Además de poner en marcha una investigación para aclarar lo sucedido, la Dirección del Hospital Torrecárdenas ha decidido reforzar el servicio de Urgencias después de la muerte de una mujer de 74 años sin recibir asistencia médica durante dos horas y media, el pasado martes. Entre las mejoras a aplicar se encuentran nuevas medidas y protocolos para estrechar la vigilancia y el control sobre los pacientes.
A partir de ahora este servicio contará con una consulta polivalente más -que dispondrá de un facultativo y un enfermero-, con lo que el centro tendrá en total ocho consultas, que estarán abiertas en turnos de mañana y tarde.
Además, el director gerente, Manuel Vida, ha ordenado otros cambios en la organización del servicio para evitar que vuelvan a repetirse casos como el de la muerte de Dolores Alonso Así, desde ayer miércoles, una vez que los pacientes que se encuentren en camillas, pasen el triaje y aguarden en la sala de espera, deberán situarse a una distancia máxima de dos metros respecto al puesto de control sanitario, para ganar una proximidad que puede ser importante en estos casos, según ha informado la Delegación del Gobierno andaluz en Almería.
Aunque la Delegación no reconoce que el hospital estuviera saturado el martes, la hija de la mujer fallecida aseguró a La Voz que tras la muerte, el personal del centro afirmó que estaban colapsados y no disponían de medios suficientes para atender a todos los pacientes.
Fatalidad
Personal sanitario de Torrecárdenas ha informado a este diario que, efectivamente, el martes hubo una gran cantidad de pacientes, lo que provocó un retraso en su atención. En cualquier caso, también puntualizan que habitualmente las personas calificadas en triaje con prioridad 2, como fue el caso, “suelen ser atendidos en menos de media hora habitualmente”, por lo que también creen que ese día se produjo un cúmulo de fatalidades que acabaron de la forma más fatídica posible, con la muerte de una persona.
Por su parte, la delegada del Gobierno andaluz en Almería, Maribel Sánchez, informó ayer de la apertura de una investigación para ver exactamente qué pasó en el proceso -y qué falló- y afirmó que la Junta estaba en contacto con la familia para que sepa en todo momento lo ocurrido.
Como ha informado este diario, Dolores Alonso Román murió pasadas las dos de la tarde del martes, dos horas y media después, aproximadamente, de que llegara al servicio de Urgencias para ser atendida de una insuficiencia respiratoria y otros síntomas detectados por el personal de la residencia donde estaba ingresada, como dificultades de atención.
Durante todo el tiempo, la paciente permaneció en una camilla en la sala de espera junto a su marido, quien pensó que estaba dormida, por lo que no se preocupó cuando no le contestaba.
No obstante, al llegar su hija Ana, sobre las dos de la tarde, cuando terminó de trabajar, se dio cuenta inmediatamente de que algo grave le pasaba. “Le pregunté cómo estaba, tocándole el brazo, pero advertí que no respiraba”, recuerda.
Inmediatamente, avisó al personal sanitario del servicio, que trasladó a Dolores al área de Reanimación. Sin embargo, apenas unos minutos después los médicos confirmaron a la familia que Dolores había fallecido.
"No quiero compensación"
La familia de Dolores Alonso tiene previsto continuar con las acciones legales que esa misma tarde inició Ana Almécija, su hija, con una denuncia ante el Juzgado de Guardia por presunta negligencia.
Las llamadas recibidas por parte del director gerente del centro, Manuel Vida, y el delegado de Salud, Juan de la Cruz Belmonte, quienes la han telefoneado este miércoles para darle el pésame personalmente, preguntarle si necesitaban cualquier ayuda de la Administración e informarle de que se ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido, no son motivos suficientes para hacerla desistir de su propósito de recurrir a la vía judicial. “No dudo de que mi madre falleciera de forma natural, pero sí sigo creyendo que podría estar viva si hubiera sido atendida antes”, explica a este diario, todavía con la voz entrecortada por la tristeza. “Es muy joven”, decía refiriéndose a su madre y mostrando a este diario una fotografía tomada hace apenas un mes y medio.
Eso sí, Ana llegó a decir en el juzgado que no pretendía recibir ninguna indemnización económica por la muerte de su madre. "No quiero compensación de ningún tipo, lo único que pretendo es que esto no vuelva a pasar. No hay compensación posible”, repetía ayer en la Cadena SER de Almería.
Incinerada
La familia aún estaba ayer por la tarde a la espera de recibir el cuerpo de Dolores en el tanatorio, donde debería ser trasladado desde el Instituto de Medicina Legal, para ser incinerado.
Por otra parte, enfermeros de Torrecárdenas se han dirigido a ese medio para informar de que, a su entender, no se produjo ningún error en el triaje. “Si la paciente hubiera sido atendida a tiempo, todo podría haber sido distinto”, aseguran.
Asimismo, han defendido que el protocolo de triaje suele funcionar correctamente en el hospital, al igual que en otros centros andaluces, aunque no sea un médico el encargado de realizarlo.
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