ y sentía la canción dentro de ella, “era mi pulso”.
Cuando alcanzaron el éxito el director de la discoteca puso champán en vasos para celebrarlo. “Sin pensárselo, mi padre me cogió en brazos y me llevó hasta el coche y nos fuimos a casa”, recuerda emocionada. Para Eva “los 80 fueron la década de los ‘Bee Gees’, el baile, las discotecas, las pistas de flamenco, de lento...” Su vida es como un baile, “continuamente estamos aprendiendo, enseñando y evolucionando”.
En estos años su vida no ha sido fácil pero tampoco imposible. “Si te caes cinco veces, te levantas seis y sigues para adelante”, dice. “He formado una familia y he pagado mi casa; mis dos hijos me han hecho muy fuerte”.
Tras su experiencia en el maratón Eva dirigió su vida profesional hacia la enseñanza: Monitora de gimnasia y baile a través del Patronato Provincial de deportes para los ayuntamientos de Vícar, Roquetas de Mar y Felíx. Más tarde fue vocalista de la orquesta ‘Bayana’.
Actualmente trabaja como auxiliar de enfermería en el SAS y también en una clínica ginecológica privada.
Además estudia Psicología. “Era mi asignatura pendiente hacer esta carrera. Estoy aprendiendo a procesar con más conciencia mis pensamientos, a no ser tan automática”. Confiesa ser una amante de la naturaleza, forma parte de un grupo de senderismo donde programan viajes los fines de semana.
Juanma Quesada
En 1983 tenía 17 años cuando se inscribió en el maratón de baile individual. A sus padres no les gustó la idea, pero accedieron. “El baile era mi vida, era un sentimiento”. Era un gran bailarín de breakdance.
Por aquella época estudiaba Informática en la Escuela de Maestría. Ya había ganado concursos de baile de exhibición en discotecas de Almería y provincia.
Cada vez que el Dj ponía la canción de ‘Kool and the gang, Fresh’, Juanma saltaba de alegría en el concurso. ‘Danzad, danzad malditos’, relaciona aquella película con su experiencia personal, aunque en un modo más divertido. Después de dos días bailando en la discoteca sus padres fueron a por él: ‘”que te tienes que venir que ha llegado una carta de Torrecárdenas con la convocatoria de oposiciones para Administrativo”, confiesa sin rencor.
En este maratón también compitió junto al conocido Pedro Osorio, el ‘rockabilly’ más guapo de Almería, que años más tarde moriría en un accidente de coche. “Era una buena persona”.
Juanma tuvo que esperar a 1985 para inscribirse en otro maratón individual en Granada. Allí quedaron 5 finalistas, todos hombres. En esta ocasión bailó durante 148 horas superando el récord mundial hasta que los médicos le aconsejaron que abandonara.
Recuerda que el cansancio les provocó alucinaciones durante unos segundos, “yo veía a todos los concursantes vestidos de militar”. Pero le ocurrió una anécdota entre el agotamiento: “les dije a mis compañeros, he visto en sueños a Lola Flores que me estaba mirando durante el baile”. Y fue verdad, Lola Flores actuaba esos días en Granada y fue a ver el maratón con su equipo. Hoy Juanma tiene un hijo de 30 años, independiente. El maratoniano no llegó a presentarse a las oposiciones y trabajó como comercial. Actualmente busca “un trabajo más estable”, es un competidor nato.
Kathy Contreras
Bailó sola un total de 131 horas y 40 minutos. Con 24 años se alzó con el título de campeona del mundo de resistencia en pista de baile en la discoteca Odeón. La gente bajaba a verla “y se señalaba con el codo, mira esa es Kathy”, recuerda.
A partir del tercer día danzando durmieron una hora, comían carbohidratos, yogurt con miel y sándwiches mientras bailaban, no podían parar, sólo se detenían 3 minutos cada hora para darse masajes en los gemelos, mutuamente, porque el médico no daba abasto con tantos participantes. Una mujer de gran carácter y control mental para ganar.
“Aquí lo que vale es la mente, que es el 70 por ciento del éxito”, dice. Después de los descansos sonaba el disco ‘Last dance’, de Donna Summer”, y a Kathy le daba fuerza. A ella le motivó concursar, “la competitividad, siempre, eso es lo que me mueve, y sigo igual”.
¿Quién es esa chica llegada de Andorra que en los ochenta pilotaba una moto por Almería? A partir de su triunfo montó un gimnasio en la capital. “Querían conocerme” e imitar su forma física. Más tarde se clasificó campeona de Andalucía de culturismo, fue directora de casting de patinadores para la película americana ‘Solar Babies’, rodada en Almería. Estuvo trabajando en Disneyland París, allí escribió el libro ‘Mañana será otro día’, una historia de amor autobiográfica publicado en Francia, y estudió Trabajo Social en Almería. Una competidora de raza.
El pasado 7 de septiembre apareció en la televisión francesa participando en el concurso de resistencia física ‘Ninja Warrior’, y ahora entrena diariamente para competir en el ‘Spartanrace’ una prueba de seis kilómetros con 20 obstáculos que se celebrará próximamente en Valencia.
La moto es su ‘alter ego’, tiene una Suzuky GSX 600, “me subo a la moto y me siento la reina de Saba”. Aunque va por libre, está vinculada amistosamente al grupo motero ‘Club House Furious’, participando en sus eventos. Ahora vive en Almería, tiene una hija y dos nietos, y está muy satisfecha de su vida deportiva.
Javier Rapallo
Campeón de resistencia en baile por parejas junto a Eva de Jorge. Fue él quien la eligió (‘More than a woman’, le canta a Eva) como pareja de baile porque confiaba en su potencial. Y lo lograron juntos. Establecieron el récord en 74 horas y 20 minutos bailando. Campeones de España. Javier tenía 22 años.
En el techo de su dormitorio colgaba una bola espejo con dos focos que iban cambiando de color, en recuerdo a la película ‘Fiebre de sábado noche’. La fama fue lo que le motivó a inscribirse. “Yo veía en la televisión la serie Fama, su eslogan era la fama cuesta y aquí la vais a sudar, y yo me dije pues la voy a sudar en Odeón”.
De sus fans guarda varios recuerdos. “La primera tenía 85 años”, aquella señora bajó a la discoteca para asegurarse de que aquel concurso no era una radionovela “y me trajo una taza de caldo”. Otra de sus seguidoras fue atropellada en la puerta de la discoteca entre el tumulto. Después de pasar por urgencias la bajaron a la pista y la sentaron con la pierna escayolada para ver a su ídolo.
Para Rapallo ganar el concurso significaba un trampolín. “Saldría en la tele y sería famoso”. Gracias al concurso llegó donde quería: Relaciones públicas de la discoteca Crisis, de ahí a disc-jockey y de ahí a compositor y luego a intérprete, y también tuvo un descapotable rojo regalo de una discoteca de Granada. “Un día voy a subir al descapotable y me encuentro a una fan dentro que no quería salir del coche”, recuerda.
En el libro de inglés de 8º de E.G.B preguntan en la lección 10 , ‘¿sabes quién era Javier Rapallo?, dice. Ha sido el más maratoniano de todos: 12 récords: 5 de baile y 7 de Dj. Hizo famosa su chaqueta azul abotonada que lució en todas sus apariciones y que nos recuerda a su ‘Kaña de España’, que este año celebrará su veinticinco aniversario, con un remix. Javier y sus compañeros guardan un grato recuerdo del periodista Juan Torrijos, que retransmitió el evento para Antena 3 de Radio. Los concursantes lo apodaban ‘el padrino’: “Nos hizo sentirnos estrellas.” Javier tiene una hija de “catorce primaveras”. Dice que la vida es como la pista de la discoteca, “mientras bailas eres joven”.
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