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Los profesores de autoescuela denuncian su precariedad: la mayoría cobra por clase, afirman

Una profesora enseña a una alumna a colocar el espejo retrovisor.
Una profesora enseña a una alumna a colocar el espejo retrovisor. Europa Press
Miguel Cabrera
07:00 • 30 jun. 2019

La Asociación Almeriense de Profesores de Formación Vial (Aproforvial) ha denunciado la precariedad laboral que soportan sus asociados -que son todos asalariados, no propietarios de empresas-. Una precariedad que tiene múltiples caras, como el pago del sueldo, “en la mayoría de los casos, por clases impartidas, sin respetar el convenio”; una cotización a la baja en la Seguridad Social, es decir, “un fraude, porque se cotiza por menos horas de las realmente trabajadas”, y jornadas interminables, de hasta 12 horas diarias, entre otras condiciones que se apartan en muchos casos de la legalidad, como expone a este diario Elisa Parra, presidenta de la asociación.




Según Parra, la mayoría de las autoescuelas  paga en la actualidad a sus profesores por clase impartida, en lugar de ajustarse a las condiciones y al contrato establecido en el convenio. De esta forma, los profesores reciben entre seis y nueve euros por clase y su sueldo, por tanto, es, la suma de las clases del día, de forma que ni siquiera se cobra a jornal, por día trabajado, como sucede en el campo. “Esto supone que si un profesor tiene concertadas un número determinado de clases, pero los alumnos no asisten por cualquier motivo, dejará de ganar dinero”, dice Parra.



No cobran vacaciones Además, este sistema hace  que “los profesores no cobren por vacaciones, ni pagas extraordinarias”. “¡No podemos consentir  que se siga cobrando por clases!”, exclama. “El gran problema es que las empresas no cumplen la ley. Queremos dejar muy claro que nosotros no estamos contra los empresarios, pero sí pedimos, por lo menos, que se respete el convenio fijado”, afirma.




La asociación también plantea otras reivindicaciones, como la necesidad de que el convenio recoja un plus de peligrosidad. “Los profesores tenemos una gran responsabilidad, y se nos exige una atención permanente al 100%, pues tenemos que estar pendientes de forma constante no solo del alumno, sino también de todo lo que nos rodea en el exterior el vehículo, puesto que ante cualquier accidente los responsables somos nosotros”, plantea la asociación.



Denuncias A pesar de que  Aproforvial ha denunciado algunos de los incumplimientos legales mencionados a la Inspección de Trabajo, hasta ahora dice no haber recibido ninguna respuesta. “Creemos que la Administración no hace su trabajo, porque aquí se trata solo de velar porque se cumpla la ley”, añade su presidenta.




Rafael Villegas, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Almería (Asoproal),  ha reconocido que los profesores “llevan razón en parte, aunque también hay muchas empresas que se ajustan al convenio”. El problema está, añade, en las autoescuelas "que ofrecen el oro y el moro a los clientes y luego no pueden cumplir con sus trabajadores”. No obstante, también apunta que “aunque los profesores ahora se quejan de que cobran por clases, cuando les convino hacerlo así no solo no se quejaban,  puesto que ganaban muy buenos sueldos, mucho más de lo que podía considerarse normal”.




Para Villegas, la precariedad actual, que según dice también sufren las empresas, tiene muchas causas, entre ellas el hecho de que este tipo de enseñanza “es muy costosa -empezando por la adquisición de vehículos- y requiere muchos gastos, además de que está sujeta a un Impuesto del Valor Añadido (IVA) del 21%. En suma, que las autoescuelas se encuentran con muy poco margen para conseguir beneficios”.




 Principio del fin El ‘principio del fin’ para las autoescuelas, no solo las de Almería, sino de Andalucía -en Sevilla llegan a pagar la clase  a cuatro euros- y España llegó con la crisis. Y la manera en la que las empresas reaccionaron frente a ella no hizo sino agudizar aún más los problemas. El resultado fue el cierre de un gran número de negocios, algunos de ellos autoescuelas de renombre , con sucursales en numerosas localidades de la provincia y con un gran número de empleados.


“Ante la crisis, el sector, en su mayor parte formado por pequeñas empresas familiares, reaccionó con una guerra de precios y servicios. Se empezó por dejar de cobrar la matrícula, y se continuó con rebajas de todo tipo que hicieron insostenible el negocio y que pagaron, sobre todo, los profesores asalariados”, explica Elisa Parra.


Esto llevó a que muchos de los profesores quedaran en el paro y tuvieran que dirigir su carrera por otros cauces, como la conducción de autobuses o camiones. La asociación almeriense de profesores, que antes de la crisis se acercaba al centenar de afiliados, cuenta hoy con menos de una treintena de miembros. Según sus datos, en Almería existen más de 80 autoescuelas, que tienen a alrededor de 200 profesores asalariados.  “Los profesores vivimos hoy muchísimo peor que hace 40 años, cuando yo empecé. Ahora no estamos  valorados como enseñantes. Se han tirado los precios, pero también se ha tirado nuestra valía”, concluye la presidenta de Aproforvial.


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