Una explosión y varios chispazos sonaron de pronto en el Colegio Colonia Araceli antes de que quedara a oscuras, sobre las once menos diez de la noche del domingo, justo cuando se procedía al recuento de los votos de las elecciones generales.
Ante la imposibilidad de continuar el escrutinio sin luz, se pensó en trasladar las urnas a la sede de la Junta Electoral de Zona de Almería. Sin embargo, los dos agentes de la Policía Nacional que custodiaban el colegio tuvieron la idea de pedir refuerzos y pocos minutos después se presentaron otros cuatro policías, provistos con linternas de sus coches patrulla, con las que proporcionaron una iluminación suficiente para terminar el recuento.
Aunque no llegó a prenderse fuego, los presentes, “asustados por la explosión del cuadro eléctrico”, según un miembro de la Asociación de Madres y Padres (AMPA), llamaron a los bomberos, la Policía Local, al director del colegio y a Endesa, “ante la inexistencia en el Ayuntamiento de un servicio de mantenimiento durante las 24 horas”.
Tras este incidente, Endesa cortó el suministro, que no se reparó hasta las dos de la tarde del lunes, por lo que alumnos y profesores tuvieron las clases sin luz durante toda esa mañana, sin poder utilizar ordenadores, pantallas digitales, ni los electrodomésticos de la cocina, el portero automático o el teléfono. La reparación fue realizada por una empresa contratada por el Consistorio.
Estado lamentable Los padres y madres del colegio han lamentado este nuevo incidente en la instalación eléctrica del centro que, según dicen, se encuentra en un “estado lamentable” y pendiente de ser renovada totalmente desde hace unos siete años por parte de la Junta de Andalucía, al tratarse de una “obra mayor”. Desde entonces, explican, son frecuentes estas pequeñas explosiones y el consiguiente el olor a quemado, aunque nunca, por fortuna, ha llegado a prenderse fuego, hasta el momento.
Por ello, la AMPA convocó este martes una concentración en la que exigió la renovación de las instalaciones, sobre todo para evitar peligros para los 200 alumnos que estudian en el centro, junto a profesores y resto de personal. Y es que, como explica Marisol de Santos, presidenta de la AMPA, el cuadro eléctrico no solo está dentro de las instalaciones del colegio, algo no permitido por las normas, sino que se encuentra “justo en la entrada del centro”, una circunstancia especialmente peligrosa en caso de incendio, puesto que podría impedir la salida. Es más, De Santos informa de que el plan de emergencias del centro tiene su entrada y salida del colegio en esta entrada principal.
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