La Unidad de Endoscopias Digestivas del Hospital Mediterráneo de Almería, centro de referencia en Andalucía en la aplicación de los tratamientos más innovadores en endoscopia digestiva, ha llevado a cabo la primera intervención exclusivamente endoscópica para tratar el reflujo gastroesofágico.
La técnica, conocida como MUSE (por su nombre en inglés Medigus Ultrasonic Surgical Endostapler), consiste en realizar unos pliegues en la unión entre el estómago y el esófago (funduplicatura anterior) mediante un dispositivo endoscópico que aúna una microcámara, un sensor de ultrasonidos y una grapadora quirúrgica.
El objetivo del procedimiento es lograr aumentar el tono del esfínter esofágico inferior evitando que el contenido gástrico suba hacia el esófago mediante la creación de unos pliegues en el techo del estómago, lo que técnicamente consiste en la realización de una funduplicatura anterior realizada por vía endoscópica.
La primera intervención de este tipo que se realizó en el hospital almeriense duró 80 minutos, y concluyó con éxito y sin complicaciones. El paciente permaneció en observación y pudo iniciar la ingesta de líquidos a las 12 horas, mientras que a las 18 horas fue dado de alta tras tolerar líquidos sin dificultad. En los próximos días deberá realizar una dieta progresiva que se prolongará durante las dos próximas semanas y se podrá reincorporar a su actividad habitual en ese mismo plazo.
"Esta patología condiciona frecuentemente síntomas digestivos como ardores, regurgitación, molestias en la deglución y, con menor frecuencia, otros extradigestivos neumológicos, dentarios u otorrinolaringológicos como faringitis, laringitis, broncopatía, asma, taquicardia o dolor torácico, entre otros", explica el doctor Rodríguez Laiz, especialista de aparato digestivo del Hospital Mediterráneo.
El tratamiento tradicionalmente se ha basado en las conocidas medidas higiénico-dietéticas, como levantar la cabecera de la cama o evitar tabaco, alcohol o comidas copiosas en los casos más leves y frecuentemente medidas farmacológicas como los IBPs (omeprazol y derivados) y procinéticos, incluso en los casos más refractarios el tratamiento quirúrgico anti-reflujo (funduplicatura quirúrgica).
Según Rodríguez Laiz, “con esta nueva técnica, podemos ofrecer a nuestros pacientes un tratamiento exclusivamente endoscópico, por tanto, sin incisiones ni cicatrices, con excelentes resultados muy similares a la cirugía, y con una extraordinaria tolerancia, sin necesidad de estancia hospitalaria y sin complicaciones como la frecuente disfagia (dificultad para tragar) que se ha descrito en las técnicas quirúrgicas.”
Los estudios iniciales muestran que cerca del 90% de pacientes pueden abandonar o reducir el tratamiento farmacológico y hasta un 75% de mejoría de calidad de vida, siendo al tiempo un procedimiento seguro y bien tolerado, con datos comparables al tratamiento quirúrgico.
Alta prevalencia La enfermedad por reflujo gastroesofágico tiene una alta prevalencia en nuestro país, hasta el punto de que llega a afectar a un tercio de la población española, aunque esta cifra podría estar subestimada, porque la mayor parte de los pacientes presentan síntomas leves y poco frecuentes.
La enfermedad está causada por un incremento en la producción de ácido gástrico, acompañado de un defecto en el cierre de la válvula de la unión entre el estómago y el esófago, por una insuficiencia muscular o una hernia de hiato, de manera que el ácido gástrico sube por el esófago, como informa el Hospital Mediterráneo.
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