Un vendaval ha azotado el escenario político de Andalucía, una comunidad en la que el Partido Socialista ha estado gobernando ininterrumpidamente durante casi cuatro décadas. Y la causa de esa tormenta tiene tres letras y dos dígitos: Vox, 12 diputados. Un terremoto electoral.
El partido de extrema derecha, que ha hecho bandera del nacionalismo, del discurso duro sobre la inmigración y de postulados contrarios al Estado de las autonomías, va a entrar, sin embargo, por primera vez en España en un parlamento autonómico. Que sea precisamente el de Andalucía, la región más grande del país, la más poblada y, al mismo tiempo, tradicional granero de votos para la izquierda supone un giro copernicano en la politica española y, por supuesto, en la andaluza.
Una victoria inservible
Aunque el PSOE ha ganado de nuevo las elecciones en siete de las ocho provincias de Andalucía -precisamente Almería es la única excepción-, y un millon de andaluces han escogido su papeleta, la caída en votos (400.000 menos) y en escaños (14 menos) es de tal magnitud que la posibilidad de formar gobierno se le ha tornado imposible a Susana Díaz. Con solo 33 parlamentarios frente a los 47 con los que ha gobernado estos últimos cuatro años, a la candidata socialista se le ha desvanecido prácticamente toda opción de componer una mayoría parlamentaria que la mantenga en la presidencia.
Los 17 parlamentarios de la confluencia de izquierdas Adelante Andalucía, una cifra por debajo de los 20 que consiguieron en 2015 Podemos e Izquierda Unida por separado, no dan para sumar con el PSOE una mayoría de la Cámara. Pero tampoco con los 21 escaños que ha logrado Ciudadanos - si es que los naranjas se avinieran a negociar- conseguiría Susana Díaz alcanzar los 55 de la mayoría del Parlamento andaluz. Solo en el hipotético caso de que la candidata socialista lograra el apoyo al mismo tiempo de Juan Marín (Cs) y de Adelante Andalucía podría albergar la esperanza de seguir en San Telmo.
Esta última hipótesis tiene pocos visos de cumplirse. Ciudadanos no se ha cansado de repetir durante la campaña que no volvería a apoyar a la candidata socialista y a dar por sentado que si se daba el escenario de un bloque mayoritario con el PP -lo de Vox era comentario de boca pequeña-, apostaría por esta opción.
La oportunidad del PP
Y ahí es donde emerge lo que parece la gran oportunidad del Partido Popular de gobernar por primera vez en Andalucía. Los populares de Juan Manuel Moreno Bonilla han sufrido también una importante pérdida de escaños y de votos, 317.000 y siete respectivamente.
Sin embargo, la posibilidad de liderar un bloque parlamentario suficiente para formar gobierno se le ha abierto gracias a Vox, un partido de cuyo posible apoyo no ha renegado durante la campaña electoral, y al que tendrá que recurrir sí o sí para poder gobernar. El otro socio necesario será Ciudadanos, que tampoco ha descartado que la opción de desbancar a Susana Díaz de la presidencia de la Junta incluyera una triangulación con Vox. Eso sí, Juan Marín también juega la baza de presentar él mismo candidatura a ser investido presidente de la Junta y que los demás le apoyen.
Así las cosas, el verdadero ganador de la jornada electoral es precisamente Vox. La formación de Santiago Abascal, que este domingo en Sevilla dio rienda suelta al triunfalismo por los resultados, tiene la llave de la gobernabilidad de Andalucía y puede hacer por primera vez presidente de la Junta de Andalucía a un candidato del Partido Popular, además de entrar con una presencia importante en el Parlamento Andaluz.
Vox, que hace cuatro años apenas cosechó un exiguo 0,46% de apoyo de las urnas andaluzas y 18.000 votos en toda la región, ha estado muy por encima de lo que le auguraban las encuestas más optimistas. Sin apenas resonancia en la política de Andalucía en estos cuatro años, en apenas unos pocos meses el efecto de esta formación que sintoniza con los partidos de extrema derecha de otros países europeos ha arrancado prácticamente 400.000 votos entre los andaluces, casi un 11% del total del electorado.
Vox no solo ha conseguido representación en la Cámara andaluza, sino que obtiene parlamentarios en todas las provincias de Andalucía, algo que la mayoría de las encuestas y sondeos previos no habían detectado en toda su dimensión. En Almería, Cádiz, Málaga y Sevilla, hasta dos diputados. En las otras cuatro provincias, uno.
La baja participación en la jornada electoral, con más de un 40% de abstención, ha tenido su peso en el cambio de ciclo político que ha experimentado Andalucía. Era precisamente un fantasma que han intentado espantar durante toda la campaña los que aún son partidos más votados, PSOE y PP. Pero el fantasma, a la postre, ha aparecido.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/163192/vox-rompe-el-tablero-politico-y-tiene-la-llave-del-gobierno-andaluz