Las portadas amanecieron manchadas con las imágenes de los agricultores enfrentados a los policías tras las vallas amarillas, entre cajas de berenjenas repartidas sobre las losas del Paseo de Almería.
El sector agrícola cercaba aquella calurosa mañana de junio de 2008 la sede central de la Agencia Tributaria para reclamar una rebaja fiscal para los productores, todavía en los albores de la crisis económica.
Los manifestantes descargaron la verdura sobre los agentes de la Policía Nacional y acometieron con las vallas metálicas a los antidisturbios, armados con pelotas de goma y porras. Un agricultor levantó con sus manos una papelera del mobiliario urbano y la arrojó sobre la espalda de un agente, desbordado por todos los flancos.
Y en el revuelo de los altercados, entre los golpes y las amenazas, entre los heridos y los gritos, entre las cámaras de los fotógrafos y las televisiones, un agente perdió la pistola arrancada de su cintura junto a la acera del Paseo de Almería, aparentemente bajo un coche. Sin rastro. El arma reglamentaria se esfumó en los disturbios de aquel mediodía de protestas ciudadanas.
No es el único caso. Según un informe del Ministerio del Interior aportado en el Senado, los agentes de las fuerzas de seguridad del Estado en la provincia de Almería han perdido nueve armas de fuego (cortas) desde 1986. Su destino es un misterio.
Interior distingue entre los extravíos producidos durante actos de servicio (como el narrado anteriormente) y los producidos por negliglencias. En el segundo caso, se abrieron expedientes enmarcados en el régimen disciplinario de la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Sanciones
En el conjunto de territorio español, durante los últimos cinco años se tramitaron 34 sanciones a funcionarios de la Policía Nacional por infracciones leves en la custodia de armas reglamentarias y 14 sanciones por infracciones graves. Mientras, la Guardia Civil ha expedientado en el mismo periodo a 33 agentes de todo el país.
El régimen disciplinario de la Policía Nacional contempla como una falta grave “dar lugar al extravío, pérdida o sustracción por negligencia inexcusable de los distintivos de identificación o del arma reglamentaria”. Por faltas graves podrá imponerse la sanción de suspensión de cinco días a tres meses.
En el régimen disciplinario de la Guardia Civil se señala como falta grave “causar daño grave en la conservación de los locales, material o demás elementos relacionados con el servicio o dar lugar, por negligencia inexcusable, a su deterioro, pérdida, extravío o sustracción”. Se castiga con suspensión de empleo de un mes a tres meses.
El control de las armas es casi una obsesión en un contexto de lucha contra el crimen organizado y el terrorismo.
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