Es la única vivienda individual almeriense de planta baja y sin comercio adosado que queda en el Paseo. Está aún ahí, como un botón de muestra, como un arcano evocador de cómo era aquel viejo boulevard almeriense, entre tilos y plátanos, consagrado al Príncipe Alfonso. La Casa Azul, conocida también como la Casa del ingeniero Elorrieta, tras muchas vicisitudes, sale a la venta por 1,8 millones de euros a través del paquete inmobiliario que comercializa la compañía Haya.
Cuenta con planta baja, primera planta y un sótano y suma una superficie construída de 538 metros cuadrados. Su interior hasta hace pocos años estaba habitable, aunque ahora necesita de una reforma. La fachada está protegida, aunque no así el interior y podría ser vaciada para un edificio de nueva construcción.
Desde la inmobiliaria que comercializa el inmueble informan de que han recibido varias ofertas desde el pasado mes de septiembre que se puso en venta.
La casa está ubicada enfrente justo del Círculo Mercantil y a su lado estuvo el Banco Hispano Americano. Los herederos de Eusebio Elorrieta la vendieron en 2003 a Caja Granada que inició trámites urbanísticos para recuperarla y convertirla en su sede institucional en la capital almeriense. Pero llegó la crisis financiera y la fusión de Caja Granada con Cajamurcia y otras entidades para crear Banco Mare Nostrum y el proyecto de la Casa Azul se paralizó.
Después BMN fue absorbida por Bankia como entidad pública que cedió la casa, dentro de un paquete inmobiliario, a Haya para hacer caja. La casa fue construida en torno a 1911 y previsiblemente es obra de Enrique López Rull, según Tomás Elorrieta, uno de los herederos de Eusebio Elorrieta. “Hay detalles como la escalera, el artesonado y los estucos muy similares a los del arquitecto del Círculo Mercantil”.
Su primer propietario fue un profesor de la Escuela de Artes y Oficios y en 1918 fue adquirida por Eusebio Arrieta que había llegado a Almería como empleado del Puerto quien al poco tiempo matrimonió con la rica almeriense Antonia Quesada Córdoba.
Elorrieta, un sobrio vasco originario de Bermeo, desempeñó el cargo de director del Puerto desde 1920 a 1939. Se distinguió durante toda su vida por colaborar con numerosas acciones de ayuda a los menesterosos. Fue presidente de la Junta de Asistencia Social y miembro del Círculo Mercantil.
En esa céntrica casona capitalina el matrimonio Arrieta Quesada crió a su único hijo Eusebio, casado con María Antonia Jove Arechandieta, campeón sempiterno de las gimkanas que organizaba el Ayuntamiento en las fiestas de agosto.
Allí también crecieron sus nietos Eusebio, José Antonio, Tomás, Belén y Maria Antonia, entre esculturas de bronce, ricos estucos, en un sótano que hacía las veces de rincón de juegos y un terrao con gallinero.
Era una casa de ensueño, con piano de cola, bargueños, libros antiguos, escalera de mármol en piezas íntegras de Blanco Macael y una balconada típica almeriense mirando a la Sala Noble del Círculo.
Elorrieta, siempre con traje y sombrero, al acabar la guerra fue apartado de la dirección del Puerto y juzgado por su pertenencia al Partido Radical Socialista, durmiendo varias veces en El Ingenio.
Terminó sus días en el Cortijo de los Quesada, en el año 1982, cultivando naranjos y granadas y volviendo de cuando en cuando a esa casa de ensueño que permanece como él ladejó.
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