La adicción a la cocaína es un mal que no solo afecta al enfermo, sino que también perjudica el día a día de sus familiares. Un problema del que, en muchas ocasiones, en el entorno del enfermo no son conscientes hasta que ya han sufrido un deterioro significativo de la unidad familiar, con frecuentes sustracciones de dinero y objetos, por lo que comienza a reinar la desconfianza, la incertidumbre y el miedo en el seno familiar.
Lo necesario
El doctor Guillermo Ford, experto psiquiatra que cuenta con una clínica en la capital almeriense, conoce de primera mano la situación a la que se enfrentan estos enfermos, quienes, asegura, pueden conseguir ocultar y disimular su adicción durante las primeras etapas de la misma, pero “tarde o temprano” esta adicción se descontrola y se produce una escalada del consumo que lo pone en evidencia. Y, como explica el psiquiatra, en medio de este aumento del consumo, el enfermo llegará a hacer todo lo que sea necesario para poder continuar consumiendo.
Especialistas
Una situación a la que a diario se enfrentan decenas de familias y a la que, en muchas ocasiones, no le ven ninguna salida. Pero, como apunta Ford, el primer paso para poder ayudar a un familiar enfermo es adquirir la información esencial sobre su enfermedad.
“El consumo de cocaína afecta tanto al cuerpo como a la mente de los adictos y constituye un problema social, familiar y de salud pública al que no pueden hacer frente solos el paciente y su familia; es necesario contar con especialistas”, sentencia el psiquiatra, quien asesora y ayuda a sus pacientes y familiares y que atiende a diario en su clínica, ubicada en Paseo de Almería, 37, 5º1 o a través del teléfono 722 199 710 y la dirección de correo electrónico [email protected] y en sus redes sociales (@drguillermoforden Facebook, Twiter e Instagram.
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