No parece casualidad y nadie, entre los líderes y analistas políticos de Almería, lo da por tal. Las grandes zonas de agricultura intensiva de la provincia -comarca de Poniente y Níjar- fueron, junto a la capital y los mayores municipios de su cinturón metropolitano, las que el pasado domingo dieron a Vox los mejores resultados porcentuales en toda España de una formación que ha provocado una debacle electoral en el hasta ahora hegemónico Partido Popular.
Que el Poniente, con El Ejido y Roquetas a la cabeza, hayan sumado para Vox por encima de los 26.000 votos y el 41,7% de su apoyo total (62.529 votos en toda la provincia) y que Níjar le haya aportado otros 2.600 y un 4% de sufragios tiene una primera y aparentemente obvia explicación: su discurso sobre inmigración. Los planteamientos del partido de Abascal de mano dura con la inmigración ilegal y apuesta por la de origen latinoamericano frente a la norteafricana han calado en unas zonas donde la mano de obra extranjera es esencial, pero donde la cohabitación no está exenta de dificultades, y, por momentos, de conflicto.
Lo admite el propio líder provincial de Vox, Juan Francisco Rojas, quien cree que la base de los buenos resultados de su partido en esos municipios está en esa posición sobre inmigración, también en la relacionada con la seguridad ciudadana, pero, además, en la defensa de un papel más contundente de nuestra agricultura en Europa. Es precisamente en el Poniente donde Vox ha asentado su base social más fuerte, subraya Rojas. En El Ejido, de hecho, suman 270 afiliados, prácticamente los mismos que en la capital.
El trasvase de votos desde el PP hacia Vox en estas últimas elecciones generales ha sido en algunos lugares prácticamente a la décima. El caso de El Ejido, el único municipio de Andalucía donde ya ganó en las autonómicas de marzo y donde ha vuelto a repetir primera posición, es el más significativo. Allí, el porcentaje de votos que obtuvo el PP en las anteriores generales de 2016 (52,7%) es exactamente el mismo que han sumado ahora Vox (30%) y los populares (22,7%). Y décima arriba o abajo, el mismo fenómeno de ‘manzana partida en dos’ ha ocurrido en otros lugares como Roquetas (el 44% del PP en 2016 se reparte ahora en 23,4% para Vox y 20,4% para el PP) o Vícar (del 46,9% del PP se pasa aun 26,4% para Vox y un 21,5% para el PP) o varios otros.
Más factores
¿Por qué han sido precisamente esas zonas donde más ha acusado el PP el efecto Vox? “Está claro que el discurso de la inmigración, por lo que se ha visto, ha calado, porque no hay ninguna otra razón objetiva”, señala el secretario general del PP de Almería. Javier Aureliano García hace, además, otro análisis: “A nosotros está claro que el voto se nos ha ido por la derecha, insistimos en campaña en que había que concentrar ese voto en el PP, pero eso no ha tenido efecto en Andalucía porque aquí los votos de Vox sí fueron determinantes para el cambio de Gobierno, y ahora los votantes se han dado cuenta de que, al contrario que en Andalucía, su voto ha servido para apuntalar a Pedro Sánchez. La mitad de ellos ya se han arrepentido”.
El líder provincial del PSOE, José Luis Sánchez Teruel, cuenta asimismo el factor inmigración como clave del apoyo a Vox en esas zonas muy concretas de la provincia, pero apunta también a otros factores. A su juicio, la formación de Abascal se ha movido de una manera muy planificada “y muy profesional”, trabajándose el estado de ánimo de los electores a través de mensajes dirigidos a intereses concretos de grupo o sectoriales -la seguridad, la caza, la identidad nacional-, movidos vía redes sociales y en muchos casos como fake news o bulos. También señala otra realidad menos evidente: que Vox haya atraído precisamente en El Ejido a los exlíderes del PAL, el ya desaparecido partido de Juan Enciso que surgió por la ruptura con el PP. “No hay un factor único, hay una media intensidad generalizada en el apoyo a Vox y en otros sitios la intensidad es mayor”, señala el secretario general del PSOE, partido que este domingo volvió a ganar las elecciones en la provincia después de quince años.
Generalizado
Es cierto, como afirma, que el apoyo ha sido generalizado. No ha habido ni un solo municipio almeriense donde el partido de extrema derecha haya dejado a cero el marcador. En todos ha conseguido votos, en tres (Balanegra, El Ejido y Níjar) ha sido primera fuerza, en once ha sido segunda, en 35 ha sido tercera y en 45 ha sido cuarta. En los otros 7 se ha situado como quinto partido. Diego Clemente, exdiputado y responsable de la campaña del 28-A en Ciudadanos, opina que los de Abascal se han hecho con muchos nuevos votantes y abstencionistas y que ha habido mucho voto de castigo “por hartazgo” hacia el PP.
Cinturón de la capital
Además de en el Poniente, la mayor fuerza de este partido que ha distorsionado el escenario político ha estado en la capital (16.458 votos y un 26% de porcentaje sobre resultados) y en los municipios de mayor tamaño del Bajo Andarax, Huércal, Viator, Benahadux y Pechina. En prácticamente todos ellos se da un trasvase de voto similar desde el PP. ¿Por qué aquí esa intensidad a la que aludía Sánchez Teruel también ha sido mayor? La explicación no es tan obvia. Juan Francisco Rojas se reconoce “sorprendido” por los datos de Huércal de Almería (2.008 votos y segunda posición, a poca distancia del PSOE). Sin relacionar directamente uno con otro, sí cita en el caso de Viator la presencia de la Legión y la población de militares: “ahí tenemos bastante apoyo”, subraya.
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