Los agentes de la Guardia Civil desmontan la versión ofrecida por el presunto asesino machista de Huércal de Almería y describen un comportamiento consciente y medio para acabar con la vida de Antonia G. de 33 años de edad. El guardia civil responsable de su arresto aseguró este martes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Almería que Francisco G. estaba “normal” y respondía a sus indicaciones sin síntomas de embriaguez o enajenación.
“No sabía lo que pasaba, Vi a un hombre salir a unos 30 metros y lo seguí andando. Entonces le llamé y él vino hacia mí. Hacía lo que le decía”, describió ante los nueve miembros del jurado popular.
El acusado aseguró en la primera sesión del juicio, celebrada el pasado jueves, que estaba afectado por el abundante consumo de alcohol y que no recordaba absolutamente nada de la secuencia de hechos. Además, según expuso el letrado de la defensa, sufre una leve discapacidad.
Estos dos elementos podrían suponer la aplicación de dos eximentes del delito y, por tanto, favorecer un veredicto de “no culpabilidad” para Francisco S. G. Por ello, las acusaciones tratan de tumbar a versión exculpatoria a través de las declaraciones de los testigos.
La vecina de Antonia G. que alertó a las autoridades describió una escena de enorme crueldad. “Estaba medio dormida y escuché unos golpes. Gritos y golpes como de caer unos muebles”, señaló la testigo. “La habitación de mi hija estaba pared con pared y ella me dijo que escuchó a un hombre decir ‘cállate, cállate’ ”, añadió. “Escuchaba un llanto, un lamento. Al principio se escuchaba bien y luego se apagó poco a poco. Silencio”.
Un agente de la Guardia Civil afirmó durante su comparecencia que Francisco G. se movió con agilidad para intentar escapar del inmueble y que trató ocultarse en un descampado, en una especie de pequeño túnel.
La escena del crimen Además, lejos de confesar, intentó improvisar una versión exculpatoria. “Estaba manchado de sangre y le pregunté. Me dijo que venía de la casa de una amiga y que había forcejeado con un hombre que le había cortado el cuello”.
Los agentes le hallaron unas llaves y entraron en el domicilio. Allí estaba el cuerpo sin vida de Antonia G. La agresión se produjo en un dormitorio y el cuerpo fue arrastrado hasta el cuarto de baño cercano. En el suelo había marcas de sangre de esta maniobra y pisadas en la escalera presuntamente de Francisco S. G. de 32 años de edad.
Prisión permanente
Los investigadores vinculan esta escena con el interés del acusado de limpiar la escena y emprender la huida. De hecho, como acreditó la vecina, después de la agresión bajó una persiana para evitar se descubierto y luego huyó del inmueble ubicado en el Paseo del Generalife de Huércal de Almería. El crimen se produjo al amanecer del 15 de enero de 2017. La mujer recibió 19 cuchilladas y medio centenar de golpes, según las pruebas forenses. La muerte se produjo por un shock hipovolémico (pérdida grave de sangre) por un corte profundo en el cuello. La autopsia del Instituto de Medicina Legal reveló también mutilaciones en la boca y en los genitales producidos con un arma cortante después de la muerte de Antonia G. de 33 años de edad.
La Fiscalía y la acusación particular ejercida por el letrado Esteban Hernández Thiel solicitan una condena de prisión permanente revisable para Francisco S. G. por un delito de asesinato. Además, solicitan 15 años de prisión por una agresión sexual. De producirse la condena, sería la primera pena de cadena perpetua dictada en la provincia de Almería tras la reforma del Código Penal de 2015 que endureció las sanciones en crímenes con componentes sexuales, secuestro o víctimas especialmente vulnerables.
Francisco S. G. escondía el secreto de ocho condenas anteriores por delitos contra el patrimonio y violencia de género con otras parejas y se encontraban en búsqueda y captura desde hacía, al menos, seis meses. El caso se tramitó como un crimen de violencia de género porque víctima y presunto agresor habían mantenido una relación informal durante meses anteriores a los hechos. El propio acusado confirmó en su relación que habían roto unos días antes.
Los agentes tardaron 20 minutos en entrar en la casa
Los agentes de la Guardia Civil tardaron, al menos, 20 minutos en entrar en la vivienda de Antonia G. en el Paseo del Generalife de Huércal de Almería, según la declaración prestada el martes en el juicio con jurado popular. Una vecina alertó a los agentes tras escuchar los golpes, gritos y llantos durante la agresión machista. A la llamada acudieron una patrulla de la Policía Local y una patrulla de la Guardia Civil. Tardaron en llegar, según la declaración de los agentes, unos cinco minutos. Sin embargo, la entrada a la casa no fue inmediata. “Tocamos a la puerta y al timbre, pero nadie abrió”, señaló un agente. “No sabíamos que pasaba dentro”.La vecina insistió en la gravedad de los hechos y llegó a ofrecer herramientas y una escalera para forzar alguna puerta o ventana. Finalmente, los agentes accedieron con las llaves que Francisco S. tenía en su arresto.
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