Emilio del Águila: “Los padres aprenderán de los hijos”

¿Cómo se trabaja el talento en un banco?
No se trabaja. Se facilita un ecosistema donde fluya y se desarrolle de forma natural. Tienes que alinear los objetivos personales y profesionales. Pero primero las personas tienen que querer. Nosotros generamos carreras o itinerarios de las personas, para saber cuál es su propósito.    

¿La actitud de una persona se puede modificar?
Externamente no. Debemos conocer el origen de su actitud y desde ahí tratar de ayudar. La actitud es la predisposición al futuro. Conlleva que tenemos que hacer cambios y nuestro cerebro no está preparado para ello. Por eso debemos proponer algo muy sugerente.

¿Ha habido mucha gente que te haya sorprendido?
Sí, en todos los sentidos, aunque me quedo con los positivos. Hay muchas personas a las que admiro. Me gusta la frase  “el éxito es aquello que consigues en función de tu propósito, no de lo que tengan los demás”. Yo lo entiendo como el disfrutar de lo que tienes, no de lo que no tienes. Hay gente que no ha tenido nada a favor y le ha sacado partido a lo que tiene. Yo soy exigente, pero no ambicioso. Sé que es una combinación rara. Pero la ambición no es un objetivo. Valoro lo que tengo.

Una vez contaste lo del camarero que decía que tenía unos bollos recién hechos o aquel otro camarero de la T-4 que te llevó el zumo cuando te ibas a la puerta de embarque. Estas cosas puede cambiar el rumbo de un negocio…
Absolutamente. Fueron experiencias que me contaron y que yo también quise experimentar. Cuando me cuentan esas cosas las pruebo. Durante la crisis iba a los concesionarios de coches para ver cómo vendían. Les habían caído las ventas un 70% y quería aprender de ellos.

¿Entiendes el enfado de la gente por el rescate bancario?
Lo cierto es que no se conoce lo que ha pasado realmente, ni se distingue entre lo que hacen unos y otros. En el caso de Cajamar no solo no hemos recibido ninguna ayuda pública sino que hemos ayudado a rescatar a otras entidades en dificultades. No todos somos iguales. Es como si dices que el índice de delincuencia en Andalucía es muy alto y piensas que todos los andaluces somos delincuentes.  

¿Se están repitiendo los mismos errores que antes de la crisis?
Sí te refieres a la sociedad en su conjunto, claramente. El ser humano tiende a repetir errores pasados cuando ve un beneficio. En lo que se refiere a la industria bancaria, aunque está mucho más regulada también es verdad que pueden surgir circunstancias no previstas. Dicen que los economistas somos buenos historiadores pero malos futurólogos.

¿Qué va a aportar la tecnología en la sociedad?
Rapidez, conexión, evolución y oportunidad. Pero también incertidumbre. Va a haber separaciones de la sociedad, con algunos que quedarán en la cola y desenganchados de la evolución y las diferencias cada vez serán mas grandes. Es lo que me preocupa. Va a ser la primera vez en la que los padres aprenderán de los hijos. Estamos ante una transformación tecnológica y social y no tenemos modelos anteriores en los que fijarnos. Hay que construirlos. Te digo: en cinco años esta entrevista se hará mediante realidad virtual, tú en tu casa y yo en la mía.

Pero se tiene miedo a la tecnología porque ésta puede quitar trabajos…
Hay estudios que dicen que por cada puesto que desaparezca pueden aparecer cuatro nuevos. Soy optimista, pero también debes estar dispuesto a prepararte y adaptarte. Cuando no existían aviones no había pilotos, controladores aéreos, mecánicos, azafatas... Al crearse el avión se generaron estos trabajos. Pues es igual. Tendremos que aprender cosas nuevas. Doy charlas en universidades y suelo decir a los estudiantes que el aprendizaje no acaba cuando obtienen su título. Más bien empieza…