Un agente de la Guardia Civil y los propietarios de un bar de tapas de Almería se han presentado denuncias mutuas tras un incidente sucedido la tarde del jueves. Según el gerente del negocio, que es uno de los denunciantes, sobre las 22,10 horas del jueves se encontraba con unos amigos en el exterior del bar, cuando se percató de que había un individuo, el agente de la Benemérita de paisano, que quería entrar dentro de la barra, al parecer para agredir a un camarero, según ha declarado éste, quien trataba de impedirlo. Al ver lo que pasaba, se dirigió a dicho individuo, a quien dijo que no podía acceder al interior.
Aunque un amigo le convenció inicialmente para que se marchara, solo segundos después volvió y entró en la barra, por lo que los camareros le llevaron, “sin empujarle, hasta la calle”. “Una vez en la puerta intentó entrar de nuevo, por lo que el gerente se interpuso y el guardia civil trató de golpearle, algo que consiguió en una ocasión, causándole lesiones en la cara”, según el denunciante. Posteriormente empezó, siempre según la versión del gerente, a increpar a los clientes, llamándoles “podemitas, hijos de puta, e ignorantes”. El encargado asegura que “debido a su estado de embriaguez, el agente se cayó en dos ocasiones al suelo.”
El gerente afirma que tuvo que ser atendido en un ambulatorio, y que debido a las acusaciones del agente, desconocidos le han increpado en las redes sociales “con un gran perjuicio para su negocio”. Por todo ello, le ha denunciado por los insultos y las lesiones sufridas.
Agresión Por su parte, el guardia civil, que se encontraba fuera de servicio, asegura que fue agredido por camareros del local debido a su condición de miembro de la Benemérita, y a que vestía un polo con la bandera de España, por lo que además habría sido llamado “fascista”.
En su denuncia, el guardia civil asegura que cuando se encontraba en la taberna se le acercó una mujer que le dijo: “perdona, estás invadiendo mi espacio sideral con esas pintas de facha”.
“Al preguntarle el declarante a qué se refería con esas acusaciones, la mujer comenzó a hacer aspavientos y a lanzarle improperios”… y “ante esta situación llegó un camarero del establecimiento llamándole fascista, empujándole y haciéndole caer al suelo”, según la denuncia.
El guardia civil continúa explicando que cuando se levantaba para pedir explicaciones al camarero, se acercaron varios compañeros de éste y comenzaron a forcejear con él, “llegándole uno a amenazar con unas pinzas de la brasa diciéndole: “fuera de aquí, facha”. A continuación se produjo la agresión de la que denuncia haber sido víctima: “Le sacaron entre varios camareros al callejón contiguo al local, donde entre todos ellos comenzaron a golpear al declarante mientras éste, que estaba tirado en el suelo, intentaba defenderse", explica.
El agente mantiene que pudo escuchar una voz femenina que dijo a los camareros: “¡dale, que es picoleto! Y asegura que a continuación se trasladó por sus propios medios hasta el Hospital Virgen del Mar, donde fue atendido de las heridas sufridas en la agresión. El parte médico refleja que presentaba policontusiones de pronóstico leve.
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